David Dunn, un hombre aparentemente normal pero protegido por, cuanto menos, extrañas fuerzas que le hacían ser indestructible en el film de M. Night Shyamalan. Oriol Lomas ha perpetuado su legado en esta 3ª edición de Top Chef. ¿Seguirá bajo el manto protector del free style una semana más? ¿O estallará en mil pedazos como los huesos de “Don Cristal”? Aquí, la #giliCrónica.
El programa se convertía en un “homenaje al espectador“, tal y como adelantaba Alberto Chicote: “un rival que ni se imaginan“. La INMUNIDAD se la iban a jugar contra Elisa y sus pimientos del piquillo rellenos de bacalao (escogida entre 200 recetas) que estaban “muuuuy buenos“. Al entrar en plató los #concurchefs ya se quedaban parados mirando a la ama de casa: “¿será una estrella Michelín?“, decía Ripley sin saber que era “la mejor cocinera de su casa“. La simpleza aparente de la prueba nos depararía alguna que otra sorpresa y picardía sin vergoña alguna. Sergio, una semana más, declaraba haber cocinado muchas veces el plato pero la innovación obsesiva le llevaría de nuevo a ver pasar por delante de sus retinas el brazalete. La invitada contaría con la ventaja de tener todos los ingredientes preparados y decidía que 50 minutos eran más que suficientes para emplatar. Si ninguno era capaz de superar el plato de Elisa, el brazalete quedaría desierto. Con 7 en liza, impares, se dudaba de ello. La mayoría mostraba su temor a que una amateur les diera para el pelo: “no los he hecho nunca pero los he comido mucho y soy una persona que cuando prueba las cosas se imagina cómo se puede hacer” … ¿No jodas? ¡Un dotado! En fin …
“Estoy improvisándolo todo“, decía free styler. Platero se mostraba ansioso por ganar de una vez esta prueba y estar tranquilo una semana al menos. El jurado charlaba sobre la versatilidad del pimiento de piquillo a la hora de mezclarlo con casi todo: “con unas manitas y butifaaarra, puah!!“, salivaba el de Carabanchel. Ahí que se peleaban con el ingrediente estrella: unos con el bacalao al vacío, otros asando los pimientos y Oriol empezaba sus escaramuzas espiando los pasos seguidos por la rival. Jajajajaja, me recordó a alguien de la primera edición. “¿Nuez moscada?“, su pregunta repetitiva sin respuesta rápida. Todos le hacían el vacío demostrando, por si hacía falta, la escasa simpatía de la que goza entre sus compañeros: “Sergio ha respondido a la cuarta porque, si no, sabe que puede pillar bastante” … decía el alterable aspirante. Luca y Bastard se liaban con las bolsas de bacalao y parecía que, el primero, se quedaba con el producto pasado del segundo. Montse y su soledad aparecían.
Elisa “iba sobrada y había dicho 50 minutos para guardarse 5” y empezar a cotillear por las mesas de todos. “El tuyo se parece más“, le indicaba a Oriol. ¡Y tanto! Luca preparaba el pimiento en forma de falso tomate: “mi cocina siempre ha buscado agradar … ahora sorprender“, decía. Marcel, mientras tanto, también decía haber visto un clon “más aceite de perejil” en el plato del catalán styler. Finalizaba el tiempo y la CATA comenzaba por la invitada con la aprobación sin pestañear de Alberto Chicote. Montse y sus pimientos, sin pena ni gloria. La creación de Marcel tenía pintaza pero todo parecido con la realidad de la prueba era un motor Volkswagen. El de Oriol resultó estar rico y el trampantojo de Luca nos hizo echar unas risas con el madrileño intentando sonsacarle la confesión sobre de quién era el bacalao “pasao” que utilizó. El de Ripley resultó “burdo” y el de Sergio “papilla de bebé“. Platero tuvo que escuchar “tenía ganas de probar esto … interesante“, lo que hacía que se emocionara pensando en que conseguiría el objetivo al fin.
