#TopCheFinal
Y parecía que no pero el momento de la esperadísima final llegó. Tras un breve resumen de estas quince semanas, Top Chef cerraba su tercera temporada con un combate a fogonazo limpio entre Alejandro #MeLaTrufa Platero en el rincón gris (“potencia, sabor y contundencia“) y Marcel-ino el impaciente alemán Ress (“delicadeza, sutileza y nervios de telón de acero“) en la esquina naranja. Los dos con evidente tembleque de rodillas. Aquí la última #giliCrónica hasta …
La primera sorpresa de la noche llegaría a la hora de elegir los ayudantes de cada finalista. ¿Cómo? A cocinar y ver como una cata a ciegas sería la llave para volver a las vitrocerámicas del programa. A Platero no le hacía ninguna gracia, secundado por Luca, al temer escoger a alguno con los que no “tienes sintonía“. Los dos púgiles nombraban a Sergio como referente – éste engordaba de gusto – y ninguno a mi murcianico preferido. Así marchaban al almacén expectantes sobre su capacidad o no de adivinar de quién sería cada plato y así hacerse con sus compinches favoritos: “al fin y al cabo, hay que elegir los más ricos“, señalaba el valenciano.
La prueba para los recién llegados tendría dos fases: la primera, una contrarreloj para ver qué seis #concurChefs eran capaces de limpiar 10 corazones de alcachofa en menos tiempo. Los que lo consiguieran pasarían a la segunda parte, cocinarlas. Al ver el contenido de la prueba me entró gusanillo sabiendo que Julio, en esto, es un artista. Su cara lo reflejaba. Sabía que estaba ante su oportunidad de volver a cocinar en el plató tras su expulsión “agrinaba” y demasiado temprana. Jesús se frotaba la sandía sabiendo de su arte con el cuchillo y Fraü María nos recordaba aquellos programas de tensión tímpana a grito pelao. Cómo no, el amigo Free Jeta Style confesaba sin rubor alguno que quería engañar a Platero con su plato para que lo escogiera de pinche y así beneficiar a Marcel. En el sofá, #MeLaTrufa rezaba para no verlo a su lado en el último round.
Manos a la alcachofa y el cocinero que tuvo el privilegio de servir a Fernando Di Caprio terminaba el primero … pero menudo desastre. Alberto lo bajó de su nube rápido. Solo dos pasaban el corte. Luca, Sergio y Ripley fueron los tres primeros en pasar el corte. Oriol nos mostraba cómo las matemáticas tampoco son su fuerte y preparaba solo 9. Julio, Álex y Carlos los tres que completaban el círculo. “Iré con Marcel desde la grada, no me importa“, decía ahora Lomas. Claro, claro. 40 minutos tendrían por delante para preparar un plato que convenciera a los finalistas: “ese plato de alcachofas que haga que os elijan como ayudantes“. A Velandrino le brillaban los ojos. Doy fe de que este producto es uno de sus top. En el almacén, Marcel y Platero seguían nerviosos ante la posibilidad de que les engañaran con los preparados y escogieran a alguien que no “aceptara el rol“. El germano y Álex se deseaban mutuamente y a Ripley, el valenciano, la escogería la última. Mientras, el ecuatoriano peleaba con un cangrejo de río.
En la clásica ronda de los “quedan 15 minutos”, “Planchaico” quería también cocinar para Marcel, al igual que Sergio “el deseado de anoche”. Platero, sin embargo, decía que con Luca y Carlos “se conformaba”. El tiempo se esfumaba y Alberto iba a recoger a los púgiles a vestuario. Clavijo escogía la vajilla de siempre de Sergio, algo de lo que todos se dieron cuenta y pensaron que despistaría a los finalistas. Como así fue. Al menos, a uno de ellos. Marcel se llevaba una sorpresa al no ver entre los seis a Montse u Oriol. No sé qué programa había “visto” el alemán. Desde mi sofá tengo claro que los dos no iban a estar ahí. El primer plato que cataron fue el de “mocasín veloz” que se las prometía muy felices hasta que escuchó que estaba “amargo”. El de Sergio lo encontraron subido de acidez. De momento, no encuadraban a ninguno de los dos. Las alcachofas salmonete de Luca fueron las peores valoradas por los dos: “sin caldito, ni jugo …“. Turno para Álex y su vajilla verde escogida al pelo que les pareció “muy sabroso“. No engañó a Platero (sabía que de Sergio no era en contra de lo que pensó Marcel que sí se despistó con el plato). La blanqueada de Julio fue la que más les gustó a los dos. Ya os lo he dicho. Este producto lo clava el murciano. Y Ripley presentaba su preparación pasada de aceite de sésamo. Era el momento de decidirse y comenzó Marcel escogiendo a Álex pensando que era Bastard. Daba igual puesto que, de primeras, también lo quería en su esquina. Platero se guió por el saborazo de Julio llevándose una sorpresa al ver que era él. El segundo para el alemán fue Sergio, saliéndole la jugada redonda y escogiéndolo por eliminación de adivinanza. Tenía lo que quería. Y, el zasca, llegaría inmediatamente. #MeLaTrufa prefirió el último plato pensando que sería Luca … “guá, guá, guá, guaaaaaaaá” … Ante él se presentaba la marine de interior. Casi deja caer el protector bucal del susto. Pero la suerte estaba echada y ahora solo quedaba apechugar.
