Al fin regresaba “Pesadilla en la cocina” y nuestro querido Alberto Chicote con el estreno de la quinta temporada que se ha hecho esperar más de la cuenta. Pero todo eso pasó y ya la tenemos en la parrilla de La Sexta. Pase doble como es habitual siendo sus primeras andanzas a bordo del “Némesis“, todas unas mini vacaciones en el mar con su peculiar tripulación. Aquí, la #gilicrónica.
Frédéric o “Frodorick” y su chica, Amanda, habían tenido la brillante idea de gastarse 5,5 millones de eurípides en montar una “alternativa a la hostelería moderna” en el “barco de Vader” llevados por el camino triunfal que Frod había llevado toda su vida: “tiene ideas buenas pero de coste elevado“, apostillaba su fiel esposa. Así también las tengo yo. “Lo soy todo aquí“, decía el patrón del ex barco de festivales en baja mar que tenía montado en Ibiza. Vendiendo cuanto negocio próspero regentaba antes, endeudando a todo apellido que tuviera que ver con él y llevándose el garito a Barcelona, contaba con una tripulación de las que se recuerdan en los tops del programa. A ritmo de “Single ladies” nos presentaban a las “gemelas no se marean”, Laura y Virginia, que confesaban ser “animadoras”, servir copas y practicar el “fitness bikini” lo que no sabían describir muy bien sin decir realmente cómo suena. Luego estaba Cristina “la dispersa”. Conocíamos al, posiblemente, verdadero alma del invento, Juan, marinero de profesión y que había acabado como cocinero multiusos. Una boat crew digna de una comedia de Billy Wilder a la que Amanda había dejado por seguir cuidando de los hijos y economía familiar en Ibiza antes de la catástrofe final.
Allá que llegaba Alberto recogido por Juan en el muelle badalonés a ritmo de la “Imperial March” (a cuadrarse, coño!) mientras subía a la embarcación. “¿Hola, tú eres Fred?” se presentaba y la reacción de Frod del crack que ya destilaba ser, “¿Y tú?“. Hacerse el interesante, sin duda, lo mejor que se le daba. Sus chicas, con fondo musical de “Bond, James Bond“, dispuestas como en el harén de uno de sus villanos. Comenzaba su discurso egocéntrico sobre sus andanzas y virtudes a ritmo de la “Marsellesa” alegando que le habían echado de Ibiza por empresario de éxito y alardeaba de su conocimiento en mitología declarando su amor por la diosa “Némesis” por ser la representante de la “justicia retributiva” … en mi pueblo, venganza. Antes de ofrecer a los veraneantes de pasta un barco donde ponerse ciegos y marranear, había currado en Tele Tienda amasando, según él, una gran fortuna (35M en un año). Inventor de un afilador y de la sierra que partía un coche en dos (si encontráis el vídeo, por favor, enviádmelo que merece la pena verlo en bucle) hoy, estaba hasta arriba de deudas por su última grandísima idea de montar un “negocio” hostelero en una embarcación de lujo donde su principal propuesta gastronómica era el chuletón de “vaca de 7 años porque, como no sé cocinar, voy a la calidad“. Ya estaba hecha la presentación con creces del naufragio evidente que Alberto tendría que evitar.
Momento de sentarse a probar qué salía de esa cocina, empezábamos a sonreir y ya no pararíamos. Sentado veía como las gemelas iban preparándole una mesa ínfima donde realizar la cata. Le cambiaban la mesa, se rompía al traerle los cubiertos, flipaba con la ínfima y embutida vestimenta de trabajo y comprobaba el sistema de toma de comandas de Frod: pasear la pizarrita de mesa en mesa porque le recordaba al concepto francés “bistró“. Error, craso error. Volvían los tan anhelados ZASCAS de Alberto … “pero tú sabes que el bistró no es francés, no? Es ruso“. Silencio, tragando saliva. Grandioso. Unas croquetas en plato redondo (unas ricas y otras de chorizo que no era chorizo pero era de langostinos del Mar Menor … ejem … cof, cof … ), un ceviche de merluza que no sabía a nada, un chuletón que sí, parecía estar espectacular aunque nadie entendiera qué cojones hacía en la carta de un barco (“No he visto vacas nadando“, decía Chicote) y una ensalada francesa, sin la patata que debería incluir previo nuevo ZASCA y con anchoas del Pleistoceno. ¿Y qué es una comida sin postre? Pues para Frodorick era algo inconcebible: “¿Todavía tienes hambre?” … “Yo he venido aquí a probar” … así, tras un alegato infame con Amelie de fondo sobre cómo había salido ese día la tarta de manzana, hizo a Juan, el hacedor de ésta, que la sirviera y se llevara personalmente el puro del Chef. Ahí, ahí, todo un capitán tirando a sus marineros a los escualos. ¿Cómo coño iba a salir bien si las medidas las echaban a ojo? Aún hoy hay personal que no entiende que la pastelería es matemática pura. Cruda a más no poder.
