¡¡A Miami que nos fuimos!! “Érase @albertochicote una vez en América“. El primer restaura-cámping que vemos en el programa (y en mi vida!): el “SIP”. Un año de vida desde que Eddie Torres (el “Joe Pesci“) y Marleys, junto con sus respectivas parejas, Sharon e Israel, decidieron embarcarse tras dejar la balsa. Un ex-policía de la calle y una ex-detective y una enfermera y médico, habían tomado la que, hasta ahora, había sido la peor decisión de sus vidas. Tras ver el “chow” en España, decidieron llamar al Maestro a ver si les podía arreglar la papeleta(za). Con ellos, a los “tostadores”, Emily, la cocinera con 10 años de experiencia y hasta las narices de ser vigilada por las cámaras y de tener que “sandwichear” langosta. Con este panorama, empezaba el que, para mi, ha sido de los mejores programas hasta la fecha: #chicoteMiami.
Ya desde el primer momento, supimos quién sería el “bocachancla”: Eddie, ex policía con 30 años de servicio a la espalda y que había tenido la brillante idea de gastar 150.000$ en pedir una licencia para emborrachar a todo el que por allí pasara, antes que darles de comer y solicitar la oportuna “licencia de humos”. Tan cojonuda idea le estaba dando unos resultados de -20.000$/mes: “el sueño americano hay que trabajarlo muy duro“, decía, pero claro, sin cocina. Y aquí, que yo me pregunto, ¿de dónde coño saca un ex policía, una ex detective y una ex enfermera y médico cubanos 3/4$ million? “Miami Vice Connection“.
Como no podía ser de otro modo y ya avisaba el director del programa @weezermij, Julito Iglesias nos hacía la intro de Alberto en Florida. Junto al taxista cubano que le recordaba a Gordon Ramsey, nos llevaba al encuentro de Marelys al ritmo cambiado de “Knockin´on Heaven´s door” en una Iglesia (el primer lugar que pisó ella tras bajar de la balsa (tras 16 intentos) con la que perseguía cambiar su vida y no pasar ni una noche más en una cárcel cubana acusada de terrorista). Una vez más, era LA MUJER (o eso parecía), la que hacía lo posible/imposible para sacar todo adelante: “me gusta trabajar con gente luchadora“, le decía el Chef.
Llegaban al lugar del crimen. Porque crimen, era. Una farola justo en medio del cartel del garito ya nos hacía presagiar que, en orden, no iba a estar. Alberto sudaba más que en “Aterriza como Puedas“. Sudaba y sudaba y yo, en mi salón, me mimetizaba con él. Tras conocer a las dos parejas, se sentaba sin parar de limpiarse el sudor para ver “el concepto” de la carta: “el tirarle a todo, no?“: “La idea es que si a ti te gusta el sushi y a mi las tapas, podamos estar en el mismo sitio comiendo juntos” … Ya me diréis … Pero no iba a tener ni un minuto de paz en su “sudar peregrinar”. Llegaba “el pecho amable” del lugar al grito de “Chipoooooootleeeeeee!!!” y ritmo de Gloria Estefan que nos brindaba otro momento “contoneo de apareamiento” con el Chef, que seguía transpirando como podía allí dentro y que regateaba las invitaciones de baile/magreo de la amiga.
“Un menú para darle la vuelta al mundo“. Así calificaba Alberto la carta que le presentaban. Sin saber por dónde empezar, elegía: unas empanadas que resultaban estar sosas y “más secas que el ojo de un tuerto“; unos garbanzos con chorizo (tela) que parecían “ropa vieja con un chorizo malísimo y una cebolla ….“. Eddie se proclamaba como el “diseñador” de tan exquisito plato (para los gatos). Y la especialidad de la casa llegaba con la “Burger & Tacos“: la cara del Chef cogiendo la “trenza de bacon” todo un poema. Mientras les pedía a otros dos comensales el teléfono de urgencias (“nine, one, one“, entre descojone) solo acertaba a ponerse un poquito de esa mierda grasienta en el paladar. ¡Qué asco!. “Por querer ser todo, no es NADA“. Así finalizaba la “cata mugrienta”. Con esto, y con la curiosidad apremiante de conocer dónde se hacía semejante guarrería y quién era su ejecutor. Y éste, no era otra que, Emily, la yankie de pura cepa, pero que me cayó muy bien. Es así. Y como todos esperábamos … de la cocina, ni rastro! Cuatro jodidos cámping gas, sandwicheras, hornillos o como queráis llamar a esos “utensilios”, era con los que Emilia tenía que preparar la infinidad de platos que figuraban en la carta. La cara del Chef todo un puto poema. El tatuaje que llevaba en su brazo decía motivarla para cuando llegaban los momentos de bajón de verse currando así y ahí: “It´s just Food“, algo que, al Chef, no le moló mucho “solo comida?“. Meterse con la “profesión que ama” no suele ser buena idea, a lo que le espetó: “It´s not just Food“, gorrina! “The food is great“, se atrevía la osada. Sería “great” para los paladares americanos. Mientras tanto, el “Pesci cubano” Eddie, contaba milongas y milongas del por qué tenía una mierda semejante para dar de comer y, a su lado, Marelys pasaba más vergüenza que en toda su vida (o debería). El de Carabanchel se despedía con un “madre mía chaval“, out of record. No era para menos.
