Un nuevo paso por Madrid, esta vez en Fuenlabrada, iba a poner a Alberto Chicote al borde del estallido en #PesadillaCorte. Restaurante decorado como el salón de un señor feudal o más bien como uno de los garitos regentados por “Meñique” e inaugurado (con 23 primaveras) hace más de diez años por Jonathan “I el condescendiente“, que formó su particular “Mesa de caballeros de genitales cuadraos” con sus amigos de acceso free a la barra de bebidas. Si bien tuvo su época dorada, la entrega de todos a la botella y fiesta está llevando el castillo a ser derruido por su propia incompetencia y despreocupación. No contento con haber convertido su restaurante en lugar de botellón, ha recurrido a sus padres para que le echen un cable en cocina … ¡A su edad y con dos cojones!. Eso sí, mientras él sigue dándole al chupito y departiendo banquetes de felicidad irresponsable.
Alberto flipará nada más llegar viendo que los “cama-migos” que tiene mantenidos Jonathan hasta se permiten la licencia de ir al bar de al lado a echar unas cañas en pleno servicio. En definitiva, un nuevo papelón el que le esperaba al de Carabanchel. Mostrarles el camino al “Santo Grial de la responsabilidad” se antojaba como la primera labor a desempeñar en ese castillo de “descerebraos”: “nos gusta estar de cachondeo para dar buen feeling al cliente“, decían. Sergio, Josemi, Pepe y Alex, los figuras: “damos cena y espectáculo, qué más quieres?“, decía este último. Todos coincidían en la nula disciplina impartida por el Señor de la Corte, pero también todos juntitos se unían al desmadre: “pero si el jefe es el primero que saca la botella!“. Y con ese panorama, Paco, el padre sumiso, y Clemen, la madre desesperada, se planteaba un buen asedio a la paciencia del Chef mientras que una parrilla espectacular esperaba el momento de ser prendida.
(Bombay Bicycle Club, “Shuffle”) “De medieval, poco“, eran las primeras palabras de Alberto al llegar. Nada más entrar se encontraba con la música a level 9 y les pedía no que la bajaran, sino que le dieran al “off“. Sonaba por primera vez la cabecera de GoT en la que iba a ser, posiblemente, la emisión más épica del programa. “Necesito cambiar … la cocina se satura, nos atascamos“, alegaba el “Rey Johnny”. Y en ésas llegaba “el encargao de nada” para dejar claro que la actitud de su jefe era el principal problema de la indisciplina castrense que se vivía en el “regimiento del codo veloz“. La CARTA se presentaba como la de una taberna de camino de peregrinos … pero solo en la portada ya que, dentro, únicamente podríamos escoger entre qué plato es menos grasiento que otro. Mientras que el Chef se pensaba la comanda, los “caballeros de los genitales cuadraos” comenzaban su particular show descojonándose unos metros atrás. “Esto es curioso, normalmente oigo jaleo pero de bronca, no de cachondeo“, flipábamos con él. Y, acto seguido, sonaba “el mirlo de Pepe” lo que hacía a Alberto pensar en “sacar la escopeta“. Menudo personaje.
La CATA comenzaba por una ensalada César de plastilina compacta y llegaba el primer momento cuña ochentera (a mi me sonaba a la “Mujer Explosiva” pero espero me lo aclaréis si lo sabéis) cuando aparecía un grupo de chicas que hacía revolucionarse a la crazy crew. “Las mujeres … y el vino como decía … era Julio Iglesias, no?“, nos ilustraba sus preferencias el “ingeniero Pepe” para, acto seguido, sacar su guitarrita y ponerse a tocar en la mesa: “sí, les mola, para qué te voy a engañar”, terminaba su alegato de flirteo patético. Seguía la comanda con una hamburguesa secaaaa, seca y unas croquetas “harinosas” que hacían que Clemen se pusiera como un flan. Pero todavía podía ser peor: llegaba la parrillada “Excalibur” pasada a más no poder. ¿La respuesta de ellos? Reir y cachondeo, chupito va y viene. “Pues yo no me rio, toma, pruébala” y se la metía en la boca el propio Johnny para comprobar que esa bola no se deshacía ni con la mitad de cerveza que se calza en una semana.
A la COCINA que se metían y conocíamos más de cerca a los progenitores del “Rey de la casa”. “Clemen de Clemencia? Eso es lo que iba a pedir yo ahí fuera!“, decía el Chef. Como era de esperar cuando hay una madre supervisando el asunto, la cocina estaba limpia pero una gran parrilla desaprovechada porque “no había dinero para carbón” (pero sí para chupitos, claro) y toda una serie de productos acumulados en el congelador. Se compraba fresco, se congelaba al momento. ¡Qué #disparate! “Hemos pasado de la Edad Media a la Edad de Hielo“, comentaba Alberto para volver a flipar de lo lindo con los motivos expuestos por Johnny para explicar el por qué de tanta bolsa de plástico helada: “no puedo comprar los domingos!” (la primera). “Tengo que ir a comprar todos los días?” (la segunda). “No tengo tiempo” (la tercera). Para rematar con una perla de sabiduría popular: “todo el mundo sabe que las alitas de aperitivo en los bares son siempre congeladas” … ¡BANG! Tras pasar el susto, el de Carabanchel le dejaba claro que no tenía ni puta idea: “pero si frescas te salen hasta más baratas“!
