#TopChef11
Tensión, mucha tensión. Eso era lo que nos había prometido Top Chef en las promos y eso fue lo que tuvimos. Alberto Chicote adelantaba que “nos lo íbamos a pasar pirata” y, sin duda, el programa tuvo de todo. Una semana más, aquí, la original, #giliCrónica.
La PRUEBA DE INMUNIDAD iba precedida de un vistazo a la despensa del plató. Algún cabronzuelo y/o cabronzuela pensó que obtener los ingredientes para los platos de unas máquinas expendedoras iba a divertir a los #concurChefs restantes. Sin duda, fue así. Marcel venía con ganas de resarcirse del “programa raruno” de la semana pasada mientras que, Platero, a pesar de la sonrisa, seguía mirándolo con cara de “no deberías estar aquí”. Ripley decía ver justo que en la repesca entrara el último que se fue y por ello veía bien que el alemán siguiera. Confuso el asunto, diría. 10 eurípides para insertar en las tres vending distintas, una sola entrada a la despensa y la obligación de utilizar todo lo que se eligiera. 45 minutos por delante. A Sergio le sobraban 15. Hay veces que los tiempos “mi no comprender”.
Platero y Oriol comenzaban su particular batalla de machos ya en esta primera prueba. Mientras el valenciano parecía tener claro lo que extraer, el catalán se quedaba en la parra mirando los productos como ese pelma que tienes delante en ocasiones y no se percata de que el mundo no gira en torno a sus pensamientos y el tiempo corre antes de que pierdas el metro. Uno a uno iban volviendo a sus mesas de trabajo con ingredientes dulces excepto Free Styler que, además de entrar el último, era el único que se decantaba por salado. ¿Su idea? Una ensalada de pollo … hasta que su cerebro volvió a activarse y se dio cuenta de que la idea era demasiado simple y optaba por hacer una hamburguesa con el relleno de los sándwiches vaciados. #MeLaTrufa nos recordaba a un finalista del año pasado con un pulso como para “robar panderetas”. Más de uno se decantaba por cubrir de niebla nitro White Chapel el plató y Alberto creía estar en el “laboratorio de Gargamel“. Ripley ansiaba su primera inmunidad. Debería seguir esperando.
El tiempo finalizaba y, esta semana, era Susi la encargada de decidir quién se calzaría el brazalete. Su cata comenzaba con el “Frappé de yogur griego y LSD” de Platero que dejó a la ilicitana al borde del K.O., “Yo lo he probado y estaba bueno“, decía él. La “Crema de yogur, café y eucalipto estilizado” de Sergio le parecía “muy interesante“. Turno para Oriol y otra de sus esperpento creaciones: “Hamburguesa pollo crocante y pasada por crematorio” que ni siquiera llegó a probar. Ripley le presentaba, acto seguido, sus “Frutas con chocolate, manzana y porque no me habéis dado más pasta que si no vacío la expendedora en el plato“. Un batiburrillo que no llegó a donde pretendía. Marcel y sus “Delicias de sabores dulces y salados en polos opuestos” estaba rico en sabor e idea, pero mal montado para disfrutarlo como debía. Susi lo tenía claro y nombraba los platos de Marcel y Sergio como los dos mejores, otorgando por primera vez la inmunidad al segundo por su “ejecución, montaje y creatividad“. El máximo objetivo de Oriol veía como tenía el pasaporte para un programa más.
Con la banda azul ya colocada, Sergio debía decidir los dos capitanes de la PRUEBA GRUPAL: Marcel (gris) de un lado y Oriol (naranja) de otro. Éste debía elegir compañero y se decantaba por Platero con la intención evidente de sobrevivir a la prueba y, por eliminación, ya que Ripley no entraba en sus planes para ese momento sino para una posible eliminatoria. El valenciano sabía perfectamente el por qué de la elección. No era por placer. “Mari Paz, tú qué? no hace falta que te elijan, te vas tú solita“, le decía Alberto a la manchega al ver que quedaba la última en el reparto de pañuelos, y ella le contestaba que “con cualquiera menos con Oriol“. Al contrario que las pataletas de la semana pasada del “alemán impaciente” y de Sergio, Platero se lo tomó como debía: una competición.
