Grito arriba, olla exprés abajo, llegamos al ecuador de esta cuarta edición de Top Chef. Si la semana pasada era la ya clásica “Batalla de restaurantes“, en ésta llegaba la REPESCA. A diferencia de la edición anterior sí la hubo y con trueque incluido. Aquí, la #gilicrónica de #topchef7.
Desde la primera edición ya dije que esto de la repesca no me parece justo PERO! las reglas son las reglas y hay que saber adaptarse a ellas. Además, el cambio introducido este año me ha gustado: uno entra, otro deja su plaza. Otra cosa es quienes ocuparon esas casillas. El Palacio de Galiana, Toledo, sería el marco elegido para que Moño Rebelde, MecagoenlalecheMerche, Cypher, Forqué y Eva Croft se jugaran la vuelta a la competición. “Esto va a ser la bomba“, adelantaba Alberto Chicote y a fe que lo fue. Mientras que los de nuevo aspirantes se mostraban eufóricos (sobre todo una que ya sabemos) con esta nueva oportunidad, los #concurChefs llegaban al “Castillaco” (Richard Goodman) creyendo que iban a cocinar en un entorno idílico. Nada más lejos del fogón. “Queremos que entrenéis el paladar”, decía el de Carabanchel mientras que Susi recordaba las culturas cristiana, judía y árabe que conviven en Toledo desde siglos ha. “Probaréis platos de grandes cocineros”, apuntillaba la ilicitana con una sonrisilla que la delataba, lo que hacía que Víctor pronunciara su mantra: “Estrella Michelín”.
Moño Rebelde nos mostró en qué plan venía (por si hacía falta) y ya se imaginaba dentro con Rakel y fuera, en el presente, cocinando con ella para “dar mucho que hablar en este país”. Virgencita llévame pronto. Por si hacía falta meter más nervio, Paco Roncero les soltaba que “el plato sería muy especial para ellos”. En el patio de recreo del amurallado, los púgiles deberían preparar un plato que integrara la gallineja judía, el cuscús árabe y el bacalao de las Cruzadas. 45 minutos por delante para cocinar y emplatar. Montoro, a la fresca, y como quien no quiere la cosa, soltaba su deseo de “ser un día jurado de Top Chef“. Estoy empezando a cogerle mucho cariño en una nueva demostración de que el síndrome de Estocolmo nunca falla. Aquí lo llamamos “el roce hace el cariño”. En Rusia, “dame vodka y no repitas platos”. El tiempo empezaba y Mª Rosa Forqué seguía al mismo ritmo con el que se marchó la semana pasada lo que ponía tensos a Roncero y Susi. La granadina de peinado inamovible volvía a recordarnos que cocinar es “un don que Dios le había dado”. Virgencita, date prisa.
Alberto empezaba una ronda de inspección y sacaba toda la artillería pesada de la #ChicoteDuda. Tuvo para todos. Sobre todo viendo que solo Melissa utilizó la diabólica olla exprés para que la gallina no quedara dura como Mjolnir. A los resultados posteriores nos remitimos. Filippettas se mostraba relajadísimo en su cancha paralela con su nueva función de jurado: “un trabajo revitalizante, no sudas tanto”. ¡Cómo vamos a lamentar el día que se vaya! La “celiacada” de la semana anterior aún coleaba: “cuando pierden tienen una memoria reconcorosa”, decía el druida argentino. De vuelta a los fogones rabiosos, Moño Rebelde encontraba una nueva víctima con la que meterse, Cypher Tomás: que si payaso, que si envidioso … ¿no podrá callarse y centrarse en su mesa? El tiempo se esfumaba y el jurado de ayer, tras brindar con agua (Manu debe estar acordándose de este sacrílego momento) se disponía a la CATA:
Los “Soldaditos de Pavía a la toledana” de Julio MecagoenlalecheMerche que me he pasado de aceite en el salmorejo y he dejado el plato sin la coherencia que predica Filippettas, solo parecía gustarle a Richard. Mª Rosa les presentaba su “Paseo por la historia de Toledo” que gustaba más que su antecesor y hacía despertar al más listo de la clase, Private, que ya se olía lo que allí se cocía. Melissa y su “Tres culturas” también despertaban a Rakel y recibía los elogios de prácticamente todos, incluido Víctor lo que hacía seguir engordando el egocentrismo de la pecosa de alto decibelio. En mi sofá se mascaba la tragedia y se imploraba a Aquaman que redirigiera esta repesca. Cypher intentaba hacerse oir y, por qué no, meterle también el dedo en la retina a su rival pelirroja. No recibió muy buenas críticas sobre todo por el caldo grasiento y picante que le había quedado. Pero, en la mesa del ciego … Turno final para el “Carpaccito bonito y precioso” de Eva, visualmente el más bonito pero que “no volvía loco” a Richard y sí a Filippettas! Las risas aseguradas. Fue el único plato del que habló bien el argentino, quién sabe si imaginándose ya como los demás que era la repesca y además de una cocinera quería pillar cacho.
