Esto ya empieza a ponerse “al dente”. Conforme vayan pasando las semanas, los mandiles de los #concurChefs se irán empequeñeciendo de nervios. Alberto se encargaba de ir calentando el ambiente para lo que se les venía encima. Esta semana nada de prueba de fuego y se abrían las puertas de la cocina para una de las PRUEBAS GRUPALES que más molan del programa: la ya conocida “Guerra de restaurantes“. Rebeca decía sentirse ilusionada mientras que Marta ansiaba un poco de paz. La novedad iba a consistir en que tenían ellos mismos que corretear como cuádrigas deslavazadas por Makro. “Bienvenidos a la prueba del demonio“, recordaba Chicote.
El nombramiento de los jefes de grupo iba a ser a dedo. Por un lado, Yayo eligiría a Honorato por haber estado callado (bueno, no tanto diría yo) y haber servido de pinche a los demás (“Ya tenía ganas de verte al frente de algo“, le recordaba el de Carabanchel). Por otro, Peña sería el elegido por Susi tras “haberles llamado la atención sus quejas hacia su jefe en Santiago“. Éste se veía algo sorprendido por los fundamentos de la elección pero decía no tener miedo. Así, el GRUPO NARANJA quedaría formado por Honorato, Fran, David, Marta e Inés y el GRIS por el resto, solo que les esperaba un sorpresón que, a la postre, sería un factor fundamental para el desarrollo y resultado final de la prueba. “No siempre se trabaja con el equipo que más te gusta” daba paso a un cambio de capitanes. Honorato dirigiría a los “SospeChefs habituales” (las caras, todo un poema) y Peña al EQUIPO tranquilo. “Haces un reset y listo”, decía “de hoteles, un rato“.
¿Y qué restaurantes debían dirigir? “El Club Allard” o que te toque cocina vanguardista y “El cenador de Salvador” y tirar para “lo tradicional”. Carlos se jalaba las barbas solo con escuchar el término “clásico” y por no poder cocinar en el primero. Su estilo. En la furgo los equipos iban concretando sus propuestas e ideas. A Víctor le dejaba “flipping” la elección de la carrillada. Él y Bacterio Extremo callaban y otorgaban ante lo que iba a ser una verdadera pesadilla. Rebeca, mientras tanto, se quejaba de ser la única que había degustado la cocina del Cenador y que ni deu la escuchara. Los “sospeChefs habituales” debían ingeniárselas para cocinar juntos sin que el espíritu de Keyser Söze se apoderara de ellos y acabara en una sangría de mandiles. Ardua tarea como nuevamente se vería. ¡Cómo les cuesta currar en equipo!
750 € y 20 minutos era de lo que disponían para realizar toda la compra. Y empezaban los primeros problemas en el equipo GRIS. Rebeca y Marc se las tenían tiesas con las listas y ésta le recordaba cómo pasó de su capitana y grupo el primer día y que ella no estaba dispuesta a dejarle hacer lo mismo. David “Lingüini” iba pidiendo perdón y dando gracias a todo aquel que estaba a punto de pasar bajo las cuchillas de su carrito. Los nervios se apoderaban de todos en general pero más en este grupo de chefs más bien individualistas (al menos, por lo visto hasta ahora). Honorato ponía orden casi al límite de tiempo y “sacaba la vara” (señalaba Víctor): “Se acabó coño! ¿Has cumplido? Pues venga!“. Parecía tener las cosas muy claras el hoy capo de banda. Pero no, nada de eso. El equipo NARANJA se gastaba 680 € aprox. mientras que el GRIS debía hacer selección al haberse pasado. Finalmente lo dejaron en 749,13 € algo que enorgullecía a Honorato y a mi, me dejaba perplejo.
