#TopChef2
Primera semana de auténtica batalla y Sergio nos confesaba nuevamente su espíritu competitivo antes de recibir en plató a Miguel Cobo (que se mostraba agradecido de su paso por el programa), Bárbara (nos vendía su libro familiar de recetas), Carlos “Bacterio” (“en su línea de I+D“) y Honorato (“a lo suyo“) para estrenar la inmunidad en esta Tercera Edición de Top Chef. La elección de este Jurado ya presagiaba lo que más tarde veríamos entre dos de sus integrantes. María “Ripley” nos dejaba claro su opinión respecto al díscolo chef.
La PRUEBA DE FUEGO iba a consistir en algo tan “sencillo” como un bocata. 30 minutos para “algo más complicado de lo que pensáis“, señalaba Alberto que, junto con Susi y Paco, irían al sofá del almacén a ver tranquilamente las creaciones que parirían los cráneos de los #concurChefs. Empezaba el tiempo a la señal de Bárbara y Carlos flipaba como “Ripley” anotaba en su libreta el plan de ejecución de su bocadillo de queso y anchoas. Luca se lanzaba a por una piña picante y Montse a por el “bocata de su tierra”. “A mi ése me suena“, decía la valenciana viendo a Alejandro Platero y la lactonesa sería la base del “free style” que decía “no tener asimilado sentimentalmente lo de competir” … quedó claro minutos más tarde, sí. El resto del programa lo redujo a justo lo contrario. Carlos no aguantaba más y decía querer “arrancarse los ojos y oidos” al compartir responsabilidad juzgadora con ella. Una buena retahíla de cariñosos mensajes le dedicó durante toda su intervención. Mientras tanto, Miguel Cobo dejaba claro que “esto también nos sirve a nosotros de aprendizaje” (grande). De todo bicho viviente se aprende. Julio experimentaba con unas palomitas de tomate y Fraü María comenzaba sus arengas a elevado decibelio. “What the fuck?“, se preguntaba “Bacterio Extremo” en tanto Alberto suplicaba que “dejara de gritar y se pusiera a cocinar“.
El tiempo estaba a punto de finalizar y Álex se ponía tenso al ver como invadían su espacio de trabajo. Y, entonces, llegó el momento creativo de Fernando DiCaprio: “la torre infernal” … “What is this?” se preguntaba el Jedi de Carabanchel. No era para menos. ¡Pero qué cojones! Jesús, ajeno a la infamia decorativa que estaba llevando a cabo, seguía a su rollo mientras, tal vez, ensayaba el relato histórico que luego soltaría a los cuatro jueces nobeles. ¡Telita! Eso sí, Honorato nos iba a dejar otra de sus perlas al verse sorprendido por la mezcla fresa-tomate: “hay una señora mayor ahí que está mezclando ...” jajajajaja a lo que inmediatamente le recordaba Carlos quién era “esa señora”. Como bien se preguntó Montse e imagino que mucha gente con su cojín: Honorato, hijo de mi vida, ¿no has probado nunca el gazpacho de fresa? Terminando de emplatar, Fraü María nos dejaría la “tontá” de la noche metiendo su bocadillo en un tarro de cristal … ¿Bonito? Puede … ¿Práctico? Cero …
Llegaba el momento de la cata en la que Carlos seguiría haciendo amigos justo después de ver como Bárbara le quitaba su segundo de gloria al gritar junto a él “manos arriba”. Como críos. Carlos “el planchaico” se marcó un bocadillo de bacalao ahumado. María “Ripley” uno que debería saber a anchoa y queso … “debería“, apuntillaba el barbudo cocinero ante el apretón de mandíbula de su creadora además de ver cómo su minimalismo no encajaba en el concepto que tenían de la prueba. Miguel decía del de Julio “que daba pena comérselo” de lo bonito que lo dejó. “Mucha