La suerte estaba echada y, viendo los comentarios del ayer jurado y su unanimidad, empezaba a sentir una punzada en mi digestión. Los cinco aspirantes se plantaban delante de los cuchillos una vez más: “cuánta ilusión en una hoja, eh?”, calentaba nervios Alberto justo antes de que la tragedia se hiciera realidad. Moño Rebelde volvía a nuestras pantallas y Tomás negaba la realidad echando la culpa a un fallo de programación en su Matrix particular: “puede ser que hayan votado a la más débil”. ¡Pero si menos Filippettas ninguno es canchero! “A tope”, daba su primer grito la JUSTAMENTE repescada. Que no soporte sus gritos, su actitud y decenas de aspectos de su envoltorio humanoide no significa que no se ganara su vuelta ayer. Eso es así. Si más de uno pronunció “platazo”, algo que de nadie más dijeron, ¿qué vamos a hacer nosotros? Pues abrazar con temblores nuestro cojín más cercano esperando que el equilibrio vuelva a La Fuerza.
De vuelta a plató, todos esperaban ver entrar por la puerta a cualquiera menos a ella. Bueno, todos menos su amiga que se decía “no jodas que la Meli …“. Se mostraban tensos como los calzoncillos de Peter Parker al no saber qué pasaría ahora. Las apuestas para entrar giraban en torno a Julio y Tomás, más por deseo que por coherencia gastronómica. Su entrada triunfal dejó a Víctor con “cara de cómic” y a varios de ellos aún más con jeta de funeral profesional al saber que su vuelta implicaba que uno de ellos se piraría. “Vamos a acabar con los galácticos”, declaraba Moño Rebelde en una nueva demostración de la obsesión compulsiva y compleja que esta chica tiene respecto a los cocineros de carrera o formación. Se la vio disfrutando de lo lindo con su venganza momentánea. “Estamos todos cagados“, decía Filippettas con toda la razón viendo los gestos de todos ellos. 50 minutos para COPIAR el plato de la ganadora repescada. Manu declaraba sentirse confiado en su paladar y memoria abriendo paso al momento más canchero visto en Top Chef. Como era de esperar, el ex cocinero de prostíbulo no tenía ni la más mínima idea de los ingredientes utilizados por ella para elaborar el plato. Lógico. Si no te gusta nada un plato, no haces esfuerzo alguno por recordarlo y más si no eres el alumno estudioso Montoro y no tienes un libreto de 90 páginas con todas las variables posibles. Pero! si algo ha demostrado el argentino es eso, ser un buen pelotero y saber llegar al minuto 90 con posibilidades. Sin pestañear dejaba a sus compañeros que fueran cogiendo ingredientes y él detrás y, si no veía alguno, con su saber jugar preguntaba vilmente “eeeeeh, qué buscas ahí en el frigo?”. Lo admito, una vez más, me reí muuuuucho. Que si le pedía un ingrediente a Montoro, que si veía como emplataba el de más allá … muy grande su despliegue de anoche. Alguna lo llamó “trampas” … yo lo llamo supervivencia. Escaso honor, sí, pero ahí sigue.