Alberto les comunicaba la gran novedad de este año: el Jurado lo formarían 25 espectadores – entre los cuales, no, no estaba yo, respondiendo a las preguntas de anoche – “al final, cocinamos para el cliente“, decía con razón Platero. “No os olvidéis de nada de lo que os ha pasado en estas cocinas“, recordaba Chicote. Marcel declaraba querer cocinar con su corazón de acero y el valenciano “demostrarse que todo es posible con esfuerzo y cariño“. El combate estaba servido y nos trasladaban al Círculo de Bellas Artes de Madrid. Sin duda, la localización, preciosa. Allí que llegaban las familias y amigos además de los privilegiados jueces entre los que se incluía un buen amigo, Santi (@sitioparapostre) … bonita camiseta! 😉 Susi hacía de speaker improvisada anunciando la entrada de los auxiliares de los combatientes y Alberto presentaba a los aspirantes. Ambos se mostraban emocionados. El carácter mediterráneo de #MeLaTrufa le hizo humedecer lagrimal por contra de la serenidad y frialdad germana.
Se vio la adoración que el valenciano tiene por su chica: “habría que darle el título a ella“, decía. Marcel flipaba con ver a sus padres allí apoyándole y Luca dejaba bien claro quién era su preferido: “… y porque quiero que gane Alejandro, joder“, jajajaja, tan castizo como siempre. Deberían preparar en 2 horas y media 1 principal y 1 postre para los telespectadores invitados. “Echadle de todo, coño!“, arengaba Alberto y “que haya mucha cocina“. Lo mismo que hemos estado echando de menos durante toda esta última edición. La cata de los comensales sería a ciegas. Ninguno los vería trabajar ni tendrían pista alguna. “Por última vez, y esto me da mucha pena ...” el tiempo comenzaba! Alejandro encargaba a Julio y Mari Paz el postre, echándose a la espaldas la responsabilidad de su merluza. Mejor, así luego no se puede echar culpas. Marcel distribuía de modo similar: Sergio al remate del menú y Álex a los variopintos preparados que los dos platos incluían. En la grada, Montse, Fraü y Oriol daban cremita a su alemán preferido con diversidad de estereotipos germanos. Merkel estaría orgullosa de la visión que siguen proyectando al “mundo”. A Julio no se le veía levantar cabeza de la mesa de trabajo y el anoche Ex- Jurado comenzaba su ronda advirtiendo a Marcel que tuviera ojo con el pomelo. Reincidente era. Platero veía como causaba estupefacción su idea picante de postre pero él iba con ello a muerte. “Mucho riesgo veo hoy aquí sabiendo que la decisión depende de 25 personas” … decía Alberto. Dos de ellas recibieron la noticia mientras planchaban nalgas viendo “El secreto de Puente Viejo” … (silencio) …
Ripley recibía caña de su jefe y Julio seguía a piñón. Chicote volvía a recordarnos la importancia de un buen remate de menú: “ojo con el postre que se mete una comida en el bolsillo” … sin duda. El murcianico, a pesar de ser de lo que menos le gusta preparar, seguía con la elaboración del mango glaseado y montaba la de “deu” con la nitro. Todo un amanecer del Mar Menor en noviembre. Hasta cuando no quiere se marca un homenaje a su tierra, jajajaja. “Prepárate que te voy a fundir“, mandaba un recadito #MeLaTrufa, recibiendo por respuesta “el que gíe el último, gíe mejó“, de Marcel. Todos los pinches parecían concentrados a pesar de que Ripley y Álex recibieron sendas reprimendas por estar dándole a la sin hueso y no seguir a lo suyo. Sergio tenía claro que con la cocina de su jefe se “había visto un estilo“. A la marine se le pegaban las migas, lo que hacía recalentarse a Alejandro: “quieres dejarte las piedras!? Todo el rato con las piedras!“. Sin duda, las imágenes, nos daban la sensación de ser la que más lentamente se movía de todos. Tampoco era extraño, visto lo visto. Los comensales iban aposentándose y los últimos 10 minutos se iban esfumando. Empezaban a emplatar y a Roncero y Alberto les sangraba la córnea viendo como el equipo naranja añadía sal en el último momento al pescado, antes de ver como una bandeja de dentón se iba al suelo … por suerte, eran “las sobras”. El tiempo finalizaba y Chicote resoplaba casi como si fuera él quien estaba en faena. Emoción y tensión se vivió anoche. Otra cosa es el bombardeo de torsos y rostros y no manos de este año.
