Con la mirada fija en el teclado estoy varios minutos intentando escoger las palabras adecuadas para empezar esta #giliCrónica sobre mi paso por el #devoraBurgos 2015 (más bien en Burgos simplemente) y mi experiencia como Jurado en la #TopWarChef que se celebró el domingo 22. Pasan y pasan los minutos y cualquier pensamiento termina siempre en la misma palabra: GRACIAS.
Lo normal es postear los agradecimientos al final pero como lo estructural y gramaticalmente correcto nunca ha sido lo mío, voy a empezar la casa por la cocina. Así, los que no llegáis nunca a esa parte váis a tener que hacer un esfuerzo por llegar a la “chicha”. Ante todo, dar las gracias a Antonio Arrabal y Abba Hoteles por ser un pedazo de anfitrión y amigo. A Carol y Eneko, muy grandes. Fran Moreno y Diego Peláez, una suerte habernos puesto caras y abrazos (nos debemos un ratico más caluroso, jajajaja). A Luis (en especial) y al equipo de Plan Estratégico de Burgos por ponerme las cosas tan fácil. A Miguel Cobo por sus piropos (ja,ja,ja), a Begoña (sigue siendo “Mascletá”) y Jorne (algún día tendremos una conversación de fútbol como se merece ;)) y Mik y su pelazo por quitarme con Eneko el mono de mis nenes. Y al resto de Top Chef (y no solo de habilidades fogoneras hablo): Toni Canales (sí, soy de Murcia, ja,ja,ja), Hung Fai (un tío grande), Teresa (en nada nos vemos), Fran (tío majo, pijo!), Peña (animal), Pablo (“illo, maravillo”), Yayo (qué crack) … todo un placer haberos conocido fuera de una pantalla y unas letras. Y los cumplidos gratuitos sabéis que no se me dan muy bien con gente que creo no lo merece. A Luis Hernani y Alberto Molinero (Lola), dos cocinerazos con un futuro tremendo por delante. También me encantó conocer a David Izquierdo (Los Rastrojos), todo un buen tipo. Mucho ahí en estos tres. Y a Cristina y Javier Pérez de Andrés, dos grandes de esto y de los que solo puedes aprender y un gran placer conocerlos. Ángel Moretón completaba la mesa juzgadora. Creo que no se me olvida nadie, pero si me dejo alguien en el tintero, que sepa que está dentro de un fin de semana muy lejos de La Comarca donde me han hecho sentir #comoEnCasa. Y parad de echaros crema que hasta aquí.
La mañana del domingo se presentaba aún más fría que la anterior. Los redobles de campana que tuve la suerte de escuchar daban la bienvenida a los participantes de la segunda edición de la Top War Chef. Poesía pura ¿eh? Una excelsa comida de la mano de nuestro anfitrión servía de aperitivo de lujo para lo que nos esperaría en el Fórum. Dos equipazos compuestos por Antonio, Miguel, Begoña, Hung Fai y Toni Canales de la primera edición, junto a Alberto Molinero y David Izquierdo, pedazo de “ayudantes”. De otro, Teresa, Pablo, Fran, Peña y Carlos, de la segunda, asistidos por Luis Hernani, otro qué tal canta al fogón, y Carlos Alfaro. Futuro y más que presente en el escenario dirigido por Gerardo de Mateo. Un escenario con ciertos problemas de sonido que nos hizo complicado a los tenientes de tímpano del Jurado seguir sin despistes el combate.
Cada equipo debía preparar dos platos: uno a su leal saber y entender y otro que tuviera productos originarios de Burgos. Hora y media por delante. El tiempo empezaba a correr y el equipo blanco optaba por dar unos minutos de ventaja al negro simulando echar un tute o, viendo el resultado final, casi un “teto”. Mientras que la gala transcurría con la entrega a los infantes del “Peque Chef ridding”, los guardianes del veredicto íbamos haciendo incursiones metiendo las fosas nasales en los preparados que iban cogiendo forma en ambos bandos. Mucha más organización y clarividencia presencié en el equipo de la “primera generación” y así se lo comentaba a Gerardo de Mateo y a mi compañero de mesa móvil, Javier “Gimli”. Este año, como novedad, se instalaba un confesionario (desvirgado por Carlos antes incluso de pisar el escenario) por donde iban pasando los chefs animando al personal y, sobre todo, intentar despistar al rival.
Mientras que el equipo blanco se entregaba más al show, las caras de concentración de la mayor parte del equipo negro hacían intuir qué pasaría en la cata. Ver a Hung Fai manejar sus cuchillos con la verdura hizo que por unos minutos me quedara “atontopijao” (guiño a Murcia y mi acento ilocalizable) sin despegar mis retinas de sus cortes al aguacate. E incluso Antonio Arrabal se atrevió a dejarse cortar un pepino (¿o era un calabacín?) en su antebrazo con un golpe de mini katana.
El tiempo transcurría y los equipos iban cuadrando sus ideas hasta el emplatado final. Allí que los cinco miembros del Jurado esperábamos las creaciones entre risas, rotura de tímpanos espontáneas (lo único realmente defectuoso, insisto) y cuestionándonos, sobre todo yo, como introduciría en los platos el conejo. “A emplatar“, proclamaba Gerardo y ya nos aseábamos las comisuras de los labios para la cata. El equipo negro tuvo el detalle de prepararnos un aperitivo “fuera de concurso” de Hung Fai que nos refrescó “con perejil y no cilantro“. No hablamos de ello finalmente Maestro, pero a mi me moló.
