Va tomando cuerpo la cuarta edición de Top Chef. Esta semana “de vuelta a la niñez” nos enterábamos que Alberto Chicote iba para bombero, que a Susi Díaz le molan los uniformes y que Paco Roncero siempre quiso ejercer de sargento Highway, confesando los dos madrileños que eran unos pejigueras para comer al contrario que la ilicitana, que devoraba todo lo que se le ponía delante. Aquí, una nueva #gilicrónica de Top Chef, #topchef4, una ida y venida a los “días del futuro pasado”. Todo empezó a mutar anoche.
La PRUEBA DE INMUNIDAD consistiría en preparar una merienda y un plato con fruta recordando la niñez de los concursantes. Viendo los platos que se marcaron y como bien dijeron Richard Goodman y Filippettas, se ve que yo también”tuve una infancia de mierda”. El malagueño recordaba las hinchetas que se metía a “todo lo que podía pillar” y a ponerse jincho con el fiambre de cabeza de cerdo antes de saber que dispondrían de 30 minutos y que cocinarían por parejas … siamesas. Unos mandiles preparados para la ocasión terminarían emparejando a The Private y Mª Rosa Forqué, Víctor el Celeste y Manu The Covered, Moño Rebelde y MecagoenlalecheMerche (encendiendo la llama de lo que el destino le depararía), Doc Marcano y Rakel bautizada desde ya como la “Grititos infames” y, sin duda, mi pareja preferida y de la noche, Richard y el genio venido de la Pampa más profunda.
Tiempo para “la concentración y la confianza” en el compañero y conseguir uno de los dos brazaletes de inmunidad que esta vez había en juego. Una de las pruebas más cachondas que hemos visto en Top Chef. Mientras que Goodman y Filippettas nos hacían reir sin parar, Montoro nos castigaba con un nuevo discurso sobre sus méritos y su pronta vocación con los crepes gourmet que dice preparar desde los 5 años mientras que se peleaba junto a su inseparable compañera para pelar plátanos. Entre Julio y Moño Rebelde surgía el amor a base de una repetición tan incesante como innecesaria de “cariño”, “cari” y de su obsesión compartida por mordisquear fuet en los momentos complicados. Doc y Grititos me hacían sangrar el hígado con un sandwich mixto bañado en aceite, “a la francesa”, sí … y Alberto nos recordaba los bocatacos de boquerones en vinagre que se calzaba. Private y Forqué finalizaban su plato con una reducción de anguila muy común en las meriendas infantiles y Julio soñaba con golpear sin cesar el fuet para que estuviera a su gusto.
Finalizaba el tiempo y la cata comenzaba con la “Tosta de embutidos, queso y tomate” y “Macedonia de frutas y coco”, de Manu y Víctor, “lo que le ponen a todos los niños”, vaya, decía Alberto antes de recrearse ante los platos con la sonrisa de Susi y Paco como testigos. La “Coca de jamón, chorizo y miel” y la “Crema de mascarpone baja en azúcares” de Richard y Fili, nos ofreció otro momento de descojone al intentar convencer al Juez del plan inicial saludable de ambos y de que la piel se deja en el chorizo para utilizarlo de “hilo dental“. Moño Rebelde y su cari enseñaban sus elaboraciones complicadísimas y muy atractivas: “Tosta de fuet con piel” y “Papilla de bebé”. “La piel me gusta más que el fuet”, “sin ella tiene otro sabor” … ¡pues claro, MeCagoEnLaLecheMerche! Montoro y Mª Rosa presentaban su “Bocadillo alemán” y “El crepe que me hizo ser cocinero”. Cocinar, parece que de lujo, pero la literatura gastronómica de Montoro es lamentablemente sensiblera. “¿Con 5 años hacías esto?“, replicaba Chicote. Los últimos platos fueron el “Oil French Mix” y un “Cómete esto niño que no te vas a dar cuenta de que hay fruta” de Marcano y Rakel que practicaron el rap para excusarse por no encontrar una plancha. Otro momentazo para echar unas risas. Cuando volvieron a pinchar las imágenes de Manu pidiendo ganar la inmunidad por estar siempre a las puertas, y tras el disgusto en Can Barça, contemplábamos como siempre todo, puede ir a peor: Private se enfundaba de nuevo el brazalete inmune y, con él, su compañera Mª Rosa.
