¡¡A la Sierra Madrileña!! Cercedilla. 34Bar, un proyecto de hamburguesería dirigido por tres jovenzuelos (dos hermanas, Laura y Fanny y un “cuñao”, Juan, 26, 25 y 18 años) con ganas, pero con muy poca idea. La intro musical de “Winter Winds”, Mumford & Sons, nos presentaba a Laura, la jefa, que ya había tenido su primer gran negocio con 18 años en pleno centro de Madrid. y que era el único sustento de su familia: “mi prioridad ahora es el negocio, no la relación. Esto no es un juego“, decía. Ella, lo tenía muy claro. Él, sin embargo, quitaba hierro al asunto dejándolo en un simple distanciamiento de puntos de vista. Pero la realidad era otra: una absoluta inexperiencia en algo así, aderezada con peleas, gritos, falta de entendimiento y una juventud como único tesoro, hacen que la “fritanga”, el desorden, y la falta de autoridad, reine en el local junto al “congelados way of life“. Maestro más que nunca debía ser Alberto esta semana para darles la LECCIÓN sin chafarles el sueño. Y, como tal, deberá tener un claustro profundo con la madre del “aprendiz de cocinero”, que se ha encargado de lavarle el cráneo haciéndole creer que tiene todos los tintes de ser un reputado chef. Deudas, gritos y el fracaso como horizonte. Así, no.
“I will wait”, Mumford & Sons, acompañaba al Chef a su llegada a la Sierra Madrileña: “en estos pueblos, se come muy bien” (doy fe). “El sitio a priori mola y debería ir bien“, se decía. La típica vestimenta de local empedrado de sierra recibía a Alberto que, al entrar, conocía a los encargados: “pero si entre todos casi hacéis los que tengo yo“. Laura nos decía el por qué de dejar su anterior negocio: “un jamacuco” (de tanto currar), y claro, “ahora vas, y lo haces dos veces” jajajajaja. Sí, señor, con dos cojones Laura! ¿Para qué nos caemos? ¡Pues eso! Pero ella no podía hacerse cargo de todo ya que de lunes a viernes ella tenía otro curro. La diferencia de QUERER entre ella y su “novio” se hacía evidente a cada segundo que ambos abrían la boca.
Una semana más, la visita a la cocina se adelantaba, y Alberto podía comprobar la realidad: fritanga al poder. ¡Pero elevado a los altares! Los fogones tapados por sendas freidoras ya nos hacían presagiar lo que estábamos a punto de ver en la cajita pequeña. “¿Pero tú sabes cocinar?“, le preguntaba a Juan. Y éste, ni corto ni perezoso, de primeras, se envalentonaba rememorando las andanzas culinarias de su familia en distintos restaurantes y decía dominar los arroces y saber hacer una tortilla de patatas … “Entonces, ¿por qué la compras congelada?” ¡Zás! Era él quien parecía encargarse de la compra de suministros: poquitas ganas de currar a piñón se le veían. Al chaval se le veía que quería hacer algo “en memoria de su padre“, pero desde luego, actitud, tenía la de un oso en invierno. La 2ª planta del local estaba destinada a los acústicos de ambas hermanas, también cantantes. “Como el salón de casa, quieren, pero no saben” (“Drive”, Rolfe Kent). Abajo, en la cocina, Juan y Laura ya empiezan las tiranteces. Mientras que él sigue excusándose en que nunca dijo ser cocinero (algo a lo que ella enfurecía por momentos). “Es la mujer de mi vida“, decía él (sí, de una vida paralela). Pero yo, lo único que veía, era un muñeco de cartón piedra con menos personalidad que una seta.
Alberto iba cotilleando mientras esperaba la comanda, y encontraba una salsa picante que “solo la soportas cuando tienes 22 años y eres universitario” jajajajaja, total. Y una lata de … algo abierta únicamente por un extremo para verterla (pero claro, sin saber nunca cómo está lo del interior). “Algo, prohibísimo“, decía el Chef. Llegaba la comanda: unas patatas fritas “congeladas y salsa de bote, sin gracia” hacían que Juan se pronunciara “imaginaba que no se las comería” (entonces, para qué coño las pones?). Una hamburguesa “casera”: “Qué mierda“, era la calificación y unos aros de cebolla igual de criogenizados que el resto: “qué cabrón“, espetaba. Y el momentazo ochentero rememeber llegaba con He-Man, jajajajaja, “Hoy me siento como He-Man, estoy de un valienteeee“. Llegaba la tortilla y no había sorpresa alguna. Ya nos había adelantado Laura que “Todo aquí es congelado”. Alberto le dejaba las cosas claras: “tener un cocinero que no te cocina, pá qué?“. Ella lloraba de vergoña. No era para menos. “Esto va a ser duro“, el de Carabanchel se enfrentaba a un público juvenil al que no quería hundir de primeras sino ENSEÑAR.
