Llevaba semanas sin darle a la tecla para hablar del Real Madrid. No merecía la pena ser repetitivo. El duelo de entrenadores “extraños” vivido anoche en la Champions League hace que vuelva. Un duelo marcado por las “Emerynas” y “Zinedinas” que, finalmente, se llevaron los blancos. El resultado que se lleva de vuelta el PSG es fiel reflejo de los minutos de auténtico #disparate que se vivieron en la segunda parte.
Las hordas vikingas salieron en plena catarsis dispuestas a olvidar la lamentable temporada que nos están regalando. Presión muy alta y circulación rápida de la pelota que sitiaron la portería parisina sin puntería alguna (¡vaya dos falló Cristiano!). Solo este detalle evitó que el equipo blanco no se fuera al descanso con ventaja. Pero enfrente hay un tipo llamado Neymar que anoche demostró que, con la mente feliz, puede con todo lo que se le ponga por delante. Cuando el balón llegaba a sus pies y a ritmo de gambeta, plantaba a su equipo en el área contraria. Así hasta que llegó el zarpazo parisino tras una arrancada de “rebotitos” de otro al que le faltó demostrar algo anoche, Mbappé. Minutos de zozobra blanca que se encargó de arreglar una de las “Emerynas” de un miércoles cualquiera, la alineación de Lo Celso. Sí, fue penal. No voy a entrar a debatir con forofos de otros lares. Empate sufrido y a la ducha.
Fue el segundo tiempo el que nos regaló una clase práctica de cómo cambiar un partido desde el banquillo. En el minuto 65 el antiguo Catedrático de la Universidad de Sevilla sentaba a Cavani ante las bocas abiertas y sonrisas desplegadas de los millones de espectadores. Nadie entendía ese cambio excepto él. Di María lo miraba arrepintiéndose, una vez más, de haber jugado al tute con Florentino Pérez años atrás. El francés respondía retirando a un exasperante Benzema. Lo de este chico es de diván. El juego le dió la razón a Emery con el cambio. El PSG se hizo con la pelota. Alves, recluido en defensa hasta entonces, se liberó y subió la banda poniendo nerviosos a los madridistas. La sangría de las internadas de Marcelo se cortó ipso facto y el Real Madrid corría como Materazzis sin pecho tras el esférico. Los minutos pasaban y seguíamos preguntándonos cuándo reaccionaría Zidane y sacaría a sus dos verdaderos puñales, no ese impávido galés que no me explico como sigue engañando a algunos. El miedo crecía.
Fue el minuto 78 el escogido por él para aferrarse, de una vez, a la realidad. A la que funciona. Nada de teorías basadas exclusivamente en nombres o cromos. Se trata de confiar en tus armas. En quién y quién no está para jugar. El Real Madrid pedía a gritos sacar a Asensio y Lucas Vázquez muchos minutos atrás pero los blancos tuvieron de su lado a la diosa Fortuna, de apellido Champions League, para que no cayera el segundo tanto de los parisinos. Y el partido cambió de nuevo. ¡Y qué modo de cambiar! Dos puñales por bandas y con las articulaciones frescas y lozanas para ayudar a Kroos y Modric. Alves era incapaz de tirar de su físico para echarle una ayudita al lenguado a la “Meunier” que Emery puso sobre el piso y el “20” blanco se lo merendó con chalotas. Dos carreras suyas acabaron por cerrar el partido. ¡Ojo! Que, tras el segundo gol, nos sirvieron otra “Emeryna“: retiraba a su pivote defensivo en medio campo y sacaba a Draxler, dejando a Verratti y a un extenuado Rabiot la responsabilidad defensiva en la medular. ¡Zás! Un nuevo zarpazo de Asensio en combinación con un Marcelo, que parece haber vuelto, dejaron retratado (al menos de momento) otro año más al jeque y sus peregrinas confianzas.
3-1 para el Real Madrid. Unos cuantos días para disfrutar antes de volver a calzarnos el pañal para el partido de vuelta y es que todos sabemos que los blancos sin la pelota no saben defender. Desde que Mourinho retirara su flota de autobuses de La Castellana, los de Concha Espina sufren muchísimo sin ella. Y ahí es donde entra el que hoy tildan de “Magistral” Zidane (el mismo que ha redactado ese titular estaría haciéndose rastas con su vello púbico viendo que pasaban los minutos y no reaccionaba). ¿Le habrá quedado DEFINITIVAMENTE claro que la BBC es una lacra para el equipo? ¿Que la doble B debe quedarse en el banco sí o sí? ¿Que se ha acabado el decretazo? Ojalá lo vivido anoche signifique que Zidane ha despertado y que ha decidido seguir al conejito blanco. Emery y el jeque aún siguen persiguiendo fantasmas arbitrales de temporadas pasadas.
Esto aún no ha terminado. El riesgo de una nueva dosis de “Emerynas” y “Zinedinas” sigue ahí pero nos hemos ganado el derecho a disfrutar unos días. A ver qué equipo seguimos viendo en Liga.
(Foto portada: abc.es)
@disparatedeJavi