De vuelta para el servicio nocturno con la banda sonora que todos llevamos a fuego craneal grabada con Sonny Crockett y Ricardo Tubbs, llegaba Alberto para hacerle fotos a las “sandwicheras” mientras que la camarera mojito se contoneaba en su particular perfomance de apareamiento. Y aquí llegaba uno de los momentos de anoche: la llegada del “Pocholo de Florida“. Un tal Javier Ceriani, rodeado de su séquito femenino sacado de cualquier ring de Pressing Catch (se dejaron los cartelitos de los “round”) llegaba a cenar rodeado de un aura de IMBÉCIL: “quiero alguien que hable castellano“, le contestaba al camarero, para luego calificar el sitio de “anormal como el camarero” (tras comer primero los platos fuertes y después, los entrantes). Algo de razón, desde luego, no le faltaba. El sitio era un infierno de humo, olor y retraso en el servicio. “No te prometo que aguante toda la cena“, como efectivamente, así fue, y se piró con sus acompañantes. En la cocina, se había hecho todo al revés. Se habían preparado todos los “primeros” y allí había 6 personas mirando cómo se enfriaban sin saber qué hacer, mientras que Eddie y Emily discutían sobre si recalentar ya, o esperar. Un puto desastre.
“46º Fahrenheit” marcaba allí dentro, y Sharon aclaraba “eh, que no son centígrados” ante la explosión de Chicote que le replicaba “se llama INFIERNO“. Ni salida de humos, ni medios preventivos, todo el olor hacia el comedor … Ante tal despropósito, Emily estalla y se pira a tomar “la fresca”. Alberto la sigue y la intenta convencer de que le de una oportunidad. “A good guy” … “El problema que veo es que todos habláis como si fuera esto os pareciera un restaurante, y a mi no me lo parece“. Otro ejemplo de cómo no tener ni puta idea y embarcarse en montar un restaurante. En este caso, un “Restaura-cámping mugriento y mal oliente”, porque ni los fogoncetes habían sido desengrasados durante meses. Sí, una puta “mina” con todos sus ingredientes bien sazonados.
Al día siguiente, se producía el “business meeting”: 200.000$ resultó ser la cifra que el amigo “Pesci Eddie” había decidido gastar para la licencia de alcohol. Ni un solo día de beneficio en el que se perdían casi 1000$, y que más o menos, daban pérdidas de 30.000$/mes. Tardaron mucho en calificar al ex policía como “El Liante“, por si quedaban dudas. A unos 750.000$ +/- ascendía la deuda total. Pero no solo eso, además, las casas de ambos matrimonios embargadas. El panorama era desolador. Alberto hablaba a solas con los que parecían “pintar algo” allí: Eddie y Marelys. A ellos les pedía el esfuerzo y ganas de sacar aquello adelante otorgándoles la dirección del garito. En la cocina, el ayudante de Emily, Joseph, se pinchaba en la tablet a “La Pantoja“!!! y a ella, le sonaba “fascinante” … no comments … Y empezaba el servicio … el servicio en la mina, como bien decía el Chef. A los clientes le picaban los ojos, pedían ventilación, Eddie se agarraba a su “tabla de naúfrago” (los ventiladores), la cocina empezaba a parecerse a la guarida de “Black Smoke“, a Chicote se le transformaba la cara en “salmón”, y pedía que “le receteran un colirio“. ¡¡Qué agobio cojones!! Que alguien reviente el techo del garito!!! La cosa solo podía acabar como, efectivamente, acabó: “el CIERRE absolutely“: “no tengo placa, pero sí cinta“.