Private Montoro se mostraba (como siempre) hipermegatremendamente seguro de sí mismo y de su plato, hasta que Alberto calificaba su cuscús como “arroz para guiris”. Melissa seguía frotándose las manos con el sufrimiento que veía. Lo hacía con tanta fuerza que pensaba contemplaría el primer caso de auto combustión de la historia de Top Chef. A mi no me hacen caso los dioses. Su deseo más caliente era tener un face to face con Víctor (imagino que por aquello de la Estrella Michelín que tanto obsesiona a los dos, uno por exceso, la otra por anhelo) y que ganara el mejor. Imposible no ver al equipo de apoyo tras las cámaras con el diván portátil de un lado a otro. Un último vistazo a la mesa puerca que suele tener Filippettas y contracción anal lista para saber quién desfilaría por la puerta. Inciso. Las promos durante la emisión adelantaron que un “peso pesado” se iría. Esa frase de Alberto de “os imaginábais estar aquí los dos?” hizo que las quinielas se redujeran a, como mucho, 3 de los 7 que allí sudaban más que Ted Striker.
El Jurado, como no podía ser de otro modo, empezaba la cata por el plato huésped, el de Melissa, que también les cautivó por su sabor: “gustativamente está muy rico”, decía Paco Roncero mientras ella seguía engordando como un pavo en Utah en el Día de acción de gracias. Montoro era el primero en escuchar cosas como “el cuscús solo sabe a cúrcuma” o “la gran diferencia es que ella lo ha hecho todo junto” y a ti te gusta mucho jugar a las sartenitas. Todo a pesar de creer “tenerlo todo bajo control”. Su jefe millonario a punto del colapso ante la posibilidad de verle volver por casa. A la autora original, el de Doc Marcano, le parecía una “porquería visual” y el Jurado le aclaraba que el plato no llevaba leche de coco y que la gallina estaba dura como los genitales de Coloso. No sería la única, la de Richard Goodman hizo regresar el espíritu de Thor, aunque su caldico estaba bien rico. Todo empezaba a desmoronarse en el mundo de Manu The Covered al escuchar que su idea de triturar la gallina a tamaño protón para integrarla en el cuscús y así no tener que manipular una de las ollas expres asesinas, no era buena, no. Llegaba el turno para Filippettas … ¡Balón de Oro ya! Con curry y no cúrcuma, pan y no cuscús, sin chispa ninguna pero con una base de guiso rico se veía ya saltando al campo la semana que viene. Rakel Grititos Infames tenía que poner su nota, ésa que hace que por mucho que me esfuerce, no pueda comulgar con actitudes como la suya. Susi alabó su plato pero al escuchar “cuscús pegajoso” de Paco Highway Roncero casi la lía. La cata eliminatoria terminaba con el plato de Víctor El Celeste, cuyo primer bocado era como darle un trago al Mar Menor (el de hace unos años) pero que si mezclabas todos los ingredientes en la boca se arreglaba el a priori desastre. Melissa torcía el moño. ¡A deliberar!