Se sentarían a la mesa del Club Allard como Jurado, María Marte, Jefa de Cocina, el Jefe de Sala y Alejandra Ansón. Initry calentaba fogones y recordaba “que nadie dijo que esto fuera a ser fácil“. Desde luego. En 2h debían dejarlo todo cerradito y emplatado. Peña se decidía por 2 entrantes a base de Foie y Viera con panceta, por dos primeros, unas sardinas marinadas en soja y naranja y un ciervo. Surgía la ya clásica #chicoteDuda. ¿Realmente era un menú adecuado al lugar? David sería el encargado de dirgir la Sala y su “guau!” al ver todo el personal del que disponían fue ilustrador. Eso sí, ¿realmente es útil y práctico numerar las mesas en forma de “caracol”? Pero ea! decía ser “muy simétrico” y estar decidido a “fundirles“. Iban llegando los primeros comensales “muy bien vestiditos”. Chicote apremiaba a Peña “vamos que cuando te digan marchando se te cae la barba!” y David se liaba con la estructura de caparazón. Llegaban las primeras comandas (David Ramos pedía el venado muy hecho, remarcándolo y pidiendo otro al ver el color rojizo en su plato) , Peña se dejaba el tocino con corteza y el equipo rival llegaba dispuesto a probar la cocina de sus compañeros. La atención de David a Carlos le pareció de otra época, “en los años 80 cuando venían a comer los Marqueses de Griñón” jajajajaja. Empezaba el servicio y ya veíamos las primeras quejas respecto a las venas del foie y a la escasa cantidad para compartirlo. Además, una espera entra plato y plato de 20 min nos recordaba a esas bodas cuyos banquetes acaban de madrugada. Initry decía “oir solo grillos” … y con sus “cri, cri” Alberto arengaba a Peña con las comandas (que no se dejaba asesorar) para que se diera prisa: “Ingeniero!“.
A pesar de molar el plato le quedó realmente soso y aquí, asistimos al momento crisis: David confundía el salero con el azucarero y les daba unas pastillitas de sacarina a los comensales más exigentes. “No sé qué coño hace la sacarina en un salero“, se repetía. La cara de Alberto, la risa. Carlos decía que la sardina “tenía de creativa lo que él de astrofísico” (y no le faltaba razón). Y el postre, esa “Roca de melocotón” que tan buen aspecto tenía se venía abajo con el brote de ajo (recuerdos de MasterChef). A Víctor le gustaba mucho y Carlos debía asentir al fin. Eso sí, recordando que allí “iban a trabajar la técnica” y nada de eso consiguieron. También la tenía. Las críticas del equipo GRIS fueron bastantes pausadas: “poco atrevido” (Marc), “un 7.5” (Honorato peloteando), “falta sorpresa y explicación de los platos” (Carlos) o “un trabajo redondo” (Rebeca).
El reto se trasladaba al día siguiente y el equipo GRIS llegaba al Cenador (lo dije anoche y lo repito: ¡¡Me encantó la cocina!!) y Víctor y Carlos flipaban con el estilo de otra época (“de María Castaña“, aseveraba Honorato). Alberto les decía que, tras haber currado allí hacía 20 años, más les valía currárselo bien. Honorato “cogía su fusil” y lo dejaba clarito: “quiero silencio y habla solo uno y se dirige a mi” (muy buenas intenciones que quedaron en un silencio sepulcral cuyo resultado comprobaríamos). Eso sí, seguía sin aprenderse el nombre de Rebeca y la bautizaba nuevamente como “Raquel” ante el descojone de Víctor (y mío!) además de ignorar las continuas cuestiones que le planteaba sobre el modo de preparar “su idea”. Alberto nos decía que, sobre el papel, el menú pintaba bien. Acorde. El final, sería bien distinto.