La prueba se iba a desarrollar en uno de esos extraños patrocinadores del programa que nadie comprende salvo por el “show me the money“. Un McDonald´s transformado al más puro estilo Pesadilla en la cocina y de @ebarrera_. “Esperamos que nos sorprendáis utilizando los productos naturales que hay en esta cocina” … el silencio tuvo que hacerse en los hogares de los sufridos seguidores del bombardeo publicitario. ¿Productos naturales? ¿McDonald´s? ¿Hemos escuchado bien? ¿Atún? … corrimos el subliminal velo para escuchar a Paco Roncero como les pedía hacer un “menú Top Chef” con un principal y acompañamiento y un postre. El Jurado lo constituirían 30 clientes habituales del fast food y, entre ellos, Peña, el ganador de la inmunidad el año pasado en este establecimiento. Ripley, una vez más, se entonaba a ver la figura erguida y musculada de un hombre en sala (remember los tocamientos al Hombre de Negro): “este chicoooooo” (acento manchego).
80 minutos sería el tiempo del que dispondrían para dejar a los clientes ojipláticos. A la remanguillé Alberto y Peña daban el pistoletazo de salida que nos volvería a poner en el campo de batalla a Oriol y Platero. El primero seguía la línea de deducción más simple (¿para qué calentarse un poco el cráneo?): una hamburguesa. Su ayer súbdito flipaba y decía que no, que había que hacer algo distinto: “yo te hago unas hamburguesas creativas de la hostia“, decía el capitán para, inmediatamente, endosarle el postre a Platero “por no tener ni idea de qué hacer“. El free style daba su timonazo habitual y se decidía por utilizar el atún tal como estaba haciendo el equipo contrario, lo que levantaba aún más ampollas en el ambiente. “Explícame un poco la idea, el plato“, le pedía Alejandro y recibía por contestación un “sí, sí, ahora …” de Oriol que evidenciaba que no tenía ni idea realmente de la ejecución final mientras lo veíamos vaciar especias en el pescado modo Panorámix. Y asistíamos a la demostración de que la #ChicoteDuda ha creado escuela: Peña se acercaba a Marcel a preguntar en qué habían pensado y éste le soltaba “¿os arriesgáis con dos platos fríos?“, jajajaja, su sonrisa canalla hacía arquear las cejas del alemán. Alberto veía el aliñado del atún y preguntaba “qué … es … eso?” mientras que Paco empezaba su particular movimiento de cabeza que se repitió varias veces anoche viendo cómo se desenvuelve entre fogones don “encaLOMAS”.
La distribución de las planchas también acababa en rifirrafe entre el capitán naranja y su enemigo inmune. El tiempo corría y llegaban los invitados que flipaban con el cambio del local. Yo flipé con la cantidad de “personas de avanzada edad” asiduos de la dieta del payaso Ronald. Platero se preguntaba si podría llamarse “emplatar” a lo que hicieron. No me extraña. Y Oriol escogía a conciencia los platos a entregar al Jurado del programa, algo que no terminé de entender ya que ellos ni pinchaban ni cortaban en el veredicto.Será el free style. Sus contrarios se descojonaban y él se quedaba con mirada cortante a Marcel: “¿me estás vacilando?“. La tensión seguía subiendo. Marcel presentaba el “Tartar de bonito en simpleza visual máxima” (lo del acompañamiento en este plato no me quedó claro) y su rival el “Tataki a la americana guarra“. Los clientes, eso sí, quedaron impactados: por los sabores, (escasos) por presentaciones (irreverentes) y por esperar más de uno la carnaza en el plato. Los dos platos resultaron estar sosos, el naranja parecía estarlo más por llevar kilos de especias menos sal. Los postres consistieron en una “Piña picante con granizado de manzana y mostaza” de Platero que pareció no gustar nada y un “Cremoso de chocholate y sopa de fresa emplatado con volquete” del trío gris. Paco Roncero seguía dándole a la cabeza.
