Turno para el homenaje a los telespectadores. Abuelas y vecinos de Sigüenza en #TopChef8. Aún con la resaca de lo ocurrido la semana pasada nos preparábamos para intentar digerir la vuelta (legítima) de Moño Rebelde comenzando con esos minutos de retraso que asumimos como parte del programa. Aquí, una nueva #gilicrónica.
Tras una breve intro con extractos de los vídeos que las abuelas habían enviado al programa, conocíamos a Ana, la rival de los 7 supervivientes. Ese acento inconfundible en las promos … una murcianica que nos enamoró desde el minuto uno con su simpatía y sordera. Montoro se ponía en guardia haciendo otro de sus cálculos: “si tiene 80 años, lleva cocinando mínimo 65” con lo que había que tenerle mucho respeto. Ajustado su audífono para que no se acoplara con el micro y declarándose “acojonaica” se había traido sus propias patatas ecológicas de casa porque no se fiaba de que el guiso se le jodiera porque la despensa de Top Chef no fuera de su gusto. Muy grande. Todos recordaban a sus abuelas (en especial Víctor) … los que la conocieron. Para Rakel esta prueba más que un bonito momento resultó ser un infierno de sentimientos que plasmó en su plato … y en su “mala follá”. 45 minutos por delante para cocinar patata y bacalao.
Filippettas sacaba de nuevo al zafador que lleva dentro al verse atrapado por tener que hacer un guiso. 16 años en España y decía que no practicaba ese arte, con lo que empezó un acoso y derribo a Ana para sacarle la receta pasico a pasico. “Aprendo, no copio”, repitió hasta la saciedad antes de soltarnos una nueva perla: “es precioso no saber algo, significa que aún puedes aprenderlo”. Y ¡cómo no! la insoportable granadina del Moño fijado con semen disecado de yak comenzaba su particular batalla contra el argentino. Mientras que sus amiguitas iban a jugar con las “Barbi´” ella hacía roscos de Semana Santa con su abuela. Gracias por un nuevo apunte sobre tu don divino. Rakel empezaba a lagrimar por sus no recuerdos y se desprendía de un buen estufido del pobre Montoro que quería darle un abrazo de millón de rublos. Él tampoco conoció a sus abuelos. Todos menos Víctor asomaron el hocico a la receta de Ana: que si los fideos cuando los echas, que si el tiempo del bacalao … “¿cómo que los huevos?”, se tambaleaba Fili cuando ya creía tenerlo todo plagiado. “Estoy nerviosa por el argentino”, decía mi paisana antes de confesar haberle pedido relaciones. Con el tiempo pegado al mandil todos dejaban emplatadas sus creaciones.
La cata la haría esta vez Susi empezando por la receta de la abuela que, como era de esperar, debía ser dinamita pura. Turno para los chefs. Víctor y sus “Patatas meneás” no terminaban de ganarse el paladar de Susi, y a él, como casi siempre, el veredicto no le sentaba muy allá. Richard preparaba un “Guiso cítrico” que luego solo tenía toque de. Ni mucho ni poco, la ilicitana tampoco entendió el invento. “¿Ligando o copiando, Filippetti?” seguía con la ronda. “Mi primer guiso” en Europa lo autocalificaba como “comestible”. No hay más preguntas Señoría. Turno para Moño Revenío y su particular homenaje anoche a Carlos “Bacterio” Medina y el hinojo de su madre. Pasamos al siguiente. Doc Marcano clavó un “Bacalao con guiso de verduras” que sí hizo a Susi recordar el sabor de las abuelas. Rakel Grititos Infames y sus “Patatas con bacalao” hechas con resquemor y desilusión teníamos claro que no llegarían a ningún lado. Los jodidos recuerdos pudieron con ella. El último en catar fue el “Guiso con salmorreta” y sus fideos “aldentes” por no decir “tiesos” de Private Montoro. Ana deseaba que bien éste o Marcano se llevaran el brazalete y la Moños, en su realidad paralela donde todo el mundo hace las cosas peor que ella, ya se imaginaba con él puesto y una vuelta triunfal para poder empezar a restregarlo por la jeta de los demás. ¡Pues no! ¡Listaca! Me alegré mucho por Marcano, que fue el primer inmune de esta edición en disfrutar realmente sus privilegios.
