A estas alturas de saturación craneal sobre la llegada o no de De Gea al Real Madrid y viendo la plantilla, a mi gusto, más que cerrada, creo que ha llegado el momento de comunicarle a Van Gaal que puede disponer de su guardameta para organizar las barbacoas que guste.
El equipo de Concha Espina tiene en sus filas a dos porteros que, a priori, deben cumplir el mínimo de solvencia exigible en un equipo como éste. Dos alternativas bien distintas bajo el marco: de un lado, Keylor Navas, rapidez y reflejos intentando recuperar ese modelo de portero que ha emigrado al país vecino y, de otro, el recién fichado Casilla, de altura y envergadura superior y que ya dejó el aviso deseado a más de un navegante: “me gusta ayudar a la defensa por alto“. El gran defecto sufrido desde hace mucho en la hierba pisada por los blancos.
Así pues, ¿para qué gastar las cifras desequilibradas que se barajan por traer al supuesto titular futuro de La Roja? Rumores apuntan a que, de no ser así, el Real Madrid debería abonarle la cantidad de 5 millones en concepto de “indemnización”. Conceptos curiosos a parte, yendo a la práctica simplista de las cifras, siempre será menos que lo que la escuadra de Manchester, capitaneada por mi anhelado compañero de cañas, solicita por su traspaso. El año que viene, “gratis”.
¿Realmente es necesario De Gea? Seamos sinceros: no lo sabemos.
¿Un riesgo no traerlo? Lo dudo.
Cualquiera de los dos cancerberos blancos está llamado a ocupar la portería con nivel más que aceptable. Los mismos que rabiaban y se rasgaban las zamarras clamando por la confianza perdida en nuestro anterior capitán e ídolo, deberían mirarse el ombligo y pedir lo mismo para los dos grandes porteros que vestirán de blanco esta temporada. También son de su equipo. Como tardaron en serlo Oblak o Ter Stegen. Ahora nadie los discute.
No es nada personal Edurne.
@disparatedeJavi
3 comentarios