… Luis Enrique ha decidido cagarse dentro. Anoche el F.C. Barcelona volvió a demostrar que es un equipo medio roto. Durante semanas, incluso meses, ha ido ganando partidos (como antaño su máximo rival blanco) por el puro talento de su MSN. Escasas han sido las tardes donde los culés han desplegado ese juego del que tanto se enorgullecen. No fue el caso ayer en el Juventus Stadium.
Se mascaba la tragedia en las barras de bar. La ausencia de Busquets hacía apretar aún más los genitales al seguidor del Barça. No hay sustituto, ni siquiera jugador que se le acerque, para el “5” blaugrana pero, si hay alguien que pueda sacar la pelota desde ahí, sin duda, no es Mascherano. El argentino lleva en caída libre (maquillada) desde inicio de temporada. Que te quite el puesto un recién llegado como Umtiti, el mariscal de barrio, es muy ilustrativo. Para el que lo quiera ver, también es cierto. Perder a tu ancla defensiva y tu eje inicial de ataque y colocar una defensa de tres que haría temblar a cualquiera y renunciando a la salida fluida de balón. Talento de entrenador.
Pero si alguna decisión redujo el esfínter culé al del tamaño de una musaraña fue la de alinear al “fumeta” francés Mathieu en detrimento, un día más, de uno de los cinco mejores laterales izquierdos del mundo, Jordi Alba. El de Hospitalet es el gran damnificado por el egocentrismo de su jefe. También es mucho más fácil dejarlo a él apartado que a Mascherano. Infame valentía de la que todavía presumirá un Luis Enrique que se encargó él solito de mostrarle a la Juventus con luces de neón el camino hacia la portería rival. Si había algún motivo, por extraño que fuera, de alinear al galo era el del peligro aéreo de los italianos. “Ahora lo quito para arreglar mi desaguisao … y Chiellini me clava el tercero”, sabiduría en estado puro.
Iniesta sigue pareciendo un espectro del jugador que fue. No me equivocaba hace un par de años cuando intuí que su nueva posición en el campo, y el sacrificio que ello requería, acabarían por lastrar el juego de nuestro pequeño genio albaceteño. De nada sirve reservarlo uno y otro domingo si no se encuentra a gusto sobre el piso. Si por Luis Enrique hubiese sido lo habría conservado en formol en el museo del club. El fichaje de Neymar y la marcha de Xavi han ido poco a poco consumiendo su genio. De André Gomes solo puedo decir que, de fichar jugadores para que no jueguen donde saben, en el Real Madrid van sobrados. Me encanta que el Barça siga cayendo en el mismo error.
Y lo que resulta evidente en el fútbol de hoy día es que el que no corre, no gana. La MSN tuvo su segunda “no comparecencia” consecutiva tras lo de Málaga. Dani Alves, otro ilustre ex que engrandece la leyenda de este colectivo de antiguos amores, le dejó claro desde el minuto 1 que no iba a ser una noche fácil para él. Partidazo se marcó para volver a reirse en la jeta del que creyó que Sergi Roberto cubriría de sobra su salida. “Mordisquitos” Suárez estuvo como casi siempre. Digo “casi siempre” porque estuvo peleón, protestón, ansioso, nervioso … pero además, fallón. Suyas fueron las dos más claras además del mano a mano que Buffon salvó frente a Iniesta. ¿Y Messi? Sus ganas de jugar terminaron por esfumarse cuando vió al uruguayo negado de cara a puerta y a Chiellini cabeceando sin saltar por encima de su compañero albiceleste.
Otra noche en que Luis Enrique demuestra no ser entrenador para el Barça (aunque SUS JUGADORES ganaran el triplete cuando jugaron como ellos estaban acostumbrados). Si me apuran, para ningún grande. Que no sabe de variaciones tácticas que solucionen problemas (no me vendan que ha inventado el 3-4-3). Una nueva ocasión para ver que su ombligo tiene el diámetro del cráter del Krakatoa sin importarle las últimas consecuencias. Otra oportunidad de comprobar la estúpida confección de plantilla de su amigo Robert (¡y Zubi era maligno!). El Barça fichó a su Mourinho, ése que cada dos años deba hacer limpia de vestuario, y lo sabía, aunque no supo aprender de los errores del máximo rival. El cansancio de una plantilla, físico y mental, también es evidente y tiene toda la pinta de que no será la última vez que veamos un batacazo culé de aquí a final de temporada. El Barça empezó a diluirse hace muchos meses, abrid los ojos.
Ya se vende la remontada … pero recuerden: Emery no es Allegri y la Juve no es el PSG. Tampoco hay que pensar mucho. Ni Real Madrid ni Barça han jugado al fútbol esta temporada. No los sigan esperando.
(Foto portada: goal.com)
@disparatedeJavi