“Si el de en frente está lleno y éste no, será que algo hacemos mal, no? La comida es una puta mierda y lo sabes“, le decían las hermanas a Juan que decía “fallar el sistema“. “Eres el único cocinero del mundo que tapa los fuegos“, le recordaba Alberto. Les ponía las pilas y se despedía de ellos yéndose a “comer algo”. De vuelta al “Centro de fritura avanzada“, se encontraba con el primer actor secundario: el padre de las chicas, Jesús. Cada uno tenía una opinión distinta … desunión absoluta, vaya. Primer error garrafal: las comandas: “sin papel multicopia” y cantadas de memoria, solo podían llevar a un lugar: el caos. La clientela empezaba a pirarse hartos de ver comida dura como una roca, una salsa brava que abrasaba paladares y unos aros de cebolla sin cebolla. “Me he sentido como si me hubiesen dado una patada en el culo“, decía Juan tras el servicio. No, en el culo, no. Pero, una vez más, con menos criterio que sus tortillas, decía que “él no probaba la comida que hacía porque era fritanga” … ???? … Y Laura, le daba otro ¡Zás! “ni el pan tumaca que hiciste el otro día“.
Y aparecía la actriz de reparto, Alejandra, madre de la criaturica, al que empezaba a excusar nada más llegar y calentarle la oreja a Chicote: “esto no es un restaurante para su trabajo“, tenía las pelotas de decir, mientras que volvía a repetir que su hijo no era “profesional”, lo que indignaba a las hermanas. ¿En qué quedamos, sí o no señora? El primer momento “suegros ring” llega entre ella y Jesús, que le deja bien clarito que la culpa la tiene ella por haber elevado a los altares de la creatividad a su hijo cuando, realmente, es un tuercebotas al mando de una cocina: “que yo dije? que no, que sí, que no ….” y mientras que las chicas lloraban, ella entra cual Espinete en la cocina al grito de “ahora la hija de puta de este negocio soy yo?“. Alberto seguía dándole vueltas al cráneo en la forma de decirles LA VERDAD sin hundirlos y se inventaba el “juego de la verdad”, “algo que tenéis mucho más cerca en el tiempo que yo“: ¿Menú atractivo? les preguntaba mostrando todos los envases de los congelados. ¿Saben a basura? ¿Alejandra, tu hijo es buen cocinero? Ella, tiraba balones fuera. ¿Jesús, Juan cocina bien? “Noooooooo“, decía. “3 críos jugando a los restaurantes“, sentenciaba el de Carabanchel.
Al día siguiente reunía a la pareja (más a la fuerza que a base de amor): Laura nos daba una lección de autocrítica mientras que su, aún semipareja, a lo único que acertaba era a darle la razón como el que sabe está perdiendo algo entre las manos sin poder retenerlo: “ahora mismo la relación está rota, mi prioridad es llenar la nevera“, decía ella. Él, asentía, poco más. “Peloteo”, algo que hacía tiempo no veía. “Estamos unidos por el dinero, nada más“. Meridiano, ¿no? y él saltaba con “soy consciente … ahora” (Thomas Newman, “Brooks was here”, Cadena Perpetua). “Convénceme (nos)!!!“, terminaba diciéndole Alberto. Al día siguiente, Chicote les enseñaba a hacer TORTILLA DE PATATAS no sin antes mostrarles uno de los mayores avances de la humanidad: el fuego y la sartén. Jajajajaja, highlight! A mondar patatas que se pusieron al ritmo de Madness, “One Step Beyond” (qué recuerdos de la tercera edición del S.O.S.) y Alberto les daba a probar la tortilla de bacalao. Todos fliparon, al menos, lo parecía, menos Juan que “tenía menos expresividad que Darth Vader“. “Hoy vamos a ofrecer lo que se llama un Menú honesto” jajajajajaja y habían escrito en la carta la verdadera procedencia del producto, lo que provocaba risa en la clientela, y tener que pasar por el aro del Chef: hoy, tortilla, y punto. Apartaditos, Chicote le decía a Juan que espabilara que iba a perder algo más que un trabajo: “la amo“, decía su interlocutor … ¡PUES DESPIERTA!
Pero la armonía que parecía haber conseguido el hoy más que nunca docente, la iba a romper nuevamente la actriz del melodrama de sierra, Alejandra. Entraba como los toros bizcos y buscaba un cameo con Chicote para volver a reiterarle que su hijo no tenía culpa de nada y que eran ellas las que echaban a la clientela con su comportamiento. Harto de tanta tontá sobreprotectora, le dice que “solo venis a avivar el fuego y que solo te centras en defender a tu cachorro y así, no le haces ningún favor” (Amén!). La frase de “mi hijo de aquí no gasta“, hizo encenderse a las hermanas nuevamente y Juan, dar un paso al frente (el primero) e ir a hablar con su madre a decirle que se está colando pero a lo grande. El SERVICIO comienza y con él, los problemas: no queda pan para los perritos, las tortillas son devueltas crudas (“después de estar toda la mañana, la primera, zás, a la basura!“), sigue sin probar lo que sirve, no hay tenedores limpios suficientes … y mientras tanto, los actores de reparto, a lo suyo: Jesús se acerca a interrogar a Alejandra sobre qué coño había hablado con Alberto y se vuelve a liar pero bien. Ambos abandonan con un “show de telenovela” el local mientras que Fanny tiene que ser calmada por su hermana ante tanto estrés: “es un coñazo de persona, no voy a decir que está loca … (jajajajajaja) pero se le va la olla” (fue la despedida del padre de las chicas). La madre, no, ella, se marchó digna, muy digna. “Aquí no se aguanta ni dios, y el único que os aguanta a todos, soy yo“. Chicote se piraba.
