Madrid, Aluche, “La parrilla de Poli“, la cocina más repugnante de las que hemos visto en las tres ediciones y que provocará que el Chef ni se siente a comer, y eso que la que regentaba “Liz Salander” (“La Masía“) ya estaba sentadita en el top de la mugre. Pero lo de ayer, digno de virus e infecciones a raudales: “Bailando con Lobas” o cómo no infectarse en el intento.
Poli, búlgara exiliada a la fuerza por la Mafia, regenta este antro en el que, supuestamente, la especialidad es la carne y pescado a la brasa como su nombre indica. Una mezcla búlgara-española para no olvidar sus raíces y adaptarse a su nueva vida, hacen de la carta algo que termina siendo incomprensible e incomestible. Con Rosendo/Leño como banda sonora tal y como había adelantado @weezermij, se nos presentaba la historia de esta semana. Rado, el marido “Matamoros“, tenía claro que el problema era la inexistente autoridad de su chica frente a los empleados y se nos mostraba agotado de tener que currar 20h/día para perder todo lo ganado en el local. Dani, el cocinero, decía que “si él era el problema, que lo quitaran“. Y aparecían “las Pimpinela WWF del Este“, Tania y Radi. Tania empezaba a echar mierda allá donde y a quien mirara. Que “si ha encontrado ensaladas podridas“, que “si vendemos arroz con leche en mal estado” (ojo!), que si “aquí no tiene nadie ni puta idea excepto yo” o su culmen: “si alguien me pisa lo mando a la mierda“. Y Radi, su enemiga íntima: “aquí la gente hace lo que le da la gana” o “Tania es una quejica“. ¡Menudo par! Y Adrián, el último en discordia, un chaval del barrio que echaba sus horicas. Gritos, insultos, amenazas y todo, delante de la clientela, conformaban el potaje personal de esta semana.
Aquí que llegaba Alberto a ritmo de “Maneras de vivir” (mi preferida y que tuve el placer de escucharle en directo hace escasas semanas) a casi su barrio, esperando que no le “estropearan los grandes recuerdos” que tenía. Nada más llegar ve las cajas de botellas adornando la entrada y unas fotos de las que me dan pánico, formaban el marco de la puerta. En la cocina, Tania, empezaba su show particular de “me importa todo un cojón búlgaro“: “eh! que se ha limpiado un poco eh? se ha tirado el arroz con leche y ahora, flan nuevo“, reía. El Chef se adentraba en las profundidades de la estepa grasienta para conocer a Poli (de “Prolet”) que nos contaba como se decidió a aventurarse en algo más grande tras regentar un baretillo de barrio que parece no le iba mal. “Aquí todo el mundo hace todo, y nadie hace nada“. Buen resumen.
3 camareros, 1 propietaria … y ¿el cocinero? El momento inspección se iba a adelantar por “accidente” esta semana. Alberto pasaba a la cocina o mejor dicho, al almacén de MIERDA. Echando un ojo al desorden que existía, ya nos podíamos hacer una idea de lo que iba a encontrar. Unos trozos de carne repugnantes: “¿Cuál me toca a mi, el verde o el marrón?”. Tubérculos alienígenas: “¿En la carta que ponéis? ¿Patatas con pelo o sin pelo? … joder, menos mal que cené una ensaladita … Y el momento culmen de la repugnancia en las, seguramente, tres ediciones: la FREIDORA INFERNAL. “Lo limpio cada semana“, decía Dani. La respuesta del Chef era evidente no? “Y un huevo“. Rascando sacaba un spaghetti de grasaca solidificada mientras que Poli transformaba su rostro sin saber aún la que le esperaba. Haciendo un alarde de … no sé si valentía o locura, el Chef pedía que le remangaran para, “no me creo que vaya a hacer esto“, sacar lo que todos habíamos visto en las promos: ni los excrementos de Venom tendrían ese color. ¡¡QUÉ ASCO COJONES!! “Te lo quieres comer?“, le decía a Dani mientras sostenía al simbionte. “Qué hacéis aquí, ¿calamares Chernobyl?” o “sopa de chapapote?“, mientras que les mostraba el plataco al resto de empleados. Tania, sonreía maléficamente.
