Leo con la misma dosis de emoción que de terror el siguiente titular “Amazon compra los derechos de El Señor de los Anillos para crear una serie de televisión“. El subtítulo no suaviza mis sensaciones y deja claro que “la historia que narrará será anterior” a la gran obra de Peter Jackson para la gran pantalla. Tras varios minutos de silencio consigo que la ilusión se alce en esa balanza de sentimientos.
Crecí con las andanzas de la familia Bolsón y aún sigo con ellas bien arragaidas como las uñas de Bárbol en el Bosque Oscuro. Al igual que con, como dicen los textos publicados, “las historias anteriores”. ¿Pero de qué historias estamos hablando? ¿Su obra más apartada en los cajones por lo dura que se puede hacer su lectura? ¿El Silmarillion? El terror vuelve a equilibrar los platos. Para el que lo haya leído es una (otra) obra maestra del sudafricano. Muchos se han quedado y siguen quedando en las 45 primeras páginas. Desde aquí os animo a seguir intentándolo pero con un pequeño truco: no intentéis memorizar y asociar todos los nombres que aparecen. Dejad que fluyan las letras, la historia, las descripciones y, poco a poco, se irá formando en vuestra cabeza Arda y sus múltiples habitantes. Los que estaban, los que no, los que iban, los que venían, el origen de los orcos, las batallas entre enanos y balrogs, Beren y Lúthien, Melkor, los grandes guerreros elfos, la caída de Númenor (“linaje harto extinguido”)… ¿A que así parece que no puede ser tan coñazo su lectura?
Pero es precisamente esa riqueza la que hace que el miedo al fiasco o cutre me invada. Las historias que J.R.R. Tolkien plasma en el primer volumen de su inmortal Trilogía requieren, más que ninguna otra, un conocimiento excelso sobre su obra, su mapeado, sus lenguas, sus criaturas, su visión de la religión, filosofía … y una cantidad de pasta infame para poder llevarlo todo correcta y placenteramente a los Puertos Grises de la expectativas de sus hordas de fieles seguidorcos.
No voy a ser yo quien grite “NO” al proyecto. Todo lo contrario. Ansiao me tienen ya. Eso sí, con un buen cargamento de athelas por si me entra fiebre viendo el despropósito que pueden parir. Que este paso adelante no queme nuestros recuerdos. Que el linaje no se entierre en las profundidades de Moria. Solo eso.
(Dibujo portada: es.aleteia.org)
@disparatedeJavi