Una maravilla de programa que lleva en su mochila cinco temporadas ya y ¡por Tutatis! que siga en carrera sin meta fija. Un regalo no solo para runners sino para todo aquel que sienta que #LaVidaMola. Y, con Maraton Man y Raúl Gómez, ¡coño que si mola! Aquí, la #gilicrónica de uno de mis programas ♥ en #0.
Muchos seguiréis pensando que es un programa para corretones, para esos bestias que son capaces de calzarse las zapatillas y echar a correr distancias para la mayoría disparatadas. Pero no, nada más lejos de la realidad. Maraton Man es de esos pequeños tesoros que podéis encontrar en pantalla. Una joya con la que sentir, sentir y seguir sintiendo. La medicina perfecta para comenzar cada lunes con una sonrisa en rostro y alma. Una inyección de fuerza, coraje, optimismo, felicidad, valor y fe … fe en la raza humana, que mucha falta hace en estos días oscuros que vivimos.
Raúl Gómez te enamora desde el principio con esa personalidad arrolladoramente entregada a una causa, a que la vida siga molando. Mientras que lo vemos viajar, abrazar, reir, llorar, cantar y, por supuesto, correr, tu corazoncito bombea felicidad absoluta a pesar de las múltiples hazañas y brutal espíritu de superación que nos muestran sus protagonistas cada semana. Pero nunca enfocado a lo lacrimógeno, a lo sangrado de retinas o rasgar interiores. Todo lo contrario. El objetivo es la esperanza, la motivación, la lucha interior, la superación … la alegría de este gran regalo que es vivir.
Tengo la suerte de conocer a este gran tipo, poco, pero una gran ventura de saber que ese tío con pelazo, cuerpazo y sonrisaca que véis cada domingo a las 22 horas en #0 es tal cual. Alegría pura. Sonrisa medicinal. Escucha activa. Pasión a raudales. Fuera máscaras y prototipos.
Dejad los prejuicios, fobias, manías y disfrutad de esos pequeños grandes pedacitos de vida que os regala Maraton Man. Os aseguro que vuestros corazones retomarán un latido necesario. Para correr por la vida desde vuestro sofá a zancadas maravillosas. Y, si tenéis peques, tenéis a mando una lección de la que aprenderán vida. Los míos ya gritan “¡La vida mola!”
@disparatedeJavi