Pero no … Solo dos platos estaban por encima de la invitada: “te puedes marchar muy contenta a casa“, dijo Alberto. Eran los de #MeLaTrufa y Free Style. Finalmente, y ante la sorpresa e indignación de las redes sociales, fue Oriol quien se calzaba la inmunidad en un programa donde los privilegios iban a contar, a priori, más que nunca: “para darle en la boca a Sergio“, suspiraba minutos antes de conocer la decisión. Luego recibiría él. La mirada de Platero al saber el veredicto … digna de western de los 70.
INCISO: Una semana más … dejar una nota al editor de las promos: que aparezca un plano amplio de los dos equipos atentos a las instrucciones en la prueba grupal y que no aparezca uno de los #concurChefs (esta semana, Oriol, anteriormente fue Luca) es un despiste que elimina la emoción de la primera prueba. Un poco … “chafante”, la verdad. Eso sí, os demuestra que mis escasos aciertos quinielísticos en las #giliportadas son fruto de la diosa Fortuna.
Como la edición anterior, los cocineros invadirían las cocinas de los vecinos de Triana para preparar sus platos solo que, esta vez, habría una novedad: también serían sus pinches. Platero imaginaba que se trataría de preparar recetas andaluzas … nada más lejos de la realidad. Oriol sabría que, su primer privilegio, sería no cocinar y sentarse de jurado dirimente. Su sonrisa era imposible de borrar. El resto sacaba cuchillos para saber las formaciones y la cosa quedaba así: equipo naranja, Montse, Marcel y Ripley. El gris, los tres inseparables: Sergio, Luca y Platero. Éstos últimos también sonreían: “somos más fuertes, pero como perdamos …“, Sergio sacaba su suspicacia. Los Jefes de equipo los nombraría el equipo contrario, quedando Platero y Ripley como los señalados. El primero, encantado. La segunda, “pichí pichá” por mucho que quisiera aparentar. La práctica nos lo demostró … otra vez.
Oriol debería escoger a los pinches de los equipos y para, el naranja, eligió a Rosa por “ser guapa y una mujer que se cuida y su nevera, sería igual“, jajajaja, !qué ojo y qué buena deducción! Sobre todo al saber la opción escogida para el equipo gris: “el de la camisa friki que tiene pinta de estudiante“, jajajaja, admito que ayer me hizo reir mucho. No se desvió del acierto ni un solo milímetro. Platero lo sabía, Sergio también. Susi y Paco irían a casa de los dos elegidos a recolectar de la nevera y despensa lo que ellos desearan a fin de entregárselo a los #concurChefs y que se las apañaran. El piso de guarroestudiantes … ilustrador, jajajaja, la cara de Susi, un poema. Por contra, y como decía Lomas, la nevera de Rosa estaba impoluta y con cigalas, merluza, tomates … en contraposición a la pasta, bacon, nata y marranadas rápidas similares de su contrincante.
60 minutos para elaborar un primero y un postre que degustarían los amigos de ambos pinches. De un lado “las chicas de oro” y, de otro, “despedida de soltero”. Es curioso como la comida puede unificar gente tan dispar. Llegaban con sus cajas y Lucas soltaba su primera perla: “no os podéis quejar, con esto como yo dos meses“, jajajaja, ¡qué figura! A lo que Sergio decía “tierra trágame, tenemos una mierda para cocinar“. Hombre, Sergio … mierda, tampoco. Muchos mortales se alimentan de eso. A priori, sin duda, estaba claro que parecía tener ventaja el equipo naranja pero enseguida comprobaríamos que no era caviar todo lo que relamía. Ripley intentaba asumir el mando pero la tripulación, nuevamente, se sublevaba ante su raruna propuesta de poner merluza. Alemán y catalana imponían un arroz y el primero comandaba la hueste ante la falta de carisma de su supuesta jefa. Al otro lado, el de la camisa peculiar se crecía y empezaba a proponer cosas que solo recibían la pura ignorancia y vacío por respuesta. Normal, todo hay que decirlo. Eso sí, las risas seguían sin faltar anoche. Montse y Marcel seguían declarando su vacía confianza en Mari Paz.