En el almacén comprobamos la nula paciencia que tienen las dos amigas. Ni un segundo esperaron para empezar a montar su show “tengo derecho a insultar, mofar y gritar” todo lo que quiera. “Ya te contaré”, “Lo he visto todo”, calentaban de oreja a oreja. “Chss, que he visto vuestra cara al verme”, decía. ¿Y qué cojones esperaba? Una alfombra de higos chumbos hubiese sido cachondo. “Volvemos a la misma mierda de siempre”, decía la honorable Rakel. “Váis a aprender mucho todos de esto, eh! Mucho! Imagino que ellas lo tendrán todo aprendido. Filippettas dejaba otra de sus perlas: “Rakel se va a hacer actriz, esa autocompasión no se la cree nadie”. Lo que sí vemos es un sentimiento de inferioridad tremendo de estas dos señoritas. Eso es lo que veo desde mi sofá. No he visto (y rectificarme si no es así) ni un solo gesto de los demás que indique lo contrario. Si se sienten desplazadas tal vez sea por sus gritos, sus insultos, su no saber aceptar sus limitaciones, no ser capaces de acatar órdenes sin buscar dobles sentidos, y así podría seguir …
El momento de la verdad. Antes de nada os invito a que guardemos en nuestra hemeroteca la profecía de Moño Rebelde: “os voy a reventar a platazos“. Los dos primeros platos que se salvaban era la cara y cruz para ella. Rakel y Víctor entraban en el almacén y contemplábamos la exquisita educación que promueven, incluido un corte de mangas a escasos metros de la jeta del peruano. En plató de nuevo, Alberto Chicote ponía palabras a nuestros pensamientos: “vaya cinco estáis ahí”. Filippettas y Doc Marcano eran los siguientes en suspirar y ver que aguantaban una semana más. En el paredón, 2 de mis 3 favoritos. Richard Goodman aguantó el tirón y estallaba de alegría de vuelta a la despensa. Una gran perturbación se sentía en La galaxia que flipaba viendo qué dos cocineros se la estaban jugando. Amigos y favoritos. Montoro y Manu. Pero el veredicto lo teníamos claro. The Covered tenía que abandonar las cocinas de Top Chef. “Nunca lloro”, volvía uno de los clásicos de la boca de Private. Melissa, a lo suyo: “parece una telenovela de Carlos Salcedo” (¿quién coño es Carlos Salcedo?) o “lo peor es que habrá pensado uno menos”. Sensibilidad en su moño. Resquemor profundo, todo.
“Si no estoy aquí es porque no merezco seguir adelante, así que ahora, a mejorar”, decía visiblemente afectado el gallego. Susi echaba su primera gran llantina y Alberto Chicote decía “aprendo mucho de gente como Manu”. “Te echaremos de menos” … “yo a vosotros también”, fueron las últimas palabras de uno de los grandes favoritos. “La coherencia es siempre la mejor arma en la vida“, terminaba Paco Roncero. Ésa tan jodidamente difícil de encontrar. Amén. “Se marcha un gran cocinero” … ¡Buena suerte siempre, Manu The Covered! Dejas huérfana una de las tres plazas que tenía en mi libreto.
Una lástima viendo el (llamémoslo así) trueque de figuras que trajo consigo la repesca. Que deba marcharse un cocinero como él para que entre Moño Rebelde incendió el honor virtual de muchos en las redes. El patio sigue igual pero, pasado el momento de sangrado de retinas, debemos tener presente que eran 7 los que se la jugaban. Y él no estuvo a la altura. Como dijo Fili, “esto es Top Chef”. ¿Que es una jodienda? Sí, pero como siempre digo, las reglas son las reglas. Y esto sigue. Para ganar Top Chef ya se ha demostrado que hay que tocar todos los palos en sintonía, como mínimo, con un poco más de ritmo que el de al lado y Manu, anoche, no supo. El programa pierde cocina con su marcha. Ya sabemos en qué ganamos. Solo rogar a los dioses Primigenios que esta sin razón no dure más días de la cuenta. La semana que viene, abuelas y vecinos con el puchero de fondo. La audiencia ha subido un poquito más … a pesar de la publicidad.
(Foto portada: @scientist_pi & El Clan del Bosco)
@disparatedeJavi
Muy muy de acuerdo con esta gilicrónica.