Mientras que debatía con los padres (Maundz, “Extra Extra”) y Clemen se derrumbaba con puro amor de madre, su hijo el sucesor del reino de la cebada, se dedicaba a partirse las nalgas con sus amigos a chupito “pelao” (“Viva Las Vegas”, ZZ Top) y con musiquita de fondo de graduado en ingeniería, Pepe, nos dejaba claro que ellos veían bien el modus operandi del personal. ¡Pero si ni siquiera escurrían el aceite de la fritanga en papel! ¡Tuvo que enseñarles Alberto a esto leyendo un pregón de aceite! Mientras, el licenciado, sentado en las mesas departiendo con los amiguetes y las comandas atascándose. Otro fumando en el congelador y los demás, a chupitos en el bar de al lado! Lamentable. “¿Cerramos para que no se te escapen los camareros?”, le preguntaba al “pagafantas” Johnny, en tanto Pepe, con esa cara de traductor en un congreso científico, afirmaba del Chef que “es muy arisco“, jajajajaja, qué pibe.
“Míralos, tós colocaitos” (nunca mejor dicho), les decía Alberto tras finalizar el servicio antes de ponerlos firmes dejándoles claro que a él (y a todos) le daría vergüenza ese comportamiento sabiendo que sus padres están dentro dejándose la piel. ¿Ellos? Solo excusas y estupideces de niñato. “Hala! Ya podéis tomaros un chupito“, se despedía el Chef más que frustrado. A la mañana siguiente Johnny nos confesaba que de ganar 500.000 €/año había pasado a tener unas pérdidas acumuladas de casi 800.000€ … ¡Más #disparates! Había perdido su chalet, el apartamento de la playa y al borde de hacer lo mismo con la casa de sus padres. Un drama, vaya. La pobre madre ni sabía esas cifras. El padre, asentía pero sin mucho nervio. “Tengo que hablar con todos porque mañana es tarde” y así, reunía de nuevo a los “caballeros del santo chupito” para hacerles ver la de dinero que tiraban por su uretra cada día de trabajo. Con unas cuentas maquilladas por la falta de realidad de ellos mismos a la hora de confesar lo que engullían, Alberto Chicote les deja a todos con la boquita abierta al calcular unos 6.624 € en alcohol al año y unos 70.000 € desde que empezó el jolgorio. El “calvito revolucionario”, para colmo, se mosquea al escuchar la palabra “bochornoso” de la boca del Chef y éste le para los pies rápido: “doy servicio y espectáculo“, se volvía a escuchar … no comments … “Cuánto carbón, tomates, carne … se puede comprar con todo ese dinero?” … “Así, suena muy gordo“, decía Johnny … pero su cara tampoco es que fuera fiel reflejo de la que le estaba cayendo. Llegaba la “ley seca” y se precintaban las botellas bajo el cartel “consumo exclusivo de clientes”, lo que molestaba a Alex “Lancelot(e)” que creía que ya eran mayorcitos para eso … sin duda, no habíamos visto signos de ello. Y para rematar esta lección de matemáticas de responsabilidad, el Chef nos mostraba 1.600Kg de carbón, lo equivalente a lo que bebían los amiguetes.
Para un NUEVO SERVICIO, el programa decide recuperar las vestimentas medievales pero entre ellos seguía el “run run” de que alguien pudiera haber insinuado que son unos borrachos … en fin … no sé qué concepto tienen ellos de beber al día 5 cervezas, 4 chupitos y 4 copas … TRABAJANDO! Allá que todos decían estar predispuestos pero el primero en caer, como ya se adelantaba al principio del programa, fue el propio Johnny. Pero no cogía el fusil para ponerlos a todos a currar, no: se dedicaba a beber de las copas de los clientes, primero una cerveza por allí, luego un poco de vino por allá, ante la indignación de aguantar el mono de sus soldados y el flipe de calentamiento craneal de Alberto: “eso es la ley seca?“, le decía un ansioso encargado de nada. Comida fría, retrasada, desorden, falta de dirección y Pepe con su jodida guitarra hacían que Chicote estallara y con una calma que yo no hubiera sido podido capaz de mostrar se despedía con un: “aquí te quedas monín“. La última oportunidad le concedía por sus padres: “si ni siquiera puedes dirigirte a ti, cómo coño vas a dirigir a nadie?“. Pero él seguía algo indignado con el “tema botella”: “que no nos trate como si estuviéramos enganchados a la botella” …
El momento PATATA esta semana iba a ponernos el corazón en un puño, jajajaja, cuando Alberto le dijo que debía abrirse y contar lo que sentía y se lo iba a sacar … “A hostias“! jajajaja y allí que hostiazo va, hostiazo viene al saco (bien aguantó el liner Chicote la posición) fue confesando todo lo que le jodía por dentro desde que entrara en barrena y se dejara llevar por su separación y los acontecimientos posteriores. La terapia conseguía su efecto y veíamos a Johnny lagrimar y emocionarse: “Chicote, me ha llegado, no sé cómo, pero me ha llegao” y éste le decía que le ayudaría en todo lo posible porque veía en él un tio “honesto y que merecía irle bien”. Así, a ritmo de “Rocky IV”, el equipo del programa, realizaba su REFORMAZA habitual, solo que esta vez, fue cañera, cañera. Del “salón de Meñique” pasaron al “comedor principal de Invernalia”, jajajaja, una pasada, la verdad. Con un momentazo de encadene musical, contemplábamos la “reforma del anillo” (banda sonora LOTR) y el trono que le habían puesto a Johnny que, mientras tarareábamos en casa nuevamente la cabecera de GoT, se golpeaba el pecho antes de sentarse a reinar. En serio, momentazo, jajajajajaja. Pero no quedaba ahí la excelencia de adaptación al medio del programa: la NUEVA CARTA … también de ficción! Nombres, guiños y pintaza todo junto. Anoche estaba preparado y tenía avituallamiento cerca (merece mucho la pena pinchar en el link para verlo).