La CATA comenzaba con el “Dentón con toques de mis raíces teutonas“. La presentación, personalmente, me pareció bastante pobre o, mejor aún, no acorde a un cocinero como Marcel. Aún así, varios terminaron sopando pan, rebañando plato. Indicativo de la grandeza del plato o de la hambruna de esperar la toma correcta. Entraba entonces la “Merluza a lo Hulk” de Platero. El emplatado me gustó muchísimo más (ese color verde me recordaba mucho a mi paisano). También triunfaba. El combate parecía que se decidiría “a los puntos”. Servilletas limpias, llegaba el postre del equipo naranja: “Del mar hasta la montaña y más allá de los Godos” que, a pesar de los temores iniciales de Marcel, salía por la puerta grande. Y no se iba a quedar corto la “Macedonia con todos los toques que me salen de los trufones” del valenciano. Igualmente, me gustó más este diseño e idea de plato. En almacén se mascó la tensión.
La campana sonaba y ambos púgiles se disponían a saber el desenlace de estas últimas semanas. “4 platos fuera de serie con los que el jurado lo ha tenido muy, muy, muy difícil“, introducía Alberto. Paco Roncero felicitaba a Marcel por haber sido capaz de sacar sus raíces de nacimiento y residencia y Susi hacía lo propio con Platero. En este punto los dos estaban deseosos de que terminara el estiramiento de guión y suspense y saber quién carajo se hacía con el título … que, finalmente, fue para “Marcel-ino” quien no terminaba de créerselo. Escenas familiares de orgullo, lágrimas, emoción y satisfacción del currele terminado para dar paso a la entrega del trofeo por Alberto . Presenciábamos entonces como en Alemania también se dan garrote para celebrar las victorias. El hasta ayer Jurado se emocionaba … “ahora sí, chicos … fiesta!!!“, gritaba emocionado Chicote antes de “apagar los fogones” por tercer año consecutivo y dar un abrazo y meneo a Susi que casi la desmonta, jajajajaja.
Pues nada, un año más, el principal programa de cocina – para el que suscribe – ha terminado. ¡Enhorabuena a Marcel! Los que me seguis sabéis que aposté por él en las primeras #giliCrónicas. Dos finalistas de altura que brindaron una final muy emocionante pero carente de manos cocinando. Lo he dicho durante estos meses y me reafirmo: menos torsos y más manoplas. Habría que hacer un brain storming a los espectadores para pulir detalles que se han ido perdiendo desde la primera edición. De la publicidad, ni hablamos ya. Y, de las promos revienta programas, tampoco. Eso sí, me sigo declarando fan incondicional del formato a pesar de que parezca lo contrario. Respecto a que el jurado fueran espectadores … no es que esté 100% en desacuerdo, pero creo que, con la responsabilidad que se juegan los cocineros partícipes, tal vez sea algo que no repetiría viendo las valoraciones de algunos de ellos. Creo que algo tan difícil como juzgar el trabajo de unos profesionales, debe hacerlo alguien algo más preparado. No por menospreciar, ni mucho menos, pero por abrazar una coherencia que, tal vez, se haya visto mermada esta edición. Para rebatir mi opinión o colgarme de los genitales con lo que digo, tenéis las cajitas de comentarios. Yo, sin duda, espero a esa cuarta edición. Gracias a tod@s los que habéis perdido el tiempo conmigo. Llega el momento del descanso craneal … hasta el inminente estreno de Pesadilla en la Cocina.
Highlights de anoche:
– Platero sobre Oriol … “tres amigos en una hoguera” (la mayor vergüenza que he sentido en tres ediciones) o que “su princesa se come un pajarito” pero luego … perfecta definición de lo que hemos visto del catalán … Free Jeta Style.
– “Me gustaría ir con Marcelo“, jajajaja, Jesús y sus personales versiones de los nombres. Su cara al ver que las alcachofas no pasaban el corte …
– En los pequeños detalles … “Él nunca utiliza flores“, decía Platero al ver que Marcel elegía a Álex pensando en Sergio. Después, esa observación le falló.
– “No te preocupes que sé hacer más cosas que paella” … el pique antes de saltar al ring … “yo, por cocinar, no me acojono campeón” … el trash talking durante la pelea, tampoco faltó.
– Al que más emocionado vi de todos fue a Alberto, sin duda.
– El desquite de Julio con uno de sus productos estrellas, la alcachofa. El plato que más gusto a los aspirantes. “Tranquilo hostia con el mango“, llegó a decir.
– El gesto de Alberto cuando vio dentón por los suelos … se mascó durante un momento la tragedia. Álex suspiró.
– En cuanto a las valoraciones del jurado de ayer … voy a obviar decir lo que realmente pienso de muchas de las cosas que escuché … me quedo con estas dos: “el plancton es la hostia” (doy fe) o la poesía de “me faltan las olas” con el plato de Alejandro. “Se han coronao” fue lo último que pude y quise escuchar. Sin duda. Y no soy un rabioso, ojo! jajajajaja.
– El meneo final de Alberto a Paco y Susi … jajajaja.
– El saber perder y saber ganar de ambos Chefs.
#Disparate Productions …
GiliConcept Art & Writting by @disparatedeJavi
GiliMontaje Carátula by @silviacalavera & @evaqoliva