Sensaciones. Todo esto se trata de sensaciones. Anoche tuvimos dos bien distintas: una primera media hora en la que se vio La Roja que todos queremos y recuerda el globo terráqueo y, otra bien distinta, que despierta fantasmas brasileños. Los cambios de Del Bosque no ayudaron al juego de la Selección pero es evidente que no era cuestión de perder físico antes del debut europeo únicamente por salvar la honrilla.
No hay que abrazar el tremendismo, algo muy de este “país”, pero sí afinar la retina y tímpano para, si quedaba alguna duda, estar preparados para lo que España encontrará en sus rivales en la Eurocopa a la vuelta de la esquina.
Los georgianos salieron como se esperaba, atrincherados en su búnker esperando que les cayera algo del cielo. Los primeros 30 minutos del combinado nacional devolvieron la ilusión y esperanza a un público ávido de revivir los últimos éxitos. Juego fluido, rápido, preciso partía de las botas de Cesc y Thiago con un Lucas Vázquez que salió a demostrar que su inclusión en la lista no es mero capricho de don Vicente. Faltó precisión a la hora de meter el esférico en la red contraria pero, si hubiese seguido así, habría caído el gol más temprano que tarde. No fue así.
La Roja se diluyó a raíz del gol georgiano que subía al marcador gracias a una demostración de lo que no se debe hacer en defensa. Primero Alba – vaya gol falló en la segunda parte – con una de sus “perlas esporádicas” y, después, Ramos que dejaba ir su marca mirando únicamente al balón. La táctica “murciélago” del rival ahogaba una y otra vez las escasas ideas de nuestros jugadores. Y aquí es donde no puedo callar y recordar a mi adorado duende malagueño. Dejar a Isco en Madrid ha sido un grave error. Estos partidos se repetirán y el madridista habría supuesto una muy buena baza, tanto por su calidad como por su entendimiento con otros genios del esférico que encabezan la lista de Del Bosque. Ojalá me equivoque.
Mención especial a don Andrés Iniesta. El faro de España. A sus 32 años se encuentra en un estado de forma absolutamente increíble. La facilidad con la que dribla contrarios es sonrojante. Nuestra gran esperanza. Él debe ser el “capitán general” . Koke continúa sin demostrar con la Selección lo gran jugador que es. Silva siempre me ha desesperado. Olvidar a Saúl puede escocer igualmente.
La segunda parte discurrió con el “puedo y no quiero” español que se daba una y otra vez contra la muralla contraria. Desaparecieron prácticamente las bandas con la salida de Lucas Vázquez y, por tanto, las escasas posibilidades de que Aduriz, el delantero de anoche, enganchara una. Nolito y Silva lo intentaban por el centro más por corazón que cabeza y así terminaban las jugadas. Pedro, mi estimado Pedro, sigue sin parecerse al jugadorazo que era: impreciso, nervioso, descontrolado. Poco creo equivocarme al decir que escasos minutos tendrá en Francia. De nuevo me acuerdo del “17” colchonero.
Nos faltaron soluciones y eso es preocupante.
(Seleccionador Nacional)
Vicente Del Bosque sacará sus conclusiones de cara al próximo lunes. Alega escasez de soluciones. Las que deben partir de su libreto, no del nuestro. Las mismas que debería haber encontrado hace tiempo puesto que es un mal repetitivo. Las mías son evidentes. Si La Roja quiere seguir jugando al tiki taka, una vez tenemos claro que los extremos no existen para el salmantino, debe alinear jugadores preparados para ello, con rapidez de cráneo y pies y, entre ellos, Thiago debe ser elegido. Tirar de jugadores que han jugado juntos durante tiempo es el camino más fácil para plasmar tu idea en el piso y Busquets, Iniesta, Cesc y el hijo de Mazinho estarían en mi libreto sin pestañear. Acompañados arriba para los que demuestran estar on fire por encima del resto: Morata y Nolito. Muchos son los que ahora dudan de la elección de Aduriz por delante de otros. Discutible pero aceptable.
Eso sí, tengan claro en mente que La Roja no ganará partidos goleando. Tal vez el delantero sea lo de menos. Pero don Vicente “El Marqués” debe ser valiente y dejar las amistades o rangos. Es hora de que esa “transición dulce” se refleje en un equipo hambriento. Y, a simple vista, parece fácil saber quiénes son los que quieren empezar a disfrutar de la “alta cocina” y quienes andan algo empachados.
Foto portada: eurosport.es
@disparatedeJavi