Vaya por delante que “moño rebelde” se ganó la reentrada. Ahora, su actitud y sus insultos tiran por tierra cualquier buen trabajo que pueda hacer. Lo siento, pero es así. NO LA SOPORTO.
Digo como tú: Virgencita llévame pronto.
Y como mujer que soy, no me siento representada. Una cosa es que luches por hacerte un hueco en un mundo de hombres (que lo es) y otra cosa es que lo hagas a base despreciar a esos hombres. Yo tampoco he visto ese gesto que comentas. Ambas dos que quedan deberían tener una actitud como Manu “Yo soy mi mayor crítico (y yo añado mi mayor competidor) y por tanto, a seguir mejorando”. Lo cual no pasa por despreciar ni insultar a los demás.
Esta chica (insisto, no sé si me habrá pasado algo) ha mostrado desde el principio un sentimiento de inferioridad y animadversión por “las estrellitas” como las llama no muy equilibrado, vaya. En el segundo programa ya se estaba quejando de que tenía que picar cebolla …
La gran putada de ayer fue precisamente ésa … el tener que ver salir a un COCINERAZO como Manu para tener que pasar a soportar, al menos una semana más, a esta pareja de “woman power” sin pies ni cabeza y sí con muy mala educación …
Para mi se acabó el programa. Lo siento por Chicote, Paco Roncero y Susi Díaz.
Un programa que adolece de audiencia no se puede permitir caer en el barriobajerismo de una cocinera que no es para nada “top”.
Ya no hablo de la injusta expulsión o no de Manu, pero después de lo desesperante que fue Masterchef con el tema de las gemelas jerezanas, me esperaba más nivel por parte de este programa que se autodefine como el mejor programa de cocina profesional. No comparto esta última frase pues se ha convertido en un vulgar reality show.
Un placer y nos vemos en otro programa, que no en el siguiente capítulo de este.
Hombre yo creo que es una decisión drástica, respetable pero drástica. Al fin y al cabo fueron sus propios (de nuevo) compañeros los que eligieron su plato … tampoco los vi muy ágiles a la hora de jugar las cartas para que no volviera. A poco que se hubiesen fijado bien en los platos, habrían sabido +/- de quién era cada uno. Pero ojo, otras ediciones se ha criticado precisamente eso, la estrategia que solo Filippettas intentó utilizar ayer tirando por tierra todos los platos menos el último … casualidad cachonda? yo, lo dudo.
De MasterChef no puedo hablarte porque no lo veo … precisamente para no tener que aguantar cástings dirigidos … Sinceramente, dudo que alguien del programa se esperara lo que pasó ayer …
Siempre te quedarán las #gilicrónicas … 😉
Siempre! Amén contigo, Murciano!
Así sea! :)))
Cuando termine esta edición tendré que ir buscando un nuevo reto para las #gilicrónicas … Pesadilla ya vivió sus últimas, y Top Chef en ello está …
Está la tv convencional un tanto perdida… falta de valores como los de antaño, un buen 1,2,3… o “la noche de los castillos”… jejejejejejej
Noo Manu nooo… Siempre habia pensado que la final iba a ser Victor/Manu o Victor/Montoro… Ahora supongo que será Víctor/Montoro
Aquí más vale que no se despiste nadie … anoche Montoro aprendió una nueva lección que apuntar a su manuscrito de 90 páginas de “Cómo comportarse en Top Chef” … 😉
Yo creo que ahora Montoro le ha visto al fin las orejas al lobo.
Esto es Top Chef, un concurso de cocina, pero CONCURSO al fin y al cabo. Las pruebas grupales son más decisivas sobre quién se queda una semana más de lo que ellos se piensan.
Y si luego encima te toca una prueba de eliminación chunga o que no dominas … puedes verte con tus huesitos en la calle, por muy buen cocinero que seas
Ahí estamos … ésa es la palabra que más define a Top Chef incluso antes que COCINA … adaptarse a las reglas y sobrevivir … y Montoro es un chico listo … 😉