Imagino que, como a Alberto, a todos nos “llamó la atención” como mientras él y Emily se peleaban con “Smokey” para que aquello saliera adelante, y tiraban todo a la basura, los cuatro socios se echaban una ronda de mojito/tequilas. Eso sí, cuando luego llegaba el “maestro con la rebaja”, a Marelys ya le salía la lagrimita. Sinceramente, la credibilidad de esta mujer, para mi, bajaba a cada segundo que pasaba sentada con sus posaderas delante de un vaso. El “momento reacción de charleta” se producía esta semana a bordo de un barquito donde a tres bandas, Alberto escuchaba las historias personales de cada uno. Ambos nos enseñaban la imagen de luchadores y de haber pasado sufrimientos múltiples hasta llegar al “SIP”. Esta vez, personalmente, no se me alteró el ritmo cardiovascular mucho. No sé, tal vez el Chef viera algo en ellos, no sé. Pero yo, no me fiaba nada de ellos. Pero nada. Alguien que toma mojitos, rie, se va con las estrellitas de medio pelo que por allí pasan, y que solo grita y da el callo como cuando el profesor te riñe en la escuela, no me inspira confianza alguna.
Eso sí, el equipo del programa realizaba una vez más un pedazo de REFORMA y Alberto, mientras tanto, se iba a conseguir la “licencia de humos” que tuvo que estar desde el principio en aquel proyecto de cámping. Bienvenidos al nuevo “FLOR DE TAPA, drinks & food“. Menudo cambio! Me lo quedo! De todos ellos, quien más alegría y AGRADECIMIENTO mostró fue Emily (ya os decía que me había caido bien): “de todos, nosotros somos los que más contentos estamos“, se notaba (decía al referirse a sus dos compatriotas y ella misma, los que, al fin y al cabo, pringaban). La carta de “tapeo” presentada tenía una pintaza espectacular. Al menos, para mi paladar virtual: “el ajo es como fresco“, decía Emily (a saber si había visto una cabeza de tal alguna vez en su vida!!). Todos parecían estar ilusionados y emocionados, y más, cuando la “camarera apareadora” se montó en el Mustang que Alberto había traído para promocionar la reapertura.
Y llegaba el RE-ESTRENO. Hacía su aparición Willy Chirino (también conocido por allá) y todos empezaban a perder ropa interior para besar su culito musical olvidándose de lo realmente importante. Así lo vio el Chef, yo y todos vosotros ¿verdad? Y mientras, Emily se peleaba con la nueva carta y unos ingredientes que, posiblemente, no hubiese tratado en su vida: “no quiero volver a hacer esta jodida mierda“, perdía los nervios. La cocina se le descontrolaba, y Chicote empezaba a cambiar el color de su piel a negro viendo a los cuatro socios tuercebotas calzándose unas cañas con Willy: “se nos olvidó por un momentito la realidad donde estamos“, decía el “Liante Pesci“. ¡¡Vamos, no me jodas!!
Y así, ante las cámaras, se volvía a hacer el machote y el director de orquesta con una actitud realmente pobre. ¡Eso sí! Alberto le tenía que parar los pies en más de una ocasión con un “uuuuushaaaaa” (que, francamente, no sé qué idioma será y cómo coño se dirá, parece japonés, pero daba resultado). “Recuerda, generar felicidad“, le repetía. Una vez distribuidas las funciones ante la pasividad del equipo, todo parecía marchar. “Cuando cada uno hace su curro, siempre es más fácil” …. Aaaaaays si se aplicara esta simple y eficaz filosofía a todo lo que nos rodea!! Eddie decía ver “la luz … una luz dura, eso sí“, para, inmediatamente, ponerse a cantar y beber cañas.
La DESPEDIDA llegaba y, francamente, al único que vi emocionado fue al propio Alberto. A la “troupe” cubana, no le vi mucha salsa en vena. Emily sí. La Yankie demostró ser una persona AGRADECIDA (aunque a estas alturas quede poco del menú del programa) y a la que le gusta APRENDER. Su frase de despedida, quiero que sea la de la gilicrónica de hoy. El Chef decía haber dejado un “sueño reconstruido” y cerraba el programa al ritmo de “Crokett´s Theme“, como no podía ser de otro modo. Era el momento de volver a casa.
¿Mi conclusión? Pues como viene siendo la tónica esta Edición, no doy mucho por ellos. De hecho, este link me deja muchas dudas sobre quiénes seguirán siendo los verdaderos propietarios del lugar. Para mi que, una vez que a Alberto le sellaron el pasaporte de vuelta, estos “amigos”, colocaron un cartel gigante de “FOR SALE” para recuperar sus vidas y “cash”. Juzgad vosotros mismos: http://www.yelp.es/biz/sip-restaurant-and-bar-south-miami. Dice que en marzo de 2014, es decir, hoy día, se abriría de nuevo.