grasa me viene” tuvo que escuchar Oriol de su morcilla, butifarra y demás. Carlota “O-Ren” y su cecina también se las vieron con el valenciano. El atún en escabeche y yogur de Alejandro se perdió en mucho pan y las gili huevas sobre el salchichón de Alex le hicieron calentarse ante la reiteración de su juzgador. Cierto es que no pintaban nada y resultaban ridículas. “Y si esto se lo come un ciego?” … Llegaba el momento del “bocata en una botella” de María y Honorato la despachaba con un “bien, vale, pues un bocata” … Turno para uno de mis preferidos, Marcel y su chorizo ibérico, feta y lima que sorprendía a los cuatro jueces. Pintaza. Luca vio como el pepino destrozaba el resto de su plato y Montse se los ganaba con su “bocadillo de libro”: “solo por la pinta que tiene y por cómo me lo como, es un bocadillo“. Cada juez le hincó el diente por una esquina. Sergio presentaba sus espárragos que debían estar bien ricos como señalaba Paco Roncero desde el almacén y la ronda finalizaba con Jesús contándonos la historia del “conde Emparedado” y su afición al anís … Las caras de los cuatro, sobre todo la de Miguel, lo decían todo … jajajajaja … “parece que me he comido un Ricola“, le dijo jajajaja … No es lo mismo que esto te lo diga él con esos modos que otro, ¿verdad? Finalmente, y por unanimidad, Montse Estruch se hizo con el primer brazalete azul. Eso sí, no entendí muy bien cuando Bárbara puntualizaba que el bocadillo estaba repleto de “técnica” … se me debió escapar algo …
Como ya adelantaba la promo de esta semana, la PRUEBA GRUPAL consistiría en cocinar en food trucks en plena Castellana madrileña. 100 comensales serían los jueces de la prueba para la que dispondrían de 60 minutos. Los equipos se formarían sacando cuchillos: equipo GRIS, con Julio, Carlota, Alejandro y Álex; equipo VIOLETA con Luca, Oriol, María “Ripley” y Carlos y equipo NARANJA con Sergio, Fraü, Marcel y Jesús que se mostraba encantado de haber caido en el, a priori, más fuerte. A esto se sumó que Montse decidió ir con ellos. Debían elegir a sus jefes de cocina y Carlota resultó ser elegida “profesionalmente” tras un rápido “piedra, papel, tijera”. Luca se ofrecía ante el ataque rabiosón de Oriol y Sergio parecía ser el unánime líder naranja. Debían elegir una de las tres llaves de las camionetas que Alberto les ofrecía sin saber qué tipo de comida les tocaría: asiática, árabe o Tex Mex. “Yo eso del fúd trac no sabía ni lo que era … el inglés y yo … si todavía me cuesta hablar castellano“, decía Julio, jajajajaja …
Finalmente, el equipo gris cocinaría unos fideos con pollo y verduras (asiático), el violeta un “taco al pastor” (Tex Mex) y Sergio, capitaneando la pañolada naranja metía una buena gamba al pensar que le había tocado también mexicano … con solo haberse parado a mirar … Y OLER … con lo que mandaba a grupo a preparar algo que no. Más de uno empezaba a sospechar de su error pero fue Montse quien le curó la ceguera. Eso sí, ni un solo “mea culpa”, al contrario, “es evidente, es árabe” … no lo verías tan evidente, digo yo. “A Sergio lo veo fuerte y débil … le faltan años quemándose las manos“, decía “la señora de las fresas” que diría Honorato. Mientras tanto, Oriol se imponía a Luca en el mando del equipo morado que no se complicaba a la hora de idear su plato: “la gente, al fin y al cabo, quiere comer lo que conoce“, decía Paco Roncero. Practicidad, algo que se olvida muy a menudo en pos de la exhibición gratuita.