Comenzaba el SERVICIO para 25 personas, incluyendo cocktail, almuerzo y mareo vomitón. Oferta deseable ¿eh? (Intro: Calexico, “Falling from the sky”). Aparecía Conchi, una ayudante de cocina “autodidacta” y comprobábamos la multitarea de Juan que tenía que dejar corriendo la cocina para sacar el barco del muelle a ritmo de “Piratas del Caribe”. Ese día el Mediterráneo estaba cachondón y Cristina sentía como su cerebrito se balanceaba fuerte en su cavidad craneal desaprovechada. Aguantaba el tirón mientras el capitán decidía volver a puerto. Las camareras no sabían la oferta del día, acudían a la pizarra cada dos por tres. Las comandas se dejaban encima del horno, un lugar mucho más cómodo para el emprendedor francés que tenerlas colgadas a la vista y mano, una demostración de cómo no saber contar: “pero cómo va a ser de la mesa 6 si solo hay 5?, Cristina buscaba el ábaco de bolsillo mientras hacía un “Chiquito Travolta” en medio de la sala. En definitiva, un jodido desastre en el que no se aclaraban con el número de mesas, comensales, “los dibujitos” de la libreta de comandas … ni con nada que en cubierta pasara. “Estoy trastornado“, declaraba Frod. Y nosotros, Frodorick, y nosotros. 5 comandas en más de hora y media, segundos antes que primeros, método de trabajo sin pies ni cabeza y la recepción de un nuevo ZASCA cuando intentaba presumir de méritos en la distribución de temperatura de la plancha.
“¿Esto es el lujo?“, resumía Alberto. “Si con 50 comensales os desbordáis … he visto un cartel ahí de capacidad para 250“. Se reunía con él nuevamente para recordarle, si hacía falta, que gastarse 5,5 millones en esa visionaria idea y no unos 200.000€ en tierra era “pá matarlo”. Frod confesaba que lo había vendido y perdido todo por el barquito. ¡Hasta su padre de 72 años tenía que recibir llamadas del banco con la palabra “desahucio” presente en las conversaciones. “Ahora para mi el dinero es secundario“, acababa vendiéndonos otra moto emocional antes de comenzar el segundo servicio.
Momento para un segundo servicio basado en lentejas, el omnipresente chuletón y dorada a la sal y que contaría con el regreso de Amanda para vigilar las andanzas de la crew. Alberto y ella se conocían personalmente: “¿Y tú que opinas?“, “Que falta un poquito de profesionalidad“, “Un poquito no, un MUCHITO“, replicaba el de Carabanchel. El barco zarpaba con unas lentejas sin agua y pasajeros deambulando a punto de vomitar. Comenzaba el show: mientras que una de las gemelas (imposible distinguirlas para mi retina) no sabía qué es “gratinar”, Cristina volvía a sus mareos producidos, según ella, por las vueltas que le daba la lasaña ingerida. Ayudada por una compañera iba a cubierta a ver si el aire la espabilaba ante la mirada rabiosa y contenida de Amanda que, una vez sentadita, cogía del brazo a su auxiliadora: “venga, a trabajar!“. “Rey de la improvisación” o “chapuzas” fueron calificaciones escuchadas para describir a Frod. “Necesitamos un buen equipo“, se lamentaba la esposa. Totalmente de acuerdo. Vuelta a puerto por segundo día consecutivo. Allí intentaban finalizar el servicio pero el punto de la carne iba a liarla bien gorda. Para el comercial francés “MH” significaba “medio hecho” y no “muy hecho”. Pues eso, carnaza desfilando de dentro a fuera y vuelta a empezar. Pero él no se daba por aludido: “estoy hasta los huevines de trabajar dos veces por gente incompetente” … nuevos segundos de silencio … y a Juan se le caía la cara de vergüenza por el “puto ridículo“ ofrecido (“ni en una cafetería de gasolinera“) y lo escuchado de la boca del que, en ese momento, se vio que no solo era su jefe, era un amigo. Terminaba el desastre y Alberto les daba un bofetón de realidad: “dar de comer, ahora mismo, no está a vuestro alcance. Mejor dar pipas y cobrar el paseito“.
Reformaza que se marcaba el equipo con @ebarrera_ al frente (Two Door Cinema Club, “Something good can work”). De las más grandes que recuerdo, incluyendo la zona de copas de arriba. La presentación de la NUEVA CARTA (1990S, “You made me like it”) me hizo salivar como siempre. ¡Quiero ser catador oficial! Las caras al principio desprendían apretón genital. Frodorick buscaba su chuletón sin suerte. Todo emplatado para la REAPERTURA que contaría con la ayuda de Fani (@fanialoniz) e intro de Taylor Swift. No comenzaba muy bien, mesas esperando y Frod perdiendo la concentración con cada grano de pimienta que se movía. Alberto arengaba “vamos que nos vamos a pique” pero seguía retrasándose el servicio. Un ceviche que iba y venía. La mesa “13” que no aparecía y la DIRECCIÓN que se disolvía como un azucarillo. El Chef le pedía a Amanda que intentara recuperar para la causa a su marido y ésta le daba besitos a ritmo de “baby” que parecían dar resultado (José González, #9dream). Todo tenía un final feliz.