¡A la furgo y a Sigüenza! (Que no Toledo como se decía en la web de A3). De camino, Private ojeaba su libreto de 90 páginas para recordar qué se cocinaba por aquellos lares. No, nene, no, no va por ahí el tema. En la plaza se encontraban 3 neveras que parecían ser de una señora mayor, de una familia con niños y de un loco del machaque físico. Marcano sería quien asignara cada una de ellas a las parejas que se formaron al sacar los cuchillos: Private & Filippettas, Goodman & Grititos infames, Moño Rebelde & El Celeste. Deberían preparar un principal y un postre para 13 con lo que se encontraran en los hogares que les había tocado, teniendo para encontrar las casas, cocinar y trasladar al palacete donde los servirían, 60 minutos, lo que hacía sacar al Woody Allen que en el fondo lleva dentro Montoro recibiendo un “tranquiiiiiiilo” de Alberto. Ayer se le vió de nuevo bastante descentrado por mucho que nos quiera vender esa seguridad indisoluble.
Todos a la carrera por las calles del pueblo buscando su cocina. Unos mostraron ser más ágiles que otros con el mapa, sobre todo la pareja violeta que llegaba a casa de Fernando el proteínas enseguida. Filippettas pensó que en casa de un tío que se machaca a pesas habría gelatina. Lo voy a echar mucho de menos. Rakel y Richard correteaban por las calles empedradas como dos Hobbits en la recolecta primaveral y Víctor se ahogaba sin poder seguir el ritmo de su ayer inseparable Melissa. Corte publicitario. Ya os dije el otro día que contaría los minutos como un desequilibrado encerrado en Arkham: 23.36 a 23.49, 13 minutacos. A la vuelta de esta sana pausita, veíamos lo que le importa a la granadina la propiedad privada. En su lógica cerebral pensó que el programa la enviaría a una casa cerrada donde tuviera que saltar la valla y caer sobre los rosales del vecindario sin ningún miramiento. Tras una demostración de desorientación extrema, encontraban la casa y casi le echaba un puro a su propietario. Los modales de esta tía ya son enfermizamente insoportables. Creo recordar que la semana pasada decía que cuando acabara el programa se iría con su “amiga” Rakel a cocinar ¿no? Poco rastro de esa idea he visto en redes. Ilustradme en contra si estoy equivocado. La nevera del equipo gris, a pesar de los prejuicios de creer que una señora que ya toma medicación estaría repleta de cosas sin sal, sin azúcar y sin gracia, fue la más completa de las tres. Además, se encargó de que mi Richard y Rakel no pasaran hambre llenándoles los carrillos de queso y lomo mientras cocinaban.
A Montoro le daba por preparar una crema de remolacha y “escombros” del frigo de su anfitrión y a Filippetti uno de sus crumbles requemaos. Melissa (además de quejarse una y otra vez de los medios con los que contaba) y Víctor, un guiso de pollo y un arroz con leche que levantaba muchas dudas. La doble “R” gris, un guisaco de marisco y verduras y unas migas con yogur del lugar. El tiempo se esfumaba entre las dudas de Paco Roncero, Susi y Alberto Chicote tras sus visitas a las parejas y ver sus elecciones. Mientras tanto, el inmune Marcano no sabía ya como darles charleta a los comensales que esperaban la comanda. Montoro tiraba de motivación ninja por las calles de Sigüenza y nos daba una pista de lo que hace con el tiempo libre que le da su jefe (Ver realities de aventura, proponiéndole a su pareja de ayer ir a Pekín Express) … yo no sabía si reir, llorar o meter la cabeza en el wc. Con Richard dándose la “talega de la edición” con la alfombra traicionera del salón, las tres parejas comenzaban a gastar los 5 minutos extras para emplatar. El orden para servir lo elegiría el inmune: gris, violeta y, por último, naranja. Moño Rebelde seguía echando espumarajos por la boca creyéndose la rival más dura. ¡Sí, más dura de soportar! Aunque Víctor fue abducido y no paró de darle besitos en el hombro. Me levanté a por un Almax.