Y llegaba otra “honoratada”. Colocaba un barreño al fuego que sería el preludio de todo el desastre que vendría. Marc ya nos dejaba claro la actitud con la que afrontaba la prueba. Una vez más pasaba de todo al no ser el responsable (cuando lo fue, hizo lo mismo, vaya). Carlos clamaba por un licuador pero correr, lo que se dice correr, no vi a ninguno con un alto nivel de exigencia física, la verdad. Bacterio decía estar viviendo sus peores pesadillas en la cocina y Alberto les espetaba “Qué vergüenza! Que no llegáis!“. Dirección y disciplina inexistente la que vimos. Cada uno a lo suyo. Optaban por un caldo de verduras (muy escaso), un micuit de foie (venoso también) y una merluza con grumos y la paletilla de cordero lechal. Eso sí, el postre que se marcó “El Jinete eléctrico artista” en su línea: espectacular. Salvador Gallego lo advertía (para mi, la frase de ayer): “El papel lo soporta todo” (ya veríamos qué pasaba). En la cocina, el dúo Rebeca – Honorato echaba chispas. Marc hacía esperar a sus compañeros y los trataba con cachondeo y sorna sabedor de que ellos no decidían nada en esta prueba. Empezaba el servicio y el foie casi le cuesta un disgusto estomacal a Initry por su textura (algo que también repitió Alejandra). Las verduras, a pesar de estar “al dentes” (como a mi me gustan!), recibían queja de crudeza. Eso sí, la merluza parecía estar en su punto perfecto (“Merluza al cagarro”) aunque le sobrara la mayonesa de merendero. Carlos ya empezaba a lamentarse (con razón de nuevo) en la “dirección deleznable recibida” mientras que Víctor se enorgullecía de que dos comensales pidieran repetir su postre. Es que tenía una pintazaaaa …
La palabra más repetida por ellos mismos para calificar el servicio fue “MIERDA” a pesar de que Honorato no se daba por aludido. Las críticas de sus compañeros tampoco fueron a la yugular: “Al Foie le falla la textura” (Marta), “a las verduras les faltaba caldito, postre de 10” (Inés), “falta coordinación cocina-sala” (a David le jodió el cachondeito de Marc) y Peña daba en la diana “A esto se juega en equipo“. “Toma por si lo quieres repasar“, entregaba Alberto las notas mientras que iba con el Jurado a dilucidar qué equipo pasaría. Aunque, como vimos, equipo equipo, solo hubo uno. Así, repitiendo nuevamente que “los dos menús se sustentaban sobre el papel, pero ….”, Rebeca y Honorato se volvían a enzarzar discutiendo sobre las órdenes dadas y recibidas como uno de los motivos del desastre. El equipo NARANJA se alzaba con la victoria y Peña recalcaba que “esto, sin equipo, no se hace“. TOTALMENTE.
“Me podéis llamar cuchillo rojo“, decía Carlos, jajajajaja, en tanto se iban al Almacén a discutir sobre las razones que le habían llevado nuevamente a la prueba final. Honorato se hacía el interesante diciendo que “renunciaba” para que no se fuera nadie por su culpa. Un teatrillo que nadie se creyó y que acabó sacando de quicio a Bacterio. La PRUEBA FINAL nos iba a dejar un momentazo para disfrutar con la mandíbula abierta y los labios en sonrisa continua. Entraba Paco Pérez para demostrarnos cómo hacer un plato absolutamente delicioso y espectacular de un solo color. Al oir la palabra “colores” a Víctor se le iluminaba el rostro. ¡Cómo mola ver a este cocinero currar! Ya lo he dicho otras veces. Es el que más ilusión, junto a Carlos, desprende. Al menos, para mi.
Debían desenfundar cuchillos para ver qué color les tocaba a cada uno. Rojo para Honorato, Amarillo para Rebeca, Verde para Carlos (el deseado, pero ya veríamos como …), el morado para Marc y el marrón, para Víctor. Momento que me recordó a Reservoir Dogs jejejeje Menos mal que no hubo rosa. “De Hoteles un rato” decía no saber qué significaba “monocromático” lo que provocaba nuevamente el salto de muelle de Bacterio con esa “falsedad encubierta en corderito” del gestor de personal masivo. Marc encantado con esta prueba (así lo ha dicho siempre). Un momento de tensión llegaba: Carlos se acercaba a probar la salsita de Honorato y le aconsejaba rectificarla. No parecía tomárselo muy bien éste y el profesor Extremo se ofendía. Marc, por primer vez, le daba la razón. Mientras tanto, Víctor empezaba a dibujar su plato. ¡Precioso!