Se marchaba en busca de jabón que tampoco encontraba en el baño, por lo que volvía a la cocina y encontraba el congelador: “Coño! Esto es el reino de la bolsa“. Preguntaba a Poli si era consciente de que lo que allí había. Ella decía que sí, pero todos sabíamos que mentía. Y claro, como era lógico, siguió sacando ejemplares de comida del averno: “la primera merluza cuadrada que veo” o una carne en un estado de putrefacción preocupante hacían que Alberto perdiera los nervios ante tal irresponsabilidad. “Estamos hablando de llevarse a alguien por delante” … Frase que nos suena, lamentablemente. Así que, ante tanta muestra de dejadez y animadversión hacia la salud de sus comensales, les da 2 horas para que lo limpien todo antes de poder sentarse a comer: “Esto ya no es raro, sino PELIGROSO“, decía el Maestro antes de irse a meditar para no seguir vomitando en su mente.
Volvía el chef tras su conversación “out of record” con su compañía de seguros, y se sentaba a degustar las porquerías del lugar: “lo hago porque es mi trabajo“, aseguraba. Estamos seguros, Alberto. Como antes he mencionado y como bien decía él, sentarse a comer ahí era una mezcla de valentía y locura. Allí que le traían el que, hasta ahora, sin duda, es el auténtico Necronomicon de las cartas (nada que ver con la de “La Masía”): “es el libro de los muertos” (y unos efectos especiales al pelo). Seguía dándole vueltas a lo que iba a hacer: “no es lo mismo pedir una vez que lo has visto“, ¡¡nos ha jodido!! Descubría los platos búlgaros y se autoformulaba la pregunta mágica: “Qué me puedo pedir que no me juegue la vida?“. En ésas que llegaba otro “clásico” del programa: mientras que decidía qué engullir, Poli empezaba a hartarse de Tania (me recordaba al puto elfo doméstico de Harry Potter, e igual de por culera) y ésta, seguía con su “me importa un cojón”: “tengo que sentirme culpable de que te vaya mal?“, PUES SÍ, algo, sí! Y recibía el primer aviso de que sus patitas podrían patear acera en breve.
La comanda (aderezada por un combate lingüístico entre Radi, la que la tomaba, y Tania, la “apuntadora toca genitales“. Esto, lo reservo para los highlights) consistía en una ensalada de la casa (“pues una ensalada mixta”, al menos, tenía buen color), una sepia que sabía a “cámara, a viejuna”, porque a saber el tiempo que allí llevaba y una hamburguesa (“koité”). La detonante de miles de arcadas “share”. Nada más metérselo en la boca, Alberto ya supo que algo fallaba. Pero tras aplastarla y ver un líquido extraño que se solidificaba, no pudo contenerse más y salió corriendo a vomitar semejante repugnancia. Y Poli, en cocina, diciendo que “venía así de la tienda“, mientras que el resto cogía el especímen y lo examinaban sin saber qué decir. “¿Lo quieres en una palabra? MIERDA ¿Y en 2? PUTA MIERDA“, le espetaba Chicote en un arranque de furia (no era para menos, yo, se la habría hecho comer!). Fue uno de los momentos en que hemos visto al Maestro más nervioso. Pero es que la situación, lo justificaba. A punto de ser envenenado por ir a ayudar: “que esto no se puede servir, coño!!“
Volvía en 10 min tras enfundarse el traje de faena, y veía el “modus operandi” para descongelar la carne: agua. ¡Puuuuf! “Y quién os ha enseñado a hacer esto así? Nadie? Sí, lo habéis pensado vosotros solitos, claro” jajajajaja. A punto de ser absorbido por el lado oscuro estuvo anoche. “Esto tiene de parecido a una cocina …“. Y Tania y Radi? a lo suyo. Radi tomando comandas, Tania, detrás, cual conciencia agónica recordándole si había ofrecido pan, si había puesto las bebidas a otra mesa… Radi, corre a chivarse de su compi a Poli que las manda a currar, no sin antes volver a advertirle a la elfa doméstica búlgara que se calle. A Dani le devuelven un plato de oreja grasiento a más no poder (“es que suelta grasa” … “pues no la pongas, coño“) antes de ver otro momentazo para el Ministerio de Sanidad: un puto bicho en un plato. Como si de una autopsia extremadamente delicada se tratara, las clientas trasladan el ejemplar en una servilleta vivito y coleando para que Poli lo pudiera comprobar. “¿Y qué hago?” le preguntaba al de Carabanchel, y éste, la misma respuesta que le quiso meter en el cráneo todo el programa: “Sé Poli” (la jefa!). Todo terminaba con los clientes desfilando por la puerta mientras que Rado, su marido, sentenciaba: “Poli no está“. Dani, se hundía en la cocina “no podemos hacer las cosas así“. Este tío, anoche, se ganó finalmente mi respeto. No como otros que han desfilado, como Dominguito el inestable de la semana pasada. Dani, al menos, se le veía “sufrir” y querer.
