Primer asalto de esta semifinal de Champions entre Real Madrid y Atleti y primera victoria para los pupilos de Zidane sobre los del Cholo. No solo se ganó el partido sobre el piso, también en los banquillos, donde el francés acertó tanto en los cambios como en el momento de hacerlos, algo que no se puede decir del argentino. Aquí, mi #disparate.
La predicción era la de un partido igualado a rabiar. Las estadísticas, resultados previos, juego visto y momento de uno y otro equipo así lo indicaban. O eso decían. El Real Madrid pareció salir algo controlador y eran los colchoneros los que tomaron la iniciativa en los primeros compases. Escasos. Hasta que Cristiano Ronaldo, no solo activo anoche a la hora de enchufarla, batía la meta del mejor jugador rojiblanco, una vez más. ¿Fuera de juego? No me hagáis ruborizarme de vergoña. A partir de ese momento el Atleti se diluyó ante una escuadra blanca que dio todo un recital de control y movimiento del balón en los primeros 45 minutos. Que los del Calderón se fueran al descanso con 1-0 solo responde a que la diosa Fortuna parecía estar, como en el partido de Liga de hace semanas, contra las botas de los madridistas. La lesión de Carvajal estrujó el corazón de sus seguidores sabiendo que Nacho, a pesar de hacer otro partidazo, no posee las mismas virtudes atacantes. Ni se notó la salida del “2” blanco. Isco se marchaba al receso habiendo dado otro de sus clinics. Más recados a ésos que siguen viéndolo como una engañifa. Repasen sus apuntes.
La segunda mitad comenzaba con el equipo del Cholo teniendo la pelota y parecía que el Real Madrid volvía a esa zona de confort perezoso que tantas otras veces ha acabado en reacción heroica por dejarse mojar la oreja. Pero los atléticos movían la pelota sin criterio ni punch y en una jugada que pareció abortar dos veces la defensa rojiblanca, apareció de nuevo Cristiano Ronaldo para torpedear la red. 2-0 y la sensación de que no había acabado el partido. El Atleti terminó de hundirse con la inexcusable colaboración del Cholo al sacar del campo a Saúl y partir el equipo poniendo en el césped toda la artillería como si de una partida de Play se tratara. “Menos es más”, podría haber pensado. Hace escasas semanas el partido fue casi un calco al de anoche solo que, entonces, no se le agotó la paciencia y llegó el empate. Anoche no solo ésta, la cordura también. Excelsos Modric y Casemiro.
Zidane estuvo rápido y certero (al fin) en los cambios y vio que con el marco dibujado por el argentino, la velocidad, regate y movilidad de Asensio y Lucas podría terminar de destrozar el partido. Como así fue. Isco al banquillo exhausto (qué lástima que no tenga más fuelle) y, en ésas, el portugués, ese jugador acabado que nunca aparece y al que le han regalado los Balones de Oro que adornan su salón, cazó una internada del pequeño gallego para endosar su hat trick al vecino y, posiblemente, acabar con las esperanzas de una nueva final colchonera. 3-0 ¡Ojo! No den aún la eliminatoria para los vikingos. El Calderón será un olla de enfurecidos indios, aunque un gol allí dilapidaría sus laringes. Ése debe ser el único objetivo blanco la semana que viene.
Cuando los peloteros están sobre el piso, todos corren, se mueven y tocan, el Real Madrid es un equipo muy difícil de tumbar. La calidad excelsa de esta plantilla debe salir siempre, no solo en noches señaladas. Los corazones de la afición lo agradecerían. Incluso se vio anoche a Benzema defender y recuperar balones a 3 metros de la frontal de su área. Solo me venía la imagen de un galés llamando a su representante. Zidane le endosó su particular 1-0 anoche al Cholo Simeone. El argentino sigue sin variar un libreto que tantas alegrías ha dado estos últimos años olvidando un detalle fundamental en ese tiempo ya pasado: nombres como Falcao o Diego Costa avalaban ese sistema. Los Gameiro o Fernando Torres, no. Y él, lo sabe. Intentó variar el juego al inicio de esta campaña y le llovieron palos y malos resultados. Volvió a lo suyo. Pero no siempre puede funcionar. Las bajas de sus dos laterales derecho y el canchero Giménez, tampoco le ayudó a mantener su modelo. Buscar urgentemente un sustituto a Gabi, prioridad. Con lo de Gaitán tal vez alguien debería pedirle explicaciones. Salvo milagro en el Calderón, vayan despidiéndose de Griezman, ¡qué jugadorazo!
Falta rematar la faena y, aunque mi mente siga pensando en esa “Maldición Champions”, ¿por qué no seguir disfrutando? Otros no pueden.
(Foto portada: marca.com)
@disparatedeJavi