Alberto se encargó rápidamente de recordarle que, otra vez, se había hecho la “longui” y “como jefa te has encargado de decirle a Marcel que sea él el jefe y tú te dedicas a hacer una sopa de melón?” … La supuesta ventaja de la que gozaban empezaba a esfumarse en el back stage. Rosa, la pinche impoluta, respondía sin duda alguna a la pregunta de quién mandaba allí: “manda el niño alemán, qué máquina“. Y, de pronto, empezaba la guerra sucia entre ambos equipos con boles desapareciendo y sifones hurtados con nocturnidad, alevosía y el despiste innato y sin malicia de Luca: jajajajaja, otro momentazo grandioso que hacía a Marcel amenazar con sacar la vena militar. Mientras tanto, en la mesa presidida por Oriol, Susi y Paco charlaban con los comensales y el del voto dirimente tenía claro que apoyaría subjetivamente al equipo naranja. Toda una declaración de intenciones … otra cosa sería que pudiera ejecutarla. “Veo esa mesa con Oriol en el centro y para la última cena … solo falta Judas“, sentenciaba Montse.
El tiempo finalizaba y lo que veíamos en los platos, no sé a vosotr@s, pero a mi me dio más que pistas de lo que más tarde sucedería aunque, Montse, ya se encargada de adelantarnos que el postre preparado por la Teniente era “una mierda”. Para mi el arroz parecía de mesón de carretera infernal … pero como yo no era el jurado, allí que comenzaba la CATA con la pasta “Penne rigate y escombros de despensa de estudiante” del equipo naranja. Los dos compañeros italianos de Lucas daban su aprobación a la cocción y, en general, el plato gustaba a pesar de que Paco Roncero pidiera “más sabor“. El equipo gris servía su “Arroz de Rosa pero hecho como me sale de los collons” que hacía que Susi torciera el gesto viendo alcachofas de bote por encima y un champiñón al que nadie invitaría. Excepto la defensa con intención de Oriol, el resto no dejaba muy bien parado el plato. Turno para los postres y el “Banana Split de estudiantes” sorprendía y dejaba encantados a todos: “cómo pueden sacar este plato de nuestra nevera!?“, decía uno de ellos. Ilustrador. Terminarían su menú con la “Sopa de melón con vómito de chocolate” que, francamente, tenía una pinta espeluznante. “En boca” … resultó igual: “si hago esto, mi marido me echa de casa“, decía una golden girl, jajajajajaaja. Oriol intentaba decir algo bueno del plato y las miradas de Paco Roncero descojonándose … un puntazo: “soy muy fan de Montse y ya está“, decía el catalán.
Llegaba el momento de desenvainar cuchillos y la cosa parecía evidente. Antes, Alberto se encargaba de echarle el puro a Ripley por haberse escaqueado de sus funciones de jefa una vez más: “pues volvería a hacer lo mismo“, decía ésta, a lo que Chicote respondía “pues me volvería a enfadar” … ¡Zás! Cuchillo verde para el equipo gris. Montse comenzaba su nueva ronda de echar culpas a los demás, en especial, a la sopa de su “jefa”. Que tenga razón es una cosa y que siempre sea su argumento el echar la culpa a los demás, otra bien distinta. Al menos, para mi. Segundos después Mari Paz haría autocrítica y soltaría lágrimas sabiendo que se había equivocado con esa plasta de melón mientras que su crítica se enzarzaba en pelea dialéctica y rabiosa con Platero quejándose de los ingredientes para su postre, lo que hacía al valenciano flipar (y yo también) con las excusas buscadas anoche: “no me des la mano que te puedo dar una hostia tranquilamente“, se escuchó de boca de la catalana. Muy mal perder tiene y lo ha demostrado en las ocho semanas que ha grabado. Es así. “Voy a cargarme a Mari Paz“, aseguraba. La “doble cara” de la Señora de esta edición se mencionaba en más de una boca de sus compañeros. A Oriol le había salido el tiro por el style.