El “Guiso marinero” y las “Migas dulces con persimón“, aunque Rakel se emperrara en el “PÉRsimon”, se ganaron desde un principio a TODOS los comensales, incluido a Marcano. Moño, a lo suyo, rabiar y menospreciar. El equipo gris ponía muy jodido el tema nada más empezar. Tras este buen ratico que pasaron los vecinos, la de arena. (Publicidad, 0.14 – 0.24h). Montoro viendo como sus antecesores les habían pasado por encima antes de presentar si quiera, se sacaba de la manga otra parrafada inútil sobre la modernidad del paladar de los locales para intentar vender la plasta infame que había ideado: “¿Esto qué es?” … ilustrativo a más no poder. Su “Crema de remolacha con queso fresco y salmón extra marinado” aún lo recuerdan en el pueblo. Al menos el “Filipostre“, como lo bautizó Paco Highway Roncero, maquilló el desastre. El equipo naranja presentaba finalmente su “Pollo con sabor y tradición” y “Arroz con leche a la velocidad de la luz“. El primero, a pesar de que “los pollos de ahora son lo que son”, gustaba mucho, lo que en el cerebro de la Bruja Roja se traducía en “hala, ya está, hemos ganao”. El arroz con leche se quedó a medio camino. Víctor venga a dar besos a su Moño. ¡Más Almax! Listo para sentencia bajo la lluvia. Marcano decía que su preferido había sido el gris justo antes de ver desenvainar los cuchillos a las tres parejas. Richard y Rakel se irían junto a él al almacén a ver sufrir al resto no sin antes comprobar el mal perder que tiene (por si le faltaba algo) la granadina amiga de todos.
En los ratos previos al combate final, ésta seguía increpando al druida argentino: “quiero que te vayas tú porque lo has hecho todo mal” … decía la perfección personificada. En la ÚLTIMA OPORTUNIDAD, los espectadores seguirían siendo los protagonistas, recibiendo, de entre todos los vecinos del pueblo, a Silvia que quería que se pusieran a preparar unos macarrones con tomate … “porque ella los hacía mucho” y a ver si así cogía ideas nuevas. Argumento que a todos nos tranquilizó. 45 minutos tendrían para preparar un plato de pasta “que nos hiciera volar”, decía Alberto Chicote. Y en ese momento, comenzaba el show. Filippettas nos dejaba a todos con la mandíbula en los tobillos: primero cociendo la pasta en una olla express (“para las amas de casa, 7 minutos”), después cogiendo la licuadora, el sifón … y el nitro. Vamos, lo habitual. ¡Qué crack! Con este tío nunca nada es lo que parece. De creer que montaría un ridículo espantoso, nos demostró que en su cabeza de herbolario tenía muy clara la idea. Así fue. Nos calló a todos (la exhibición del helado de ensalada mixta aún colea). Moño Rebelde, como fuera de su cazuela no es nadie, seguía metiéndole el dedo en el culo al canchero. Víctor se acordaba de la receta de un amigo y quería dedicarle el plato y Montoro perdía el Norte al demostrarnos que cuando debe preparar una receta del pueblo llano, la lía parda. De vieiras y huevas de trucha eran sus macarrones con tomate … con sus santos cojones.
Fili seguía con su invención y el canutito de tomate a la nitro en mango de varilla le salía perfecto, lo que hacía presagiar que podríamos estar ante un zasca histórico. La granadina “mala extrema follá” se empeñaba en volver a poner de moda el hinojo y Víctor tenía claro que lo jodido de la prueba era conseguir una buena salsa reducida. Private a lo suyo, a dejarnos otra perla de su ideario: “me gusta cocinar con productos de buena calidad, pero no quiero decir que sean caros o de lujo, sino que sean de buena calidad, buenos” … ¡ahá! ¿y qué precio tienen los productos de calidad hoy día, fiera? Lo dicho, estoy empezando a cogerle cariño viendo que el idioma no debe ejercitarlo mucho en casa del millonario. Todos sudaban y temblaban echando nervios fuera … menos La Bruja Roja, cuya tensión mandibular era de la de un gamorreano con caries. Víctor, contaminado por los espectros de su compañera de corridas anoche, declaraba sin pudor alguno que era a Filippetti a quien le gustaría ver desfilar por la puerta, lo que dibujó una cara de asco supino en el argentino que escasas veces hemos visto a pesar de lo que ha tenido que escuchar en 8 semanas.