A la mañana siguiente, y con “Streets of Philadelphia” de fondo, se producía el “Business meeting“. Poli y Rado nos contaron el por qué tuvieron que abandonar su Bulgaria natal. Amenazados de secuestro por la Mafia (aunque ellos no quisieron calificarla así) por no pagar la “tasa”, huyeron en cuanto pudieron buscando una oportunidad para su hija. Una inversión que ronda los 150.000 € (casi todos aún pendientes de amortizar) y unas pérdidas mensuales de 3.000€ eran el lastre pesado que llevaban por mochila. Pero Poli no quería rendirse.
Manos a la obra que se ponía el Chef a ritmo de “Zorba el griego“, Mikos Theodorakis, nos enseñaba a preparar un huachalomo con pataticas asadas y un aliño de salivar que sería el plato fuerte a servir esa misma noche. Poli organizaba el trabajo de cada uno y Chicote mostraba su buen rollete hacia Dani (su actitud fue inmejorable). Pero claro, no podía ser todo tan bonito. La elfa doméstica Tania iba a su aire pasando de su jefa (como siempre), hasta que Poli se hartaba y la echaba de la barra por unas servilletas. Ella se marchaba maldiciendo y vacilando: “subnormal“, tildaba a la que le daba de comer. Las comandas empiezan a amontonarse, el servicio a retrasarse, y Poli a perder la escasa paciencia que le quedaba con su camarera. Le echa la charleta a las dos “a grito pelao”, mientras que Alberto intenta calmarlas, pero ya era demasiado tarde. Demasiado tiempo juntas en la misma manada, Tania y Radi empiezan a forcejear cómo si en un ring de la WWF estuvieran, y berreando, Tania se mete con todo el que se le ocurre susurrarle a la oreja. “Tú no me vas a joder el negocio“, le espetaba Poli y todo terminaba como ya sabíamos: a la puta calle. Chicote flipando e intentando que no fuera ése el momento elegido para ello. Salía tras Tania pero ésta, ya tenía tomada su decisión también. Con la ya clásica banda sonora de “LOST”, nos mostraba que es de esas personas que no conocen aquello de “yo no me he perdido, han sido todos los demás“. Junto con “Baldo el Mero” del Katay, es la segunda “expulsión” definitiva de la vida del programa. ¡Hasta nunca!
Alberto, una vez finalizado el servicio, le recordaba que ése, no era ni el momento ni el lugar de haberlo hecho. Pero, ea, empezaba a “ser Poli”, la jefa. Recogían los papelitos que anteriormente Chicote les había pedido que entregaran a los clientes para las valoraciones y ninguna de las camareras llegaba al 5: Radi un 4, y Tania un 2. Eso sí, le reconocía la implicación y ganas tanto a Dani como a Adrián. Ellos, sumaron. Ellas, las lobas, restaron.
Para el momento PATATA de esta semana, Alberto se llevó a Poli a la Estación (“Needle in the hay“, Elliot Smith) donde este país la vió llegar. ¡Qué mejor modo de hacerle recordar la lucha que tuvo que afrontar hasta llegar aquí para que ahora “tuviera miedo de 3 empleados“. Un abrazo de los buenos finalizaba este momento: “que vales un montón”. Y, mientras tanto, al ritmo de NOFX, “Longest line“, @ebarrera_ afrontaba otra REFORMAZA convirtiendo el antro en una parrilla gigante. Vas a tener que pasarte por casa, jejeje. Allí que llegaba el Chef con la “familia” para enseñarles el lavado de cara del lugar, y otra buena descarga de momentos musicales nos daba ese buen rollito semanal: “For ever“, Haim y un clasicazo como “Hush”, de Kula Shaker, nos presentaban “la nueva parrilla”. Poli dejaba bien claro su agradecimiento y emoción: “en 10 años aquí es el primer regalo que me han hecho“. ¡Grande!