Julio ponía orden en el equipo gris y les concienciaba de que el pollo iría justo, “justico”. Sergio seguía liándola eligiendo un kebap de codorniz y humus alegando que en #TopChef2 “había que hacer algo mejor” a lo que recibía el zás de Alberto: “lo que no hay que hacer son cagadas“, como así fue: los garbanzos estaban más duros que los genitales de un troll pero Fraü María estuvo rápida proponiendo sustituirlo por cuscús, pero claro, mezclar pan de pita con esto … “pan del camino élfico”. En la camioneta de al lado Oriol y Luca se enfrentaban por el modo de emplatar: si hacerlo antes, si hacerlo después, si tú eres el jefe, si soy yo … María “Ripley” apoyaba la disciplina del mando militar escogido (yo con ella) mientras que Carlos apoyaba al “competistyler” hasta que recibía un “tú habla y cuenta chistes” a la pregunta de “y yo qué hago?“. Si me dice a mi eso … ¿eh? Los nervios parecían apoderarse de esos escasos metros cuadrados. Julio daba instrucciones de emplatado (para eso, es un pintor) y terminaba el tiempo con Sergio declarándose contento con su labor de jefe. Está claro que anoche él veía algo que los demás no.
Los comensales iban opinando y parecía que los platos gris y violeta se llevaban todos los halagos mientras que, del naranja, solo habló bien una despistada. Carlos contaba finalmente un chiste por amor propio mientras servía de acompañamiento unas “cortezas muy mexicanas“. Se procedía a la votación y antes de conocer el resultado, Alberto preguntaba a Sergio cómo se había visto y ante la negación de realidad de éste, el madrileño le dejaba claro que “para él, eso era una falta de asumir la responsabilidad“. Sin embargo, para el jefe del equipo naranja “líder hay uno, sí, pero el trabajo es de todo el equipo“, escurriendo el bulto. Como se vio después, sus compañeros no pensaban lo mismo. Paco Roncero también cuadraba a Luca diciéndole que como jefe de cocina no había hecho nada dejando a Oriol que se lo comiera con patatas: “he cedido para que no hubiera problemas“, decía Maese Cámara. Lo que no entiendo es por qué te ofreces entonces. Mejor observar antes de atacar. Y, finalmente, Susi reprochaba al equipo gris el no haber calculado bien la cantidad de pollo. Alejandro la rebatía diciendo que “era el pollo que teníamos, no había más“, a lo que Chicote, rápido, le metió otro zás: “pues piensa un plato que lleve menos pollo“. No hay más preguntas Señoría.
Dispuestos a sacar los cuchillos para ver qué equipo iría a la ÚLTIMA OPORTUNIDAD. Como se preveía fue Sergio quien desenvainó el rojo y, por tanto, ya estaba servida la primera eliminación. Insisto, sus compañeros no pensaban igual con eso de “el jefe no tiene la culpa“. Para esta prueba el plató recibía al gran Toño Pérez que nos dejaba salivando viendo cómo trata las setas. ¡Qué ganas de hincarle el diente al plato! Sería él quien vigilara a los #concurChefs durante la prueba. Dispondrían de 45 minutos para elegir entre las más de 15 variedades que encontrarían en la despensa. Eso sí, no podrían volver a entrar. Jesús era el centro de todas las miradas al señalarse como el rival más débil en la prueba pero él estaba convencido de que su “cocina al estilo antiguo pero hecho modernamente” le haría pasar. Oriol se frotaba las manos en el almacén ante la posibilidad de que, uno de los favoritos, Sergio, fuera eliminado mientras que “Ripley” dejaba claro que ella “aún no pensaba en rivales“, ¡zás! al que decía no tener asimilada sentimentalmente la competición. Fraü María tenía claro qué iba a preparar, Jesús se peleaba con los hornos, Sergio se concentraba y Marcel seguía sumando puntos para convertirse en uno de mi “top three”. “Silencio, se cocina” debería ser su lema … y el de much@s otr@s.