“2 platos feos, 2 platos buenos“, se consolaba el equipo naranja hasta que sacaban los cuchillos y lo que esperábamos se hacía realidad: Free Jeta Styler y #MeLaTrufa iban cogiditos de la mano a la ÚLTIMA OPORTUNIDAD. Todos los allí presentes esperaban dicho resultado menos, parecía, Oriol que, a pesar de crecerse, en su interior sabía que tenía un hueso muy duro de roer con el valenciano enfrente. “Me siento solo, desplazado … pero me lo he buscao, no?“, parecía que un rayo de lucidez iluminaba su cinta de frente sudorosa. Ripley deseando que los deseos de tantos se hicieran realidad y fuera el insurgente el que abandonara esta semana las cocinas de Top Chef. “Espero eliminarte“, le decía a su contrincante en el almacén … “y yo que te quedes con las ganas“, le respondía aquel. Entonces estallaba el catalán contra todo aquel que gesticulara: “Me voy a ir sin ningún amigo de aquí“, decía y Ripley le recordaba que sí, que “lo vas a conseguir“. ¡Boom! ¡Gas! ¡Histerismo! “Yo digo lo que me sale de las pelotas“! … sin duda … sin duda.
Alberto los llamaba a filas y en plató se dejaban claro el uno al otro que se tenían muchas ganas. Alejandro decía estar “harto de sus técnicas no culinarias” y Oriol simplemente afirmaba que “él era así” hasta que Chicote sacaba su ¡Zás! “También es verdad que no te llevas bien con nadie” … ahí quedó … Cuando se calmaron un poquito y vieron ante sí la obra de arte de chocolate, los humos se les bajaron a los dos. Más bien, los genitales se les empequeñecieron. “No way man“, decía styler. Platero tampoco había hecho una tarta en su vida. ¡Pues toma! Debían realizar un postre con cuatro elaboraciones distintas de chocolate en lo que constituía una “prueba de relojería” como es la pastelería: “complicado pero muy lejos de ser imposible“, finalizaba Chicote antes de dar paso al ARTISTA invitado de anoche: Oriol Balaguer … rápidamente fui a por un Phoskito que era lo que más a mano tenía … “Si no respetas el proceso y las cantidades, estás perdido“, sentenciaba. El plato que “nos preparó” … ¡pues eso! ¡Que me envíen los que quieran!
90 minutos para saber quién dejaría el programa: “el que lo haga más simple, será el que pase”, señalaba. Allí que comenzaban a recordar recetas y pasarlas a la libreta mientras que en el almacén comenzaban las apuestas sobre quién entraría de nuevo por la puerta. “Voy a por la barba roja de Alejandro“, se motivaba Oriol. “Me parece un cocinero cogido con pinzas“, decía Platero. El Jurado se daba una vuelta por las mesas y asistíamos a otro de esos #RonceZás … Free styler les aclaraba que el brazo de gitano es un bizcocho enrollado y aquél lo miraba como diciendo “¿te crees que soy un merluzo?” jajajajaja, grandioso.
Segundos antes de terminar el tiempo, Alejandro se daba un pequeño hostión y Oriol se daba cuenta que la había cagado con la cobertura. La suerte estaba glaseada. Llevaban los platos a la mesa y Alberto les preguntaba sin rodeos: “entendemos que es complicado … pero qué ha pasado aquí?“. Ellos daban sus versiones que a nadie convencían más allá de “no somos pasteleros y no tenemos ni idea”. Personalmente, ya lo he dicho en anteriores ediciones, me parecen dos oficios paralelos pero distintos. ¿Que deberían tener más conocimientos en la materia? Sí, tal vez. ¿Que sea excusable atendiendo a la realidad del día a día de un restaurante? También. Dicho esto, la cata comenzaba con el “Mousse de chocolate chapuceando” que, si bien respetó las directrices de la prueba, quedó demasiado light en general. “No es lo mío lo de los pasteles“, adelantaba Oriol antes de ver su “Brazo churro media manga mangotero gitanero” que “ardía de azúcar” (en la boca de Susi prevalecía el picante). “Errores en las técnicas“, sentenciaba Roncero y ambos #concurChefs se retiraban a esperar el veredicto con cara de tener el vientre muy sueltecito.