El momento patata esta semana iba a tener su gracia. En un entorno repleto de rincones preciosos como es la sierra madrileña, y con hilo musical de “Oh Mandy”, The Spinto Band, Alberto le dejaba bien clarito que el problema era él (Juan) y que debía pirarse. Entonces, vimos la primera reacción del chaval. Verse arrinconado, apartado y al borde de perder a su chica le hizo reaccionar y decir “no voy a tomar ese consejo, Laura volverá a mi“. Esperemos, chato, esperemos, porque la chica, vale mucho. “Estoy harto de perder“, finalizaba (“Mother´s Journey”, Yann Tiersen, Good Bye Lenin). “Es la primera vez que veo esa mirada en ti”, acababa el Maestro Jedi. Aparecía ella (“Let her go”, Passenger) y Juan se daba cuenta que el chef le había mentido para ver si poniéndolo al borde del KO reaccionaba (como así fue). Ella, le daba otra oportunidad. Toda una MUJER, las cosas, como son.
Y como es habitual, el equipo del programa (@ebarrera_ ) realizaban la REFORMAZA, convirtiendo un bareto pobrecete de sierra, en un garito juvenil y con “punch” muy acorde a sus dueños. Rebautizado como “F&M, fast and food“, y al ritmo de James Brown, veíamos el cambio radical. La carta en forma de vinilo, me encanta. Aretha Franklin nos presentaba la 2ª planta para los concierticos y otro clásico como “Mr. Postman” nos acompaña en el momento NUEVA CARTA, “tira a recenar“. Chicote les pide a los suegros para el ÚLTIMO SERVICIO, básicamente, que estén con la bocaza cerradita. Juan, parece más motivado que nunca y es Laura, ahora, la que recibe una y otra vez las arengas de Alberto para que espabile. Ella, se desborda. Es entonces cuando Alberto decide ponerse, una vez más, manos a la obra pero recordándole que no va a estar siempre ahí. Logran salvar el caos y el servicio, y ellas cantan para los clientes mientras que Juan acaba bien crecidito. Como dije anoche, la cara de Alejandra aplaudiendo como si en un partido de golf se tratara … digna! muy digna! jajajajaja qué tia!
Otro momentazo musical con Pearl Jam, “Man of the hour”, regía la DESPEDIDA: agradecimiendo de los de verdad, abrazos, lágrimas, sonrisas cómplices y un buen rollismo cariñoso “padre-hijo” fue lo que se demostraron los chicos con Alberto. “Mi chico ha recuperado la ilusión” (espero que así siga) y “todo ha cambiado muchísimo“. ¿Mi visión? Pues ea, que me molaron mucho estos chicos, no os voy a engañar. Laura, ante todo, evidentemente. Una chica capaz de currárselo, de luchar y, lo más importante, con autocrítica y un espíritu de aprender y saber escuchar pocas veces visto en el programa. Para mi, con eso, al cielo. Como bien dijo Chicote (Nada Surf, “Blankest Year”, también tercer S.O.S. … snif) “los tengo muy cerca” … Este verano, en mi estancia habitual unos días por allí, tal vez me pase … ¡Ojo! “)
Highlights:
– “No pruebo la comida porque nunca me ha gustado la fritanga“, para mi, la frase que resume toda la cocina del gartido antes de la visita de Chicote y durante: “dices sirvo fritanga como decir sirvo una mierda y me importa un carajo” … la otra sentencia fue “esta comida es una PUTA MIERDA y lo sabes“.
– “Croquetas casera, dice, qué daño ha hecho la palabra “casera” en los productos congelados”, Chicote. “Esto es carne de pata de grulla” jajajajaja calificó la hamburguesa para dar paso al momentazo He Man.
– El momento “Un dios salvaje” entre suegros, entra en la categoría, pero en la patética … menos ayudarles, hacían de todo: “Qué has estado hablando con el Chicote?“, Jesús …. “pero si he estado aquí 3 veces y lo sabes, que yo no vengo nunca …“, Lady contradicciones Alejandra.
– El esfuerzo pedagógico que tuvo que hacer ayer el Chef, también entra.
– Los momentazos musicales de ayer, a la altura de lo habitual.
– Y para mi, siento ser reiterativo, el gran momento de ayer fue ver a esta chica con los genitales bien puestos.
¡¡Muchísima suerte chicas!! (https://twitter.com/FannyByMixxy y https://twitter.com/OwyOficial) (porque parece que Juanito, desfiló) Pasaré este verano … 😛
Gracias a tod@s una semana más. El contador sigue subiendo y los #disparata@s, también. Os dejo el link de la #giliCrónica de #chicoteconcha que repusieron anoche: El “Hulk del Rocío“, grandioso.
@disparatedeJavi
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No olvidéis El Escondío.