¿Y si prohibimos la comida?
Tranquilos, no he perdido definitivamente el norte. De hecho, creo que lo he encontrado. Hace mucho tiempo que, entre amigos, hablamos de lo incómodo, molesto, irritante e insoportable que resulta ir al cine, ese templo donde evadirse durante aproximadamente 120 minutos, y soportar el ruido de esa bolsa de patatas fritas justo cuando el personaje…