“Que quedando cuatro concursantes tengamos que elegir entre esto …“, se lamentaba Alberto antes de ir a recogerlos de nuevo al almacén con cara de chafao. Ripley también se dio cuenta. Nuevamente el de Carabanchel les preguntaba que había pasado y Oriol nos informaba de que sus postres “son vietnamitas, de cocinero” … mmm … nuevos conceptos … Alejandro sonreía escuchando las disquisiciones de aquel. El misterio se resolvía siendo #MeLaTrufa quien volvía con sus compañeros y Oriol quedaba frente a frente con el Jurado: “ya está, es el final … no voy a hacer un drama … me toca apechugar” … para, entonces, lanzar un dardo a Chicote: “he aprendido mucho aunque tú no te lo creas” … a lo que él le pidió que no “pusiera palabras en su boca“, recordándole que su capacidad de escuchar se reduce al mínimo. Susi así también se lo exponía. “Molt be! Me voy a mi casa y así no tendré que estar más con ellos, me voy con un equipo que me quiere y me apoya“, salía tarifando de plató hasta que, al entrar en el almacén, los nervios de saberse ya eliminado se diluyeron y pareció volver la cordura a una mente extraña. Se disculpó con todos … sí, con todos. De un modo u otro, creíble o no, pero así lo hizo lo que es digno de mencionar y se declaró “avergonzado” de muchas cosas. Sergio no lo creía del todo. “Seguid cocinando que yo seguiré dando por culo“, fue su epitafio televisivo. ¡Mucha suerte siempre, Oriol!
Programa repleto de momentazos de tensión extrema en los que poco a poco se fue calentando el ambiente hasta el desenlace final. Atmósfera Coen total. Dejaba el programa el que, seguramente, fuera el cocinero más incompleto de todos los #concurChefs pero que ha sabido sobrevivir con su free style … Eso sí, yo alguna de sus creaciones picantes me calzaba, ya os lo digo. ¿Por qué no? … y ya preparados para lo que es otro clásico de Top Chef: cocinar con las madres … el hinojo´s gate del año pasado trajo cola … ¿Qué nos deparará la semana que viene?
Vamos con los highlights:
– “¿Quién no se ha preguntado nunca si se puede hacer un plato con lo que hay en una expendedora?“, era la intro de Alberto … pues yo … nunca … solo me he preguntado quién coño se comería ciertos productos que he visto en ellas … La prueba se las traía.
– “Me he quedado así … (en la parra) “, Oriol describiendo por qué, viendo que la hamburguesa se le había quemado, no la cambió por otra … Free Brain Stopping Style …
– el marketing Mc Donald´s … y su producto fresco … ciertamente, bastante insultante hacia el espectador … pero el business es el business …
– la vuelta a primer plano de Peña y ver a Oriol Balaguer …
– los múltiples encontronazos entre Oriol y Platero: “te has lucío campeón“, “Oriol es sinónimo de desastre“, “si vamos a la última oportunidad, que se prepare…” … el valenciano se iba entonando para el final del programa.
– “no me gusta su cara, su pelo ni su forma de andar!” … “Míster correcto!“, Oriol a Sergio …
– “pues claro que está bueno, cabrón!“, Platero a su jefe de equipo cuando éste probó el helado que no gustó en sala.
– “menos de cocinero, he visto de ti de todo“, Sergio.
– “gramo por aquí, gramo por allá … no me llevo bien con eso“, definición de pastelería Free Style.
– “¿Qué tal tu recuerdo del brazo de gitano?”, Susi … “pues malo, porque estaba seco“, Oriol … así cómo vamos?
– “A lo mejor Oriol tiene más autocrítica que Alejandro“, no sin falta de razón, Sergio.
– “Tienes las manos sudaditas, eh?“, Sergio a Platero al volver de la última oportunidad. Vio cerca la puerta de salida.
– “Primero cocinero, segundo toca pelotas profesional y tercero, free style” … pues eso, tremendo.
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