La ÚLTIMA OPORTUNIDAD … y con las lágrimas de Susi en el recuerdo … parecía tener un resultado previsto. No quiero ser “araña genitales” pero estos detalles hay que cuidarlos si no se quiere destrozar la emoción de las pruebas. El ingrediente principal sería la cerveza (ahí que me levanté a por un quinto a la nevera para sumergirme en la espuma de la competición). Marcel se frotaba las manos a la par que la histeria le invadía al declarar que provenía de cuatro generaciones de maestros cerveceros y que su “padre no le hablaría más” si la cagaba. Montse afirmaba tener un plato en carta con cerveza (me sonó a vacile) y Mari Paz fue la única que se declaró diáfana de conocimiento en cebada. Para el show cooking grandioso apareció Pepe Solla con un “Pollo a la cerveza y tartar de viera” que nos dejaba con ganas de atravesar pantalla y devorarlo. Qué gusto ver a Maestros en pantalla.
45 minutos que comenzaban bajo un lema fundamental en cocina: “recuerda que esté bueno“, decía el vigilante de lujo de anoche a Ripley cuando le contaba su idea. Montse se mostraba subidita y le daba por utilizar el nitro con las cerezas y Marcel, a lo suyo, a su laboratorio tranquilo. En el almacén Platero y Oriol discutían sobre quién debía irse, confesando el segundo que, de irse su mami, “sería una putada“. El tiempo volaba y llegaba el momento que esperábamos en el sofá. La tragedia se mascaba … o tal vez la justicia, tras lo visto estas últimas semanas, hacía al fin su aparición sin cortina alguna. Las “Gambas con cerveza, limón y cacahuetes” de Ripley fue el primero en ser catado. “De apariencia muy similar al de Pepe, no?“, decía Roncero con toda la razón. La teniente de salón se pasaba con el agar agar y dejaba la gelatina de cerveza como una gominola. Chicote fue el único que realmente entendió la “gracieja” del plato. “Buscando matices a la cerveza negra” de Marcel fue, sin duda, el plato más visual de los tres. De sabor, a pesar de ir escaso de cerezas que era el punto del plato, pareció gustar (menos a Paco Roncero que no pilló ni una!). Todo quedaba listo para sentencia tras probar los “Mejillones y peinado rasta, gambas en tempura de cerveza, etc …” de Montse. El peor emplatado, sin duda. Las presentaciones no han sido lo fuerte de la cocinera. “Plato deslavazado” y … ¡noooooo! mejillones con pelos, sin limpiar … “vamos no me jodas“, exclamaba Alberto. Yo, también. “Yo no me voy a ir, eh!“, seguía creyendo Montse mientras echaba un último asalto dialéctico con Platero.
Marcel escuchaba como su plato había quedado por encima de las rivales y las dos féminas se veían ante el trío de fusilamiento. El peor fue una creación donde “la cerveza ni pinta, ni habla, ni ná“, aseguraba Roncero para, acto seguido, ver caras de sorpresa general al saber que era de Montse: “Tuyo, Montse??“. “Qué pinta la cerveza aquí?“, le decía Roncero. “Mari Paz, a pesar de ser una idea cachonda, te ha salvado que el de ella es peor“, se dirigía Alberto a Ripley que iba al almacén dándole un beso a su compañera que, para variar, no se lo tomaba muy bien: “me ha dado un beso de Judas“. Y asistíamos al dramón que intuíamos tras las lágrimas de Susi en la promo: recordando a su madre y a los familiares de varios de sus compañeros, Montse se despedía del programa dejando recados a casi tod@s y viendo gigantes en molinos a cada fogón que encendía. Cuando alguien se toma todo como el chiste (“no me he perdido yo, han sido todos los demás“) … algo no cuadra. ¡Buena suerte siempre señora Estruch! Me quedo con su frase final: “hay que aprovechar el momento porque mañana es tarde“.
