Suspense, terror, asesino en serie (aunque se use mucho en esta ficción un término acuñado décadas después), la eterna lucha entre ciencia e inamovible sociedad, principios de siglo … tenía muchas ganas de la llegada de “The Alienist” a Netflix. El pasado 19 de abril la pionera plataforma de streaming estrenaba los 10 episodios que forman esta primera temporada. Saber que Cary Fukunaga estaba tras ella, un aliciente más. Aún suspiro por esa primera temporada de “True Detective”, posiblemente de las mejores series que mis pupilas han escaneado. Aquí, mi #gilicrónica de esta adaptación de la novela de Caleb Carr, texto que no he tenido el gusto de leer.
Cuando siento mis nalgas ante el estreno de una nueva ficción, mi premisa inicial es esperar que su originalidad me enganche a ella. No el fondo, trasfondo, mensaje o la forma de contarla, sino su originalidad global. Me castigo mucho, pensaréis algunos. Con “The Alienist” esa premisa se consume a la rapidez de un cigarrillo en la boca de Sailor Ripley. Como si de un “Stranger Things” se tratara, la serie es un guiño continuo a todos los típicos tópicos del género. Reúne todos los elementos para servirnos un plato que, liberado de esos prejuicios, resulta delicioso. Incluso en muchos momentos es un calco a otra de los estrenos de Netflix del año pasado, “Mind Hunter“. Daniel Brühl (Doctor Kreizler) y Luke Evans (John Moore) recorren celdas en busca de una entrevista agónica con la que obtener pistas sobre la mente del asesino. De comprender el por qué de sus actos. Sus dos visiones contrapuestas, la del científico tras el aprendizaje, rozando lo inaceptable y la del apasionado humanoide de a pie que siempre da prioridad a los sentimientos regentes en su sociedad. Fielmente escoltados por una inmensa Dakota Fanning (Sara Howard). Sus conversaciones con el doctor dejan momentos maravillosos.
Pero, a pesar de mi exigente criterio, “The Alienist” consigue conjugar a la perfección todos esos ingredientes ya vistos para forjar un misterio de diez episodios que te tienen bien pegadito al sofá. Un retrato de una sociedad putrefacta y enferma que en nada (o muy poco) ha cambiado. Una serie de asesinatos deleznables que terminan rajando el velo de moralina aristócrata tras la cortina. Y un trío de protagonistas dispuestos a luchar contra todo y todos para sacar a la luz la verdad, no la interesada.
Mola ver al que más tarde se convertiría en Presidente al más puro estilo comisario James Gordon en Gotham dando sus primeros pasos contra la corrupción del sistema. O ilustres en penitencia laboral desde hace décadas como la antaño replicante o fremen Sean Young. Incluso a Michael Ironside (cuyo papel de Tyler en “V” quedó grabado en mi cráneo) en apariciones breves a la par que intensas como maquinista económico. Sí, pensándolo bien, tal vez lo mejor de “The Alienist” sea el reparto y su gran trabajo, en especial, Brühl y, muy de cerca, Fanning, al servicio de este “Seven” de finales de siglo XIX.
Aún no se sabe si renovará por una segunda temporada. Con el cierre del capítulo final me doy por satisfecho. Si Cary Fukunaga se baja del barco como hizo con la segunda entrega de True Detective me costará engancharme nuevamente a este trío de románticos investigadores. Su sello sí es un soplo de aire original. Ya sabéis, en Netflix.
@disparatedeJavi