Aquí se acaba definitivamente el lubricante.
El equipo blanco (Top Chef 2) fue el que primero nos presentaba, a través de Javier Peña y Carlos “Bacterio Extremo”, su creación: recurriendo a las palabras de mi compañero de mesa Javier, “la falsa ostra” u “ostra en loza por favor”. Consistía en algo parecido a un “Ravioli de gamba con conejo, nitro con ostra, encurtidos y algas nori y vete a saber tú qué más”. Hablo a título personal cuando digo que aún pienso qué era lo que ese plato quería decir o, mejor aún, cuál era realmente el sabor ideado. Aunque para el chef barbilampiño tuviera un sabor “abrupto” como la ciudad que nos acogía. Abucheos included. Una mezcla de contrastes pero sin un fin claro.
Era el turno para el equipo negro y Miguel nos presentaba la “Cigala con verduritas y aceite de limón, jugo de su cabeza y curry” (VERDE, que conste! ;)). La presentación más currada que la de sus rivales pero lo que me esperaba iba a ser una explosión de sabores en la boca, acabó siendo un plato algo soso y “sin llegar”. Solo con un poquito de sal ese plato ya les habría dado ventaja. En mi disparatado paladar reinaba un empate justo.
Turno para el segundo plato: Fran aclaraba que únicamente debíamos comernos la tempura en forma de cabello electrificado de la cebollita que coronaba el plato (en La Comarca lo llamamos “ajo tierno”) antes de degustar la “Merluza que siempre se sintió bacalao con caldo de morcilla burgalesa y pimientitos”. Durante el show fue Peña quien bautizó a Javier Pérez de Andrés como “el enano del Hobbit“, así que recurriré al apéndice gastronómico de J.R.R.Tolkien para decir que el trocito que me metí a la boca estuvo dando vueltas por ella como si de un trozo de “pan del camino élfico” se tratara. Podría haber estado masticándolo sin sentido y estar alimentado durante tres días. Una sorpresa la que nos llevamos todos los de la mesa privilegiada y el único plato realmente defectuoso de la tarde.
La cosa pintaba muy fea para ellos como así fue al llegar el plato presentado por Begoña y Antonio: “Patata confitada rellena de foie, setas, morcilla y un caldo que te hacía llorar” (la chica fotógrafa que tenía a mi lado dio cuenta de ello). El plato de la noche sin duda y a años luz de los anteriores. “Por esto quería estar aquí sentado con vosotr@s“, pensé. Ya tenía mi ganador como finalmente decidimos.
El equipo Top Chef 1 se alzaba con la segunda edición de la #TopWarChef. Se producía entonces la avalancha de masas y poco a poco los focos se fueron apagando. Una suerte poder verlos a todos entre fogones, risas, cuchillos y mucho cachondeo. Lo que pasó después, ya sabéis, “lo que pasa en Burgos, se queda en Burgos”.
No quiero dejar de mencionaros también “El Cuadro” y “La Cantina del Tenorio“, lugares donde comí y cené, y donde fueron más que correctos en el servicio, trato y comida preparada. Sin olvidar la despedida a lo “banquete galo” en “La parrilla Royal“. Gracias también a ellos.
En definitiva, un gran fin de semana y una experiencia que debería repetirse más a menudo, tanto para deleite de “el personal” como para ellos mismos. Enhorabuena a Burgos por este tipo de eventos. ¿Oye, y en Murcia? 😉
@disparatedeJavi
Buenas Javi!
En mi caso aun no tengo el placer (tengo ese convencimiento) de conocerte, pero algo me dice q lo haré. Lo q si puedo es agradecerte a ti, por hacer vivir a los q no estuvimos una tarde tan amena y llena de sorpresas entre amigos. No soy lo q se puede llamar ducha en la materia, tan solo me quedo en aficionada y con mucho interés en esto de la cocina pero lo q siempre me va a gustar es leerte después de un evento, después de un programa. Felicitaciones por tu entrega y tu trabajo. Un abrazo!
Gracias Anuska! 😉
Una pena haberte perdido el show … Un abrazo!
Efectivamente y sí!
Fíjate que siempre tuve la sensación de que si llegaba el día en el que nos conocieramos en persona, me iba a sentir como si fueras mi amigo de toda la vida y nos hubiéramos visto el día anterior. Y así fue. Como si los twits que nos cruzamos durante estos meses hubiéran sido años de cole y aventuras.
Muchas gracias a ti, Javi. Por la confianza, la naturalidad y el buen humor que desprendes. Y por haberme hecho sentir como tu amigo, cosa que hoy en día está cara, así en general. 😉
Un fuerte abrazo y hasta pronto, O antes.
🙂
Gracias Fran, el sentimiento ha sido mutuo!! Que la gente te trate así, se preocupe porque estés bien y realmente sientas que no es un esfuerzo para ellos, dice mucho de vosotros.
Realmente todo salió “rodao” y las cosas solo salen así si realmente es la voluntad de la gente.
Te espero por el Sur para que compruebes el por qué los Hobbits bebemos más cerveza que vino! jajajajaja
Un abracico!!!!