¡Qué fácil resulta todo cuando se colocan las piezas en su sitio! Ése podría ser el mejor resumen de lo visto ayer en el posible último derbi en el Calderón. Zidane calló las bocas de muchos ansiosos y otros tantos filósofos de barra. Simeone volvió a comprobar lo que hasta su capitán cantó ante la prensa. Aquí, mi #disparate.
“Sabíamos cómo iban a jugar“, declaró Koke al final del partido. Pues, para tenerlo tan claro, pocas soluciones excepto la de siempre se vio en los colchoneros. Por lesiones, baja forma o por simplemente cambiar sus piezas dependiendo del rival, El ENTRENADOR blanco situó las suyas en su sitio. De inicio dejó el dichoso 4-3-3 para formar a sus muchachos en el sistema más lógico para sus cualidades, el 4-2-3-1 con el “Bicho” en punta. Sí, su posición perfecta hoy día, no seamos más cansinos con ese tema. Un tema de auténtico “cuñao”. Como el de Isco que, donde despliega toda su magia, es la media punta. Descubrirlo ahora merece una buena dosis de collejas. Es uno de los mejores peloteros que ha parido este país. No hay más. Bale donde clamo hace años, en SU izquierda. Que no os vendan más que el galés puede jugar donde quiera. Su control de pelota al pie es evidente que no es el de un costurero, de ahí que donde brille siempre sea con espacios y, en la banda, suele haberlos. Brilló, defendió y asistió para el remate final del partido. Sin olvidar que todo balón colgado lo tocaba antes que el endiosado Godín.
Un partido que se dividió en tres fases: una primera en la que el Real Madrid supo aguantar el empuje inicial de los atléticos y donde dio un auténtico baño al rival. Cristiano ejecutó una falta que acabó dentro con la fortuna que se le negó en un cabezazo y remate anterior dejando en paños menores a su marcador uruguayo. Así acabó la primera parte, con los blancos dueños y señores de las gargantas de la grada. El segundo asalto empezó con la habitual pájara de los de Chamartín que perdían una y otra vez la pelota ante el empuje del vecino. Eso sí, con más ganas que claridad. Hasta que, en un control de patio de colegio de Savic, el portugués provocaba un penalti que todavía hoy hay algún hooligan se niega a ver. 0-2 y un encuentro que pareció más que despachado. Así transcurrieron los minutos hasta que llegó la contra esperada. Isco, Bale y Cristiano, para dentro. Hat trick de un tipo acabado. ¡Qué cosas!
Soy el primero que ha puesto en duda (y sigo así) el estilo de juego del Real Madrid de Zidane pero sería de necios no admitir que el francés ha dado empaque a un equipo hace menos de un año deslavazado. Benítez triunfa en la segunda inglesa, eso sí. Con Modric el equipo es otro. Sin olvidar, cómo ha sabido “crear” un jugador como Kovacic que ayer se marcó un partido de escándalo. Nacho y Varane cumplieron a la perfección. Sigo sin echar de menos a Sergio Ramos. En definitiva, los blancos se pasearon a ratos en el patio de casa de su rival.
Simplistamente estúpido, insisto, es reducir el partido a si fue penal o no. Si el cabezazo de Cristiano entró o tampoco. Si Zidane alineó sus piezas más por fuerza mayor que por convencimiento. El resultado y el juego están ahí. Por contra, el “Cholo” volvió a equivocarse. Aunque he de romper una lanza a favor del argentino. Desde que sentó sus nalgas en el banquillo atlético se le ha achacado por el aficionado no colchonero que el equipo tenía un juego rancio. Este año, por mucho que él mismo lo niegue, ha dado un pasito más y ha querido colocar sus grandes piezas de ataque descuidando más la defensa. Es hora de dar un paso atrás. Gabi demuestra que los años pesan y que, cuando el equipo no se encierra, sufre y mucho. Fernando Torres no es el delantero titular de este equipo. Tal vez ni en Copa. Está bien agarrarse al factor emocional en determinado momento pero no, “el Niño” dejó de ser el adecuado para saltar al campo de inicio hace mucho. Dejar a Correa, Gaitán o Gameiro en el banco no sé si es un lujo o la estupidez de alguien que no quiere ver. Antic dijo en los días antes que tenía “muy buena prensa”. Sí, pero no olvides querido Radomir que Simeone ha llevado al Atlético de Madrid a ser un grande de verdad, en el campo, en resultados, no en el corazón. Eso es lo que el argentino debe recuperar.
Un Real Madrid que sigue invicto. Un Real Madrid que amplía nuevamente su ventaja al frente de una Liga que todos los merengues deseamos. Estamos cansados de levantar Orejonas, podría decir algún cretino. Ni mucho menos. Pero alzar la copa doméstica es algo a lo que el equipo debe aspirar siempre. Ayer, otro pasito más. Queda mucha carrera por delante pero, anoche, Zidane, demostró ser algo más que un gestor de egos. Habrá que esperar a los siguientes partidos pero el primer match ball se ha salvado con una buena dosis de Hemoal para muchos.
(Foto portada: lainformación.com)
@disparatedeJavi
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