Jesús no cesaba en su interpretación del arte: al quemarse el crujiente de queso que tenía ideado, decidió rememorar cuando comía macarrones con tomate y queso rallado de la abuela: “sustituiré el crujiente por una nube de queso“, o lo que significa en el idioma común “voy a echar un pastizal de queso rallado encima pasándome la esponjosidad de la nube por el DiCaprio”. Finalizaba el tiempo y éste, seguía dejándonos perlas para recordarle siempre: “parece un consomé” … así describía el plato de Marcel jajajaja, qué pibe! La CATA A CIEGAS iba a comenzar por los “Boletus en texturas” de Sergio a los que Paco Roncero no encontraba esa variedad. Aún así, tenía pinta y a pesar de “resultar un poco plano”, gustó. Los “Rebozuelos con escabeche rojo y langostinos” de Fraü María iban a recibir palos por todas las esquinas del plato: “ácido, seta cruda, dudas de escaldado …”. La “Sinfonía de tierra con gambas” de Marcel nos dejaba claro quién no sudaría más de la cuenta para volver con sus compañeros: “aquí ya hay cocina“, dijo de él Paco Roncero. Pintaza. ¡Una cuchara y tenedor por favor! Y, finalmente, levantarían la campana para degustar el “Risotto bajo escombro de queso” de Jesús. “Arroz duro” para Susi y “plasta de queso” incomible para Alberto. La suerte estaba echada.
Así, los cuatro se plantaban frente al Jurado que preguntaba de quién era cada plato salvando rápidamente a Marcel seguido de Sergio, menos que la sinfonía, y Fraü María que veía como se salvaba por los pelos: “acabas de salvar la coleta” (por cocina, todo hay que decirlo). Jesús recibía así la noticia que, seguramente, ya se esperaba. Debía ser el primero en abandonar Top Chef y lo hizo como todo un puñetero caballero. Sí señor. “El arte puede ser creado por cualquiera, donde sea y como sea .. pues eso es para mi Top Chef“. ¡Mucha suerte siempre Jesús!
No sé vosotr@s, pero yo lo voy a echar de menos. Si no cocinando, sí con sus “dotes sabias populares”. Me encantó su despedida. Programazo el de ayer con grandiosos momentos. Como siempre os digo es muy difícil hacer una selección de highlights por aclamación popular. Yo, me quedo con éstos:
– La vuelta de anteriores concursantes y, no os voy a engañar, sobre todo, Miguel Cobo. Un gran tipo y que sigue mostrándose agradecido de su paso por el programa además de seguir aprendiendo de todo lo que pasa por delante de sus retinas y que no necesita meter en el dedo en el ojo de nadie para realizar una crítica. Las caras de los cuatro jueces escuchando el cuento del “Conde Emparedado”, grandioso!!! “Ricooooooolaaaaaa“
– El “Emparedado infernal” de Jesús … “me lo cuentan y no me lo creo“, decía Alberto flipando.
– Honorato rules … “hay una señora mayor ahí mezclando fresa y tomate ...” jajajajaja, menos mal que su amigo Carlos le aclaraba quién era esa señora. Sus aportaciones en la cata … para recordar.
– Julio y su “fú trá” … jajajaja … murcianico donde los haya … “no nos gusta tirar comidica” … jajajaja … “un murciano vendiéndome comida asiática“, se sorprendía una comensal.
– La gran metedura de pata de Sergio … fue un momento álgido para las hienas.
– Los zás de Alberto a Sergio en la camioneta: #ChicoteDuda y #ChicoteZás fusión!
– ¡Descubrir que la corteza de puerco es mexicana!
– Empiezo a tener una ligera noción de lo que significa “free cooking style” … y es “donde dije digo, digo Diego” o “lo mismo te digo una cosa que te digo otra”.
– la despedida de Jesús … saber perder … tan importante o más que el saber disfrutar de la “sandía del triunfo”.
La promo de la semana que viene promete …
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