¿Venganza? ¿Revancha? ¿Nueva oportunidad? Mucho se lleva hablando de la final de Champions League que repetirán este sábado Real Madrid y Atlético de Madrid. Zidane versus “Cholismo“. Y muchas son las bocas que se pronuncian a favor de un triunfo rojiblanco. Otras tantas incluso se aventuran a darlo como favorito. Aquí, mi #disparate.
La mayoría pensaréis que me ha poseído el “espíritu Roncero” pero podéis empezar a escribir los calificativos que deseéis cuando leáis esto: corría la temporada 99/00 y una final española copaba las portadas. El Real Madrid se enfrentaba a un Valencia con la vitola de favorito y las visiones preferentes sobre el aplastamiento de juego y goles al que sometería a su rival. El resultado, tanto en el marcador como en el arte desplegado, ya lo conocemos.
Ésa misma es la sensación que, a día de hoy, campa en mi cráneo. Nada que ver con Lisboa donde el esfínter se contrajo días antes del pitido inicial y no se relajó hasta aquel mágico minuto 93. Desde días atrás no padezco síntoma similar alguno. Todo lo contrario. Me invade el espíritu post partido de París. ¿Qué le voy a hacer? Yo y mis sensaciones. El mérito atlético por llegar a una nueva final de Champions es indiscutible pero también lo es que el cupo de suerte debe acabarse en algún momento. No solo con suerte se consiguen títulos, es evidente, pero la diosa Fortuna ha acompañado al cuadro del Calderón en sus tres eliminatorias previas: PSV en penaltis, Barça con contingencias arbitrales de último segundo incluidas y todos vimos el asedio de Munich.
Si tuviera que apostar a cómo serán los primeros quince minutos no sería el único que lo hiciera a una carga de infantería por parte del Atlético con el fin de asfixiar al rival, robar el balón en campo contrario y conseguir ese gol inicial que luce como máxima inamovible en el libreto del “Cholo”. Acto seguido todos sabemos que la estrategia del búnker sería el segundo paso de los colchoneros. 15 minutos para seguir un guión. Zidane debe saberlo. 15 minutos para saber, definitivamente, qué partido veremos.
El sábado sabré si mi feeling era el adecuado o solo un camuflaje vikingo producido por el extremo deseo de no sufrir como en Lisboa y traer de vuelta la Copa que tanto gusta a los madridistas. Mientras tanto podéis reir pero mi tranquilidad es extrañamente real.
@disparatedeJavi
(Foto portada: http://es.makemefeed.com)
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