Admitir que el programa de ayer me hizo disfrutar como un pimiento en escabeche. Me reí mucho, pero mucho. Siempre echaré de menos más manos en la masa, me repito, pero la prueba grupal fue grandiosa. La promo de la semana que viene promete aún más cabronadas e improvisación de los cocineros que quedan en liza y el plató recibirá a David “Lingüini” para “trampantojear” … lo que seguro que nos hace disfrutar y a fe, volver a ruborizarnos con diminutivos a discreción.
Vamos con los highlights:
– “No es lo mismo cocinar en casa que en Top Chef“, sin duda.
– Los escarceos de Oriol para espiar la receta de Elisa.
– “Yo de mayor quiero ser como tú … pero en guapo“, Chicote a Luca.
– Interrogatorio de Alberto a Luca para que confesara de quién era el bacalao “pasao”.
– “Eso es una mierda“, Luca de los pimientos de Oriol …
– Las elecciones de Oriol en sus privilegios … me dejaron grandes momentazos.
– Lucas el “friki”, su piso y su subidón a la hora de proponer … “¿Qué hago, bailo?” … seguido de “lo he puesto ahí para que se entretenga” (Platero) o “no queríamos que nos jodiera nada” (Sergio) … jajajaja
– “¿Ese arroz es de los Simpsons?”, Platero al equipo naranja. Montse se recalentaba.
– “Maaaaanos arriba, Rosa“, Chicote a la pinche.
– “Me cago en todas las mujeres que han votado al equipo gris … qué malas!”, jajajaja, Oriol.
– “¿Tan mal lo has pasao?“, Alberto a Marcel al tirarse a celebrar un gol tras saber que pasaba una semana más. La tensión en tod@s es evidente.
– Y me quedo para terminar con la exhibición de Pepe Solla y su máxima fundamental: “Que esté rico“. Amén.
#Disparate Productions …
GiliConcept Art & Writting by @disparatedeJavi
GiliMontaje Carátula by @silviacalavera & @evaqoliva
Gran crónica una vez más!!! Las espero ya con ilusión ya !!
Debo decir que estoy de acuerdo contigo sobre el tema de las promos. Yo pensaba que se irían Montse o Marcel por la “sorpresa” de Alberto (lo que me causaba un pánico profundo ya que el alemán me parece, de lejos, el mejor concursante)
Cuando vi que inmunidad se la llevaba Oriol tuve la certeza de que sería Marcel el expulsado – una resolución triste pero coherente en un programa donde Free Style se llevó la inmunidad.
En fin… que Monste me parece justamente expulsada. Me parecía buena cocinera y concursante al principio pero lo de echar siempre la culpa a los demás con 0 de auto critica (y errores graves) cada programa han dejado claro que su tiempo por el programa ya se estaba alargando demasiado.
Felicidades por el blog, again!! Mola un montón!
Muchas gracias Loli!! Sí, las promos han metido alguna que otra “gamba” … y gorda! Dos pruebas de inmunidad barridas por errores inexplicables, es así … y es que a Susi … cuando llora … jajajaja … sabemos que hay tormenta de la gorda y suele ser fémina … 😉
De Montse … es como todo … seguramente, o SEGURO, ir a su restaurante a comer sea una delicia pero lo que hemos visto en el programa han sido errores de bulto y emplatados como los del bar de la esquina … suena duro, pero es así … no recuerdo haber visto un plato y decir “guau!” … pero ya te digo que a mi me dicen de ir a comer a su resta, y firmo ya! 😉 la tele es la tele … y como ellos mismos dicen … “no es lo mismo cocinar ahí que en tu casa” …
Gracias nuevamente Loli … se hace lo que se puede! 😉