Llegaba el momento de la despedida y Alberto les reconocía a todos el buen trabajo realizado ese día. Frod decía haberse dado cuenta de poder confiar en el personal de alrededor, evidentemente en Juan, que se fundía en un abrazo de currante con el Chef mientras que Amanda esperaba ver a un marido “más luchador y más enfocado“, sobre todo esto último, mientras de fondo sonaba Django Django “Default”.
Así terminaba el ESTRENAZO (11,1% en el primer pase y 15,2% con #PesadillaDonPollo) de esta esperada quinta temporada de Pesadilla en la Cocina, el bautizo del “Némesis”, al que podéis seguir en este link.. Desconozco la certeza absoluta de cuanto Frodorick soltó por su boca para que el equipo del programa le diera esta oportunidad pero, sin duda, y como bien dijo Alberto, me parece un “encantador de serpientes de primera“, de los que si no tienes un cráneo estable te vende su sierra de doble hoja para cortar el fiambre de los bocatas de tus niños. Para mi, un tío que amasa una fortuna de millones de dólares y la tira por la borda de un barco sin sentido, es alguien que sí, necesita ayuda y mucha. ¡Buena suerte! Una copilla en la parte de arriba me tomaba …
Pero la noche de estreno no finalizaba con la botadura de este #disparate. La sesión doble continuaba con #PesadillaDonPollo pero ésa … es una #giliCrónica que leeréis mañana. Julián Poyatos, anotad ese nombre.
Ahora, vamos con los highlights:
– Sin duda, el regreso de los zascas de Alberto. Anoche, Frod, se tragó varios crochets.
– Ver a Alberto hacer el movimiento de bajarse la “falda cinturón” de las camareras.
– El “no sé dónde meterme ni qué decirle a este hombre” de Cristina cuando Alberto le decía lo del plato redondo para las croquetas y que le tendría que dar un colador para pescarlas y su incapacidad para reconocer la … mostaza.
– El vídeo de Tele Tienda de Frodorick cortando un coche en dos con su sierra. ¡Grandioso su grito final!
– El discurso con musiquita de graduación de fondo sobre la procedencia del “buey de tierras nobles de Galicia” en un salchichón que se vendió como chorizo.
– Juan, el marinero reconvertido a “señor Lobo”. Me encantó este tipo. “No tiene mano derecha, solo tiene una cabeza enorme” o “por consenso de todos, sí, será por consenso de tu neurona, ¿la izquierda o la derecha?”, perlas que le dedicó a su jefe.
– “El Chicoco“, apodo que puso Frod a Alberto y con el que fue pillado in fraganti.
– La lasaña que casi pone fin a la vida televisiva de Cristina. “Es como querer trabajar en la Antártida y no soportar el frío“, decía el Chef.
– El servicio a “fascículos” y “no venir la gente a hacer la colección de los domingos“.
Despedirme de esta primera #giliCrónica de temporada con una de las novedades que os adelantaba en Twitter. Invitaros desde aquí a que me remitáis vuestros montajes de Pesadilla y Alberto. Los dos mejores los colgaremos aquí, en la gilicrónica semanal. Hoy, el realizado por @ebarrera_ ¿Qué os parece?
¡Recordad!
¡Achtung! Mañana sábado … volvemos con la de #PesadillaDonPollo.
#Written by @disparatedeJavi
#GiliConcepArt by @disparatedeJavi & @scientist_pi
#MontajeFinal by @scientist_pi
Genial la vuelta a los ruedos del programa y de las Gilicrónicas.
Si ayer me reí lo que no está escrito ahora acabo de hacerlo con lo que sí lo está.
Gracias Javi, prometedora temporada leyéndote la que se viene por delante….
Gracias Maestro! 😉
Grandísima la gilicrónica!! siempre un placer leerte! Creo que ha sido el episodio más gracioso… me imaigno que la producción del programa habrá celebrado al encontrar “oro puro” en ese casting.
El mejor zasca para mí fue el más corto: Hay 6 mesas, has contado 7. ¿Cómo? ahahaha genial Chicote.
Y Juan, sin duda. Un crack, un campeón. Un chico entrañable que no ha perdido la cordura en medio de tal follón. Mito!
Enhorabuena una vez más por tus crónicas!! Volveré mañana para ver lo del Don Super Pollo… de verdad, con ese nombre lo habrá creado sólo para “atraer” a Chicote, verdad?
Gracias Loli, sin duda, la primera entrega de ayer fue de las más divertidas en clave de humor que hemos visto … golpe tras golpe!
Gracias a @Fsoguero aquí tenéis el vídeo del gran Freddy cortando el coche en dos! Momentazo!
https://www.youtube.com/watch?v=k3QJys9MYvg#action=share