Llegaba el momento de la cata a ciegas, y Marc nos dejaba un platazo “morado” con una pinta increíble que dejaba al Jurado más que satisfecho. No me extraña visto lo visto. Honorato presentaba su “Isla de Perdidos” donde la grosella era su “Humo Negro”. Víctor presentaba su “Degradada de marrones” que nos dejaba a todos con la boca abierta a pesar de su acidez alta. Yayo lo veía como un acompañante y falto de chicha, pero a Alberto le encantó. Llegaba el turno del “Rombo amarillo” de Rebeca coronado por un dado de pollo crudo. “Me han dado por todos lados“, decía ella. Finalizando con Carlos y su “Verde que te quiero verde” que ponía nuevamente el vello de punta a Yayo pero que enseguida fue pillado por los Jueces. Repitiendo sabores. No gustó nada ese detalle. A mi, también me sorprendió, la verdad. Pero aún así, era otro platazo y ellos, lo sabían. Carlos se temía lo peor. La primera vez que realmente lo vemos tenso, nervioso y con la voz casi entrecortada. Le vio el filo al cuchillo: “que no he rentabilizado aún mi viaje de Singapur!“. Marc sonreía deseoso. Pero también desfiló al Almacén tras Víctor y Marc porque el nivel presentado por los otros dos fue peor. De hecho, Chicote dejó claro que si pudieran echar a los dos, los dos se iban. Finalmente, fue Honorato el elegido para continuar y Rebeca para coger sus cuchillos y desfilar: “un plato de coco te hizo entrar y otro te hace que te vayas”. ¡¡¡MUCHÍSIMA SUERTE Rebeca y a su “Berenjena“!!! Mira a la puerta de vez en cuándo! 😉 Tu canción de despedida.
Una semana más disfrutamos de otro programazo. Esta vez pudimos ver más cocina y menos tontunas sobre las relaciones sociales. Es como me gusta. Pero lo cierto y verdad es que hay un par de rémoras emocionales enquistadas que va a ser difícil reconducir. Esperemos lo contrario. ¡Ver currar a Paco Pérez todo un lujazo que hay que agradecer! Y ¡ojo! La semana que viene regresan los #ConcurChefs de la Primera Edición y ya se masca la tragedia entre Bárbara y Bacterio. Jajajajajaja, seguro que será digno de ver! Begoña “Mascletá Mecánica” regresa por todo lo alto para la última prueba reservada a grandes figuras. Pero ella, lo es. Sus #mosqueChefs la escoltarán, al igual que “Wasabi”, “El JeMétodo”, … ¡Muchas ganas!
Vamos con los Highlights de anoche:
– La pelea de Lingüini con su cuádriga en el Makro … y sus fallos de conexión con Remy en sala nos dieron momentos de intriga … No olvidará nunca la sacarina.
– Las caras de Carlos en la cocina ante la falta de dirección y de todo … terminaron con la ya célebre “Llamadme cuchillo rojo” jajajaja …
– “Honorato, ¿tienes perro?“, Chicote le recriminaba que fuera dejando los huesos del cordero por la cocina.
– “Esto tiene más pelotas que un partido de tenis!” o “Esto es una MIERDA“, fueron las perlas que Alberto le dedicó a la grumosa creación de Rebeca Honorato´s Rules.
– Honorato o “llámame como quieras” con Rebeca jajajajaja.
– “El cariño no se come“, Chicote a “De Hoteles, un rato”.
– Paco Pérez, sobran más comentarios.
– “Monocromático? Eso qué é?“, enervó a Bacterio al Extremo.
– “Parece la Isla de LOST”, Alberto del emplatado de Honorato ….
– “A esto, se juega en EQUIPO” o “Genial no se puede ser siempre“, fueron dos perlas absolutas de Peña anoche.
– Y me quedo con “El papel lo soporta todo” como la FRASE de ayer. Resume demasiado lo que es esto de cocinar y disfrutar haciéndolo.
Una semana más, GRACIAS! Ver el contador pasar una y otra semana su barrera es …
@disparatedeJavi