La cata final comenzaba precisamente por los “Macarrones a la inversa” del canchero. Visualmente a mucha distancia de sus competidores. Lástima que el envoltorio preciosista que se sacó de su Necronomicón no tuviera sabor a macarrones con tomate. Susi le animó a que lo perfeccionase porque podría ser un plataco. El único que se arriesgó, ¿valiente o loco? “No os dejéis nada”, las palabras de Chicote le sirvieron de inspiración … y de postre, uno de los zascas del maestro: “sí, y también que esté muy bueno”. Melissa presentaba sus “Macarrones con tomate y matices“, todo en ella son matices que suelen referirse siempre a los mismos: hinojo, piparra, almendra y un complejo obsesivo que solo sabía a tomate. Ni matices ni setas. Víctor, a pesar de confundir el paladar de Alberto, consiguió gustar con los “Macarrones de su amigo“. La ronda terminaba con los “Macarrones del burgués” de Montoro. Poesía ridícula en cada bautizo de plato que ejecuta. “¿Cómo me lo como?”, le espetó Roncero que se vió le tenía ganas desde que dejó ese churro en la mesa. La suerte estaba echada y la tragedia se cernía sobre él.
“4 grandes platos”, decía Paco … PERO, dos por encima del resto: el primero, el de Víctor … el segundo, muy a mi pesar, el de Moño Rebelde, la Bruja Roja de Graná. Ahora sí, el drama en nuestras pantallas. Filippettas ya lo asumía … finalmente fue su nombre el que Alberto Chicote pronunció para dejar las cocinas de Top Chef. Montoro vio como sus genitales volvían a su sitio y un poco más allá. Dos veces a punto del fuego del olvido ha estado. Resultaría necio no resaltar lo … “especial” que ha sido el argentino: a ratos jeta, a ratos fumeta, a ratos filósofo de vida, a ratos ideas boludamente brillantes, personalmente lo voy a echar de menos. ¡Buena suerte siempre, don Filippetti! “Esto me va a servir y me voy con mucho. Me ha hecho mucho más valiente”, se fue agradecido y sin resquemor alguno satisfecho de haber confiado en sí mismo y sin palabras necias a gargantas rabiosas y paranoicas. Ésas que ahora ya ni no confían en sus amigas. Esa mirada y sonrisa maligna de Moño fósil no la olvidaré …
1.15 a.m. fin de la emisión. Vamos superándonos. Una nueva entrega emocionante, divertida y con una abuela murcianica, ¡qué más se puede pedir excepto la hoguera para la Bruja Roja! Pocas risas intuyo de aquí en adelante. La semana que viene … al aeropuerto. ¡Ojo que hasta el mismo Montoro parece perder los nervios con tanto grito feminista! Siguen en lid dos de mis tres favoritos. ¡Animaos y vamos haciendo ya la porra #disparate!
(Foto portada: @scientist_pi & El Clan del Bosco)
@disparatedeJavi
Yo no echaré tanto de menos a Filippetti como tú, aunque reconozco que en algunos momentos me hacía gracia (sigo sin ver con buenos ojos su “celiaquía”, pero bueno).
Moño Rebelde sigue en su linea: esto es muy difícil (chica, los demás lo tienen igual de difícil que tú), mi plato es mejor que el suyo (acaso has probado el de tu rival? No? Pues calla la boca hasta oir el veredicto) y la mirada que le echó a su “gran amiga” Raquel cuando la susodicha ganó la prueba y ella perdió fue reveladora total. Amigas sí, siempre y cuando no me ganes, que yo he venido aquí a echaros a platazos …
Lo de Montoro … eso también es de traca jajajaja. El pobre chico ha pasado de estar en el Top a estar en las puertas del infierno dos veces …. y aún así, no aprende a bajarse del burro. A quién se le ocurre hacer unos macarrones con tomate con vieiras …. pero claro, igual si su jefe ve que es capaz de hacer alta cocina con ingredientes “básicos”, le baja el presupuesto y ya no le ponen la alfombra roja al chico cuando va al super ….
Filippettas era el único (tal vez junto a Richard) que realmente me hacía reir (para bien o mal, no hablo de dotes culinarias) … y ya verás como acabas echándolo de menos 😉
De Moño Rebelde poco más puedo decir … aunque seguro que en semanas venideras me da motivo para ampliar repertorio … esa chica me da que es “carne de diván” …
Y Montoro … ya le he cogido cariño … empiezo a pensar que no ve malicia alguna en lo que suelta por la boca … creo que está falto de habilidad o empatía social, eso es todo, pero no lo veo “un chungo” como a más de una ahí dentro …
YAK CUM POWER… esas cosas siempre acaban en el cuero cabelludo y se cuelan al cerebro… pobre mujer… si se dedicase a cocinar… A Filipetas se le echará de menos y olé por Marcano…
Del resto tengo mis más y menos, aunque <> chef puede ser duro…
… la semana que viene … calentita, calentita …