Vamos con los Highlights de anoche:
– el primer gran momento para mi fue el del momento “apareamiento” a ritmo de “Chipotle y Gloria Estefan”, toda una mezcla clásica para situarnos en “la pequeña Habana”. Las caras del Maestro ante la camarera, bien valían ese sudor: “Hago actividad física de la que nos gusta” … mmmm … y mientras, Eddie, deshuevándose …
– “Qué ligerito!! Con dos cojones!!”, “Esto es una colesterol bomb” o “Esto es healthy?“, fueron algunas de las perlas que Alberto pronunció al ver la hamburguesa más grasienta que se haya encontrado.
– “Tenéis una mierda encima como un Air Bus 380“, al ver la “cocina”.
– “Esto es un puto ascensor a 46º“, en plena crisis respiratoria durante el servicio …
– Ese “madre mía chaval”, out of record que he mencionado antes, era 100% ilustrativo de lo que le esperaba.
– Momento Pantoja de Joseph …
– “Se me está poniendo cara de salmón” para a continuación, el momento “precinto” …
– Los distintos diálogos a los que supo adaptarse a la perfección Alberto con el “cuban-English“: “Esto es healthy?” … “Te quiero entregar la licencia para que las “drinks” las puedas poner y las “food“, las puedas hacer …” jajajajaja
– y en la despedida, el gili Rap que se montan los dos camareros, me hizo irme a aposentar la cabeza en las nalgas mulliditas de Morfeo con una sonrisa …
¡¡¡ Gracias a tod@s una vez más por ser tan “disparataos” de leer la #GiliCrónica!!
Y recordad: “It´s NOT just Food, It´s a Way Of Life”
@disparatedeJavi
facebook.com/eldisparatedejavi
Y no te olvides de echar un vistazo a “El Escondío“.
Qué tal Javi. Buen programa pero me queda alguna duda, ¿Cómo es que el bocachancla de Robocubanocop llevaba un año para pedir el permiso de cocina y llega Chicote y tarda un día? No lo entiendo, ahí hay un agujero negro (de pasta). Lo segundo es que siempre comentas los huevos que le echan las mujeres y tal, pero yo no estoy de acuerdo. En general ellas tienen más cojones que nosotros. Eso sin duda, pero en los programas que veo (éste, el del hindú del otro día y alguno más) veo a muchas señoras de lágrima fácil pero que arrimar el hombro, poco, y la balsera de ayer muchos cojones para cruzar el ancho mar, pero trabajar en el bar, cero coma cero. A mí eso no me mola. El muchacho casado con el impresentable rociero del primer episodio de esta temporada lloraba, pero curraba. Por cierto, sobredosis de silicona ayer, entre la camarera y las acompañantes de gilipocholo. Excepcional crónica como siempre.
Por cierto, las tiras de bacon que sacó Chicote son pa nenazas. Aquí en Buffalo nos comemos eso y más, y sin sudar. Será por grasa. Y la hamburguesa te la tomas con batido de chocolate, con dos cojonacos.
Un saludo.
Hombre, está claro que el City Hall de Miami no funcionará de modo muy distinto a los de por aquí en cuestión de “licencias exprés “)
En cuanto a lo de las mujeres … estoy contigo: por eso digo que “parecía” y que su credibilidad bajaba cada vez que se plantaba ante un vaso … No me dió tampoco buena espina al final …
Y cabronazo!! como sigas con esa dieta sí que te vas a integrar en la población de Buffalo(s) 😛
un abracico!!
El negocio Flor de Tapas a dia de hoy sigue estando abierto los dueños son los mismos lo unico que cambió fue que entró un inversor mas y cambiaron el nombre fiscal del negocio.
Oído cocina! 😉
Como se llama en la actualidad
Sé que llego bastante tarde, pero solo aclarar una cosa. Los 46º que marca en la cocia si eran centigrados y Sharon lo que hizo fuepreguntar a cuantos grados Fahreheit equivalen. 46º Fahrenheit apenas son 10º centígrados, no tendría ningún sentido. A pesar de eso gran artículo, un saludo
*que marcaba en la cocina, perdon jajajajaja
😉 Gracias … a esperar la 6 temporada aunque, más que probablemente, sin #gilicrónicas …