La NUEVA CARTA (a salivar) se nos presentaba (“1234“, Feist) y me entraban unas ganas de brasas … Para el ÚLTIMO SERVICIO, la familia búlgara contó con la visita de su hija a la que le encantó el nuevo aspecto y, Alberto, contaría con una visita muy especial: doña Angelines y su padre. ¡Qué grandes! “Mi hijo es un tío muy especial y no es porque sea su madre” jajajajaja, ya nos ganó por parir a semejante crack y en su aparición en Top Chef con su “conejo con tomate” de “resopar”. “Se pone tenso, suda, va fiú fiú, pero es que él es así, su trabajo es así …” AMÉN! Como todas las semanas, la zozobra se adueñaba del servicio: comandas fosilizadas en barra y no en cocina, mesas sin numerar, nervios, … Pero todo acababa con Poli cogiendo las riendas (y bien) ante la mirada orgullosa de su chico, Rado.
“Of Monsters and Men“, Dirty Paws, fue la canción escogida esta semana para la DESPEDIDA. Una despedida que me encantó. Ver a gente AGRADECIDA es todo un tesoro hoy día. Esta familia se mostró humilde, servicial, atenta y con ganas e ilusión de aprender. Y eso, siempre es un puntazo a favor. “Quién eres?“, le decía Alberto … “Soy Poli“, contestaba ella repleta de toda la dignidad y orgullo sano que le habían hecho ir perdiendo. Ahora sí. y Dani, ponía la mejor puntilla: “Chicote ha sido mi primer Maestro” y emocionado, concluía “me encanta“. ¿Mi opinión? Pues que espero que, una vez muerta la loba, fuera la rabia. Y sin la elfa doméstica Tania, les deseo todo lo mejor. Si Dani y Poli siguen conjugando esas ganas, irá para arriba seguro. HUMILDAD y TRABAJO DURO, suelen tener como recompensa un buen final. “Han demostrado ilusión por cambiar“, decía el Chef: “volvería una y mil veces“.
Highlights de anoche:
– la INTRO de Alberto esta semana con “Maneras de vivir“, debe tener el primer puesto, sin duda.
– y, en segundo lugar, pero el primero en la historia grasienta del programa, el “freidora moment”: “¿te lo quieres comer?, “calamares Chernobyl”, “sopa de chapapote”, “Merluza cuadrada de arquitecto” y … “¿Lo quieres en 1 palabra? MIERDA ¿Y en 2? PUTA MIERDA”, fueron estelares.+
– “es la primera vez que no sé identificar qué le pasa a la comida” … los comentarios en la red, fueron …
– la actitud de conciencia toca huevos de Tania con Radi: “tengo más experiencia que en tu puta vida” … los gestos al saber sus recomendaciones al Chef, dignas de maléficos hechizos … “Estará mal follada!”, la guinda que hizo confundir a Radi la sepia con el pollo … ?!? jejejeje …
– “Sí, ya sé que lo sientes, pero porque lo sientas, no deja de saber a MIERDA”, tras catar la sepia.
– “Es ésa la cara de la rendición?”, motivando Alberto …
– Momentazos musicales los de anoche …
– el guiño de estrangulamiento del Chef con Dani, el cocinero … ¡Gran tipo!
– “¿Tengo que llamar a la policía para que se vaya?, Poli … una vez fuera, Tania, concluye: “que les den por el culo”, pues nada, nada …
– Doña Angelines y patriarca deben estar en los momentazos.
– y el AGRADECIMIENTO de esta familia de currantes es el mejor broche para esta #giliCrónica.
No me canso de agradeceros que paséis por mis #disparates. La anterior, volvió a destrozar el contador y vamos a más. Si algún fallico, se irá corrigiendo a lo largo del día. Espero que os guste, y la disfrutéis saboreándola gustosamente.
@disparatedeJavi
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No olvidéis “El Escondío“
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