A pesar de las líneas dedicadas al estado de forma de Cristiano o la valía de Zidane, hay un nombre por encima de ellos que ha terminado de agotar la escasa paciencia de la afición y que llena portadas y párrafos en prensa: Benzema, uno de los niños predilectos de Florentino Pérez … y mío.
Desde que llegó a la Casa Blanca ha alternado grandes actuaciones con “desapariciones del mapa” otras tantas veces. Dotado de una excelsa clase y elegancia indubitada se vió forzado a jugar de “9” en el Real Madrid. Nunca fue ésa su posición natural sobre el campo pero, la interminable nónima de media puntas que el máximo mandatario blanco se empeña en aumentar año tras año, han hecho que en todos los gráficos de alineaciones ocupe esa parcela del terreno en la que nunca ha estado a gusto. ¡Hasta tuvo que cambiar de dorsal para camuflar la realidad! La cifra bestial de goles marcados por su compañero luso restaban importancia a este hecho. Pero ya no es así.
La pérdida de balón en Sevilla pero, sobre todo, su escasa temperatura de riego sanguíneo en su reacción, el clamoroso fallo en el partido de ida frente al Celta y su vagabundo despliegue de anoche han terminado por encender la ira del aficionado blanco a pesar de haber marcado un golazo días antes y cerrar la complicada eliminatoria contra el Sevilla. Es despreciablemente insultante ver tanto talento desperdiciado. Los vikingos claman por la titularidad de Morata. Tampoco lo veo la solución. El canterano, igualmente, no es un auténtico delantero centro, más bien un “7”. Ambos son rentables junto a un matador de área, ésos que escasean en el panorama futbolístico desde el invento maléfico del “falso 9”.
Benzema o Morata serían demoledores junto a un “Mordisquitos” Suárez, un depredador de portería que abriera espacios y defensas en continuo movimiento ofreciendo alternativas. Pero el “Presi” sigue sin entender que esto consiste en meter la pelota entre palos, no en cifras. Si miramos las grandes Ligas europeas todos los que ocupan las primeras plazas cuentan con esta figura en sus filas: Diego Costa (Chelsea), Cavani (PSG), Higuaín (Juventus), Lewandoski (Bayern). Si hilamos aún más fino, son los blancos los únicos que en nuestra Liga carecen de un delantero centro “de libro”. Un “dámela que yo la enchufo”. Suspiro por ver a Karim y “Marianistelroy” juntos desde el inicio en un partido escoltados por una medular formada por Casemiro, Kroos, Modric e Isco.
El Real Madrid necesita un “9” que acompañe a este jugadorazo. Necesita un compañero que le motive y empuje devolviéndolo a su hábitat natural. Parece que el elegido es el portugués. Pero si antes, cuando éste gozaba de plenitud física y velocidad punta, formaban una pareja de baile envidiable, hoy día han perdido el compás. La nueva posición a la que se está sometiendo a Cristiano y su inexplicable bajón (por mucha voluntad que siempre ponga) están dejando más sombras que luces y no pinta muy bien el desenlace. No es casualidad que el olfato goleador del francés esté disminuyendo. El tiempo apremia. Si se decide seguir confiando en el último “Balón de Oro” y “The Best” como futuro delantero centro blanco mucho habrá que remodelar el equipo. Sistema, idea, fichajes acordes a … Tomar decisiones. Tal vez no rentables cara al graderío, pero sí eficientes mirando al piso.
Pourquoi Benzema? … ¿y no las otras dos siglas de la BBC para volver a construir un equipo estable y equilibrado? Con ese dinero sería relativamente sencillo. ¡Uf, lo solté!
(Foto portada: ibtimes.com)
@disparatedeJavi
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