No es País para el Tata

Duro y directo suena el título escogido para el artículo de hoy. Pero, ¿alejado de la realidad? El miércoles noche tuvimos un ejemplo más del divorcio balompédico que poco a poco parece producirse en Can Barça entre el equipo y la afición. El primero en alzar la voz ha sido el, posiblemente, mejor lateral derecho de los últimos tiempos. Al día siguiente, volvió a escarbar en esa pequeña herida abierta.

“Y qué carajo queréis que haga?”

Por contra, su entrenador afirmó sin rubor alguno que “si yo tuviera que trabajar al día siguiente, tampoco vendría al partido en este horario“. Pero el lateral insistía: “los aficionados que no vienen no son tan culés como dicen“. ¿Quién se acerca a la “verdad”? Ni uno ni otro, diría yo. Más bien una fusión entre ambas declaraciones, bien sazonado con un poco de “el equipo juega a arreones“. Toni Freixa, ese diplomático de las ruedas de prensa, se subía a este carro para luego borrar su tuit: “Hay pocos motivos para celebrar el juego del equipo“.

Efectivamente, el “run run” sobre la dinámica del equipo no tiene una antigüedad ínfima de horas. Más bien, semanas. Personalmente ya planteé mis dudas sobre el año deportivo del equipo culé aquí. Transición es otra banda publicitaria que lleva esta camiseta para el que escribe. Los resultados, evidentemente, dicen lo contrario. Pero este equipo me recuerda cada vez más a su rival años anteriores cuando, únicamente, ganaba por la calidad y cantidad de sus estrellas con poco que hicieran. Eso sí, las reválidas ante escuadras fuertes del viejo continente, dejaban bien expuestas las carencias de fondo que se intuían.

Pues esto mismo es lo que veo en los soldaditos del Tata Martino. Una displicencia en la adaptación de un “nuevo sistema”. Cuando el equipo parece ponerse las pilas es cuando más nos recuerda a su época dorada de no hace mucho. Presión agobiante y asfixiante arriba que hace recuperar la pelota rápida y a muy pocos metros el área rival. Pero, de pronto, el equipo vuelve a la planitud a la que nos tiene acostumbrados en muchas fases del campeonato. Sí, yo era uno de los que clamaban por un “plan B” en las filas culés. Pero es que, ese atajo sin delantero centro, se convierte en la misma rémora que lastra su juego de toque infinito y aburrido.

Apertura a bandas para ensanchar campo y rival pero ¿Quién las “enchufa”? A este equipo le falta ALMA, puesto que, a falta de ese “matador”, este plus, para mi, solo lo ponen dos jugadores: Iniesta y Messi. Del primero, no mucho podemos decir. Un misterio que ni los de la viejecilla de la máquina de escribir. No nos debe pillar por sorpresa los servicios médicos del Barça, pero lo cierto y verdad es que nos da la sensación de estar “perdiendo” a un crack sin saber por qué. Del segundo, ya se alzan voces, y de paisanos como Cappa, que avisan de no verlo comprometido. Sin saber la razón, el resultado es ése. Es cierto. Es así. Y sin sus goles, algo se tambalea. Otros agoreros dicen que el vestuario está roto. A saber en qué se basan. Otro loco que firma este artículo escribió en OCTUBRE esto.

Pero sí, al menos eso sí, soy de los que ven que este equipo carece tanto de cohesión interna como futbolística a un ritmo constante. Sobresaltos y baches que pueden llegar en el peor momento. Cada uno parece estar haciendo la guerra por su cuenta ante esos cañonazos de “madriditis”. Muchas salidas se esperan o intuyen en junio. La primera, la del Tata. Tal vez no le falte parte de razón a Alves.  O incluso a los agoreros de referencia. ¡Ojo a Manchester! A esperar toca.

@disparatedeJavi

“Si vendo a Messi, Alves, Alexis … Puyol se retira, Pinto pasa … y el Tata, igual … ¿Cuántos jugadores podré comprar?
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