Ésos parecen ser los requisitos que el mercado fútbol de hoy día establece para pagar más de 100 millones de euros por el fichaje. Mbappé, Dembélé y “la madre que me parié”. Que si al Madrid, que si ahora, al Barça, que si el que venía al Camp Nou ahora prefiere La Castellana. 80 millones, no, mejor 100, ¿y el de 180?. Todo un #disparate que promete alargarse unas cuantas semanas más viendo la negativa de La Liga a aceptar el cheque de Neymar y la petrificación en los despachos de Barcelona.
Los catalanes han visto como se ha hecho realidad algo que sabían desde hace semanas. El modus operandi de esta Secretaría Técnica es todo un misterio. Ni un solo acuerdo cerrado desde que saltó la noticia y un baile de nombres variopintos que solo regalan enojo e incredulidad al soci. Cuando éstos se frotaban las manos pensando en el EQUIPO que pueden formar con ese dinerito fresco, la Directiva parece no querer enterrar el concepto “tridente” y lanza los nombres del extremo del Dortmund y, de paso, provoca urticaria en los genitales madridistas con el otro francés que acapara titulares desde junio. Estos despropósitos me recuerdan tanto a tiempos no tan lejanos en la Casa Blanca donde primaba antes el nombre del cromo que la necesidad sobre el piso … ¿Qué pensará el repescado (de nuevo) Deulofeu? ¿Y Alcácer?
Nobita y su amigo Robert deberían hacer como el presidente madridista: dejar de coleccionar y rearmar una escuadra con evidentes lagunas en el fondo de armario. Aprovechar la salida del sucesor de Messi para fijar ese centro de campo que se lleva escapando tiempo. Apuntalar la defensa que tiembla cuando Piqué no está fino o a Umtiti se le olvida en qué Liga juega. Mascherano no está para estos trotes ya. No lo estaba tampoco el año pasado. Digne es el comodín para las coñas en la Ciudad Condal. Rakitic acabó pidiendo la hora en el mes de abril y Busquets sigue sin un recambio de garantías que no sea un portugués llamado André Gomes, objeto de mofeo continuo. Por cierto, para mi, un gran jugador. Rafinha pasa su tiempo en la enfermería y a Denis parece quedarle muy grande su vuelta a casa. Iniesta tiembla ante la que se le viene encima. ¿Y la tan famosa cantera culé? ¿Qué cantera?, diría yo. Hace años que se desechó para derrochar papel timbrado. “El txingurri” es la última esperanza para la fuga de talentos.
222 millones en la nube y otros nombres como Coutinho. Klopp se frota las manos por mucho que declare lo contrario. El alemán sabe que con 100 kilos bajo el chándal puede rearmar su Liverpool con JUGADORES. Algo que en el F.C. Barcelona es evidente no saben. Bandazos, nombres para tapar el desastre (para algunos) de la salida de Neymar, cláusulas ante Notario y todo un sinfín de disparates en la gestión que el club culé nos regala. La estrella de Verrati se apagó con Raiola. Y ahora en la prensa catalana se alaba a chispazos la gestión de Florentino Pérez. Qué cosas.
SE BUSCA “joven, extremo y veloz”, no busquen “consagrado, jugón y necesario”. Me asaltan nombres como Borja Valero. Realmente es un nombre que ha merecido más de lo que ha tenido. Éste era su verano. Nos seguimos acordando de Thiago, unos con risas, otros con llantos. Y cuestiones como ¿preguntarán a Valverde qué le parece todo este baile insensato de nombres y cifras? Pero esto, son mis locuras. Dejadme solo si gustáis.
Otro día nos echamos unas risas con las cifras en comisiones que el F.C. Barcelona ha regalado a Neymar Family.
@disparatedeJavi