Tendrían el privilegio de formar su equipo y de nombrar el capitán del rival: el naranja quedaría formado por Forqué, Grititos, Doc, el Celeste y The Covered, nombrando Montoro a Marcano como jefe de equipo. El gris, por tanto, por el resto de pelotón chiflado viendo como Mª Rosa tenía claro que quería ganar al nombrar a Filippettas como comandante. Primero con una chorraexcusa de “quiero ver el cocinero que lleva dentro” para luego confesar (como debe ser) que ella quiere ganar. El argentino ya se ponía en alerta mientras que al madrileño se la pelaba la estrategia del chef de millonarios. ¡Todos al cole! Bueno, a “EL COLE“. Cuando todos vieron como sus anos encogían hasta el tamaño del plancton al escuchar que 1.400 niños recibían educación en aquel castillo, Paco les tranquilizaba diciendo que solo 30 (de entre 7-9 años) serían los “afortunados” de catar el principal con pescado y legumbres y el postre que debían preparar en 60 minutos. Alberto se reunía con los niños para grabar un vídeo en el que les dieran pistas de ingredientes que les gustaría ver en los platos. El equipo naranja pensaba en cacahuetes y el gris, de la mano de un lince Montoro, en quicos. ¿Lo tendrá todo en ese tratado de 90 páginas de cómo sobrevivir en Top Chef?
Llegaba el momento de ponerse manos a la obra y poco tardaron dos polizones con muchas ganas de protagonismo en hacerse con los mandos de sus respectivos veleros: Montoro sin pestañear ni preguntar empezaba a dar órdenes que el resto del equipo acataba sin queja alguna. Filippetti flipaba. Su argumento para no atajar el motín fue “¿qué hago? ¿liarla?“. No, Fili, liarla no, pero se puede decir de muy buenos modos: “chss, eh! Listaco, en esta cocina mando yo que, además, tú no te juegas nada con ese brazalete”. Se acercaba Alberto entonces para dejarle claro que todos nos habíamos dado cuenta de su jugada de indiferencia ante el motín pero él demostraba no estar tan contento como parecía con la situación. Desde mi sofá pensaba (y confiaba) que en cualquier momento iba a estallar … pero no. Para colmo, Private intentaba darle pildoritas cada x tiempo en plan “no, tontito, que tú sigues siendo el jefe”, lo que seguía recalentando al argentino … ¡y a mi! En el otro equipo Rakel Grititos infames empezaba también su asalto al poder a base de gritos y su objetivo de desagüe fue Mª Rosa. Bueno, ella, y con Víctor. Con ambos protagonizó momentos que solo pueden terminar a base de sartenazos. No llegó el aceite al río. Pero no sería la única fémina alterada anoche. Moño Rebelde se quejaba del machismo de sus compañeros al dejarla solo para las tareas de pinche y no “elaboraciones” y centraba su ira mal enfocada en Filippetti: “está muy pirao … más perdido que Tarzán en la M30“. Imagino que aún le durará el perraque.
Paco Highway Roncero pasaba revista a la tropa naranja y les dejaba claro que su idea de desmigar pescado para que los niños ni lo notaran no la iba a permitir. La cara de Doc Marcano, un poema. Una olla a presión indomable, lamentos con mucha razón de Julio sobre el espectáculo dantesco que nos estaban ofreciendo en cocina y la demostración de cómo los nervios pueden hacerte olvidar la aritmética más básica iban consumiendo el tiempo hasta que en casa nos preguntábamos: ¿para los moteros una hamburguesa de 60gr en un bao y para los niños 2 por cabeza? Susi advertía que si no llegaban a tiempo para darle de comer a los niños retomaría su vieja afición a uniformarse de algo muy chungo. El tiempo se esfumaba y el equipo naranja presentaba su “Lasaña de calabacín, lentejas y pescado” y “Mascarpone y frutas variadas”. El gris una “Hamburguesa reseca de salmón y calabaza y boniato de guarnición” más el “Flan de cacao, yogur y quicos”. A unos niños la lasaña les parecía vómito, a otro la mejor del mundo y a mi, solo los postres me parecían salvables a la vista inocente.