(Dum Dum Girls, “Rimbaud Eyes”) Comenzaba el ÚLTIMO SERVICIO con el salón lleno hasta el estandarte: “tengo fuera a los AC/DC“, se escuchaba mientras que Clemen confundía “tortas con tostas” y la cocina empezaba a atascarse. Alberto debía remangarse y ponerse manos a la obra para que aquello saliera y le pedía a Johnny que supiera tratar y calmar a sus padres que se enzarzaban rapidito en fogones. Todo volvía a reconducirse y llegaba el momento de la DESPEDIDA que ayer fue épica: algo tuvo que pasar off the record entre el equipo del programa y los “caballeros de la mesa cuadrada” porque es cierto que se respiraba muy buen rollo y no lo que podíamos prever después de las que pasaron en aquel feudo. Alberto se mostraba muy emocionado y les deseaba lo mejor porque “se lo merecían“. Pero tenía que llegar el momento que, para mi, es de lo más importante de todas las semanas: Johnny reconocía y agradecía el esfuerzo hecho por el Chef y le regalaba algo que todos los frikies envidiamos con fiebres altas: una réplica de Excalibur. ¡Muy grande!
Es cierto que todo lo que vimos durante la emisión fue un grupo de “adulteraos por la cebada” que no parecían muy dispuestos a acatar órdenes ni el agua como bebida isotónica para trabajar pero, una vez pasados por la quilla, parecieron asumir que entre todos estaban mandando @LaCorteMedieval por el retrete. Al menos, el jefe, el que importa. Otros ya hemos visto que, encima, se ponen gallitos y chulos, pero Jonathan, no. Respetuoso con Alberto, lo fue. Ya no sé si cuando doblara la esquina la furgo del programa las bacanales volverán. Espero que no, por el bien sobre todo de unos padres que nos volvieron a demostrar que sin ellos, somos mucho menos (“yo no debería estar aquí“, llegó a decir la madre). ¡¡Mucha suerte!! Como buen frikie … como pase por Fuenlabrada en una de mis incursiones al interior, me calzo las espuelas y voy!
Highlights:
Es difícil resumir. Mucho mejor ver el programa enterito porque el de ayer fue épico: Top, Top, Top.
– Sin duda, esta vez, pongo en el top de momentazos el despliegue de guiños y banda sonora de películas. Programazo no solo por lo que vemos, sino por lo que oímos en cada momento. Una selección cojonuda, como casi siempre.
– Alberto Chicote convertido en Maestre de la Ciudadela: explicándonos gráficamente la relación entre comprar carne fresca, congelarla y cobrarla como tal. O a qué temperatura debe estar el dinero para que guste: o a -25 o corporal, jajajaja, y la magistral clase de aritmética alcohólica. Todo un Maestre, sí.
– “como salga un mamut de aquí …“, flipando con la cantidad de género congelado.
– el camarero Pepe … siempre debe haber un bufón en toda Corte.
– “y han tirado por bajo en las copas que dicen se beben“, admitía uno de ellos … telita, esos 70.000 pavos a saber cuántos fueron realmente …
– la cuña musical cuando aparecían las chicas … me quedé ya con la duda! ¿Alguien lo sabe?
– los disfraces para currar …
– “Si ve esto el Rey Arturo, le saca esquinas a la mesa cuadrada” … que ni “pintao” el gilitheme de esta semana.
– Por supuesto el momento de sentarse en el trono y recibir la espada … Final épicamente friki, como nos gustan!
– “Con sensaciones así, brindo por 4 temporadas más“, se despedía Alberto … ¡¡Brindemos sin duda!!
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La canción es de Yello – Oh yeah.
https://www.youtube.com/watch?v=R1h4Vl6oTyA
Saludos.
Qué grande! jajajajaja … gracias! 😉