Antes del veredicto que determinaba qué #concurChefs se la jugarían en la última oportunidad, Alberto preguntaba qué es lo que había sucedido con la capitanía de Filippettas. Montoro seguía negando la mayor en su realidad paralela de “guapi buenrollismo” cuando lo cierto y verdad es que ya había confesado no confiar nada en su compañero. El argentino, harto de escuchar tanta pollada diplomática, dejaba claro que allí no existía ni “la confianza ni el respeto”. Pero estaba solo en su particular batalla. Moño Rebelde seguía obcecada en culpar al argentino del cambio climático y de todo mal que asole la humanidad: “como me vaya por él, no se lo perdono” … ¡Que el menú lo ideó el guaperas y todos fuistéis como borreguitos detrás! Esta chica huele el machismo a kilométros pero tal vez ella adolezca de algo igual de lamentable respecto a los de fuera. Lo que tampoco tiene es ombligo, eso lo sabemos desde el principio. Un nuevo zasca llegaría y sería el equipo naranja quien, a pesar de los vaticinios de Private, se alzaría con la victoria grupal.
ÚLTIMA OPORTUNIDAD. Las cámaras enfocaban una y otra vez a Filippetti y Moño Rebelde “reparte mojones”. Los tiempos verbales en el confesionario dan muchas pistas. 50 minutos por delante para realizar un helado salado y para nuestro deleite, Dani García hacía su aparición preparando otro platazo a los que nos tienen acostumbrados los invitados. Helados en texturas, gambas, salivar … La granadina empezaba a lamentarse por tener que preparar un helado y el argentino me hacía sonreir con su idea de preparar uno de ensalada mixta. ¡Qué crack! Tenía muy claro que debía jugársela con algo sorprendente y original porque ni sus compañeros ni, tal vez, el jurado daban un duro por él. Pero es “como el carbón, de tanta presión, me estoy convirtiendo en un diamante” … y “un conejo”. Paco Roncero y Dani García empezaban la ronda de inspección y ya veíamos que los más nerviosos eran la parejica amorosa de anoche. Mientras que MeCagoEnLaLecheMerche se ofendía por recibir el mote del “rey del Garam Masala”, Melissa nos daba otra lección de cómo no debe soltarse por la boca perlas filosóficas y de superación si luego haces lo contrario. “El interés mueve montañas” soltaba tras ver como su helado cuajaba. Y cuajó gracias a que Julio le ayudó a echar el nitro porque a ella “le daba miedo”. Un tiempo precioso y una distracción que tal vez influyeron en el resultado final de la prueba.
Un nuevo término acuñó su protagonista muy acorde a su gilimote en estas #gilicróncias 4.0: “Filippettadas”. Terminó de emplatar su creación con tiempo de sobra y tuvo que meterlo en la nevera en equilibrio entre cacharros de los demás que iban y venían sacando cosas de ella. Anarquía pura. La suerte estaba echada y la cata final comenzaría por el “Gazpacho y cigalas en texturas”. La tragedia planeó sobre Richard Goodman al oir que a su helado le faltaba grasaca. La cara de Paco Roncero al catar la “Ensalada Mixta” del gran Filippettas y la enhorabuena recibida callaba muchas bocazas tanto en plató como en almacén. Turno para Moño Rebelde y su “Tiradito y salmorejo” con cebolla y flores amargas para que veáis lo bien que ELABORO. Esa cebolla morada casi da con ella en la calle a pesar de su reciente “orgasmo“. Sería Julio y su inconclusa obra maestra del “Helado de curry”, a pesar de ser una “idea genial”, el que escucharía su nombre como eliminado de la competición. Las caras en el almacén al ver entrar el argentino más que ilustrativas. Julio se despedía con la misma sobriedad, autocrítica y saber estar que ha demostrado desde el primer día. Sin reproches, excusas y con la sinceridad de todo un profesional. “Hoy sabía que no era mi día … tengo ganas de llegar a casa, ponerme en los cascos a Dire Straits y llorar, vaciarme y cargarme para mañana que hay que trabajar”. Muy grande, sí señor. ¡Buena suerte siempre, Julio!
Poco a poco vamos perfilando las virtudes y defectos de los concursantes al mismo tiempo que mis tres favoritos siguen en competición. Programa muy divertido el de ayer en el que, personalmente, me lo pasé pipa. Con cocina y sin cocina. Los cocineros han comenzado a poner sus mutaciones sobre el fogón y empiezan a ser conscientes de que al más mínimo despiste serán expulsados de la Academia de Talentos. Una lástima (ya no sé ni cómo calificarlo) que siga sin respetarse el horario establecido, que cuando quedan 5 minutos de programa nos endosen 12 de publicidad, que los cortes sean escogidos al azar … precisamente en una edición que creo ha recuperado la esencia inicial. Deberían atender más al clamor popular. La semana que viene, al huerto navarro.
(Foto portada: @scientist_pi & El Clan del Bosco)
@disparatedeJavi