Llegó el día. Duelo a fogonazos para saber quién se llevaría el cuchillo de oro en esta segunda Edición: Marc “Una proposición indiferente” Joli o David “Lingüini” García. Dos auténticos supervivientes. Si el año pasado, Begoña Rodrigo y Antonio Arrabal pudieron contar con sus #mosqueChefs Javi Estévez y Miguel Cobo, este año serían dos los pinches que ayudarían a los finalistas a terminar el menú preparado para la ocasión. Pero, eso sí, la elección no sería a dedo, sino a paladar (aunque los estilos de todos ellos, a priori, parecieran más que definidos y conocidos). Allá que entraban en plató, mientras que los finalistas flipaban, sus compañeros encabezados por Honorato “De Hoteles, un rato“. ¡Qué tipo éste! Comenzaba una “bomba de final”. Marc decía estar “giñao por no cagarla ahora“” y David nos repetía su palabra favorita: “responsabilidad” ante tal evento.
Yayo les recordaba que para convertirse en el Top Chef de esta edición había que demostrar no solo ser los mejores cocineros, sino también los mejores “Jefes de equipo“. “Mucho talento en tan poco espacio“, se emocionaba Alberto mientras que Honorato venía con fuerzas: “pletórico“, apuntillaba. Tanto Marc como David empezaban a hacer sus cábalas sobre quiénes eligirían y a quién no les gustaría tener de pinches. El primero tenía claro que no quería ver ni en pintura a Carlos o Peña, prefiriendo a Fran y Teresa, mientras que, Lingüini, quería a toda costa a Víctor e Inés. El valenciano seguía con el resquemor de haberse quedado a las puertas de la final (como es lógico) y la gallega se mostraba deseosa por ayudar al, sin paños calientes, máximo favorito. Carlos, mientras tanto, nos recordaba su manifiesta animadversión por el catalán y aseguraba que si él era el escogido “vería cómo le ayudaba“. Ya en El Hormiguero se encargaron de caldear la final recordándonos el inexistente feeling de éste con el concurso en general.
60 minutos por delante para demostrar que eran merecedores de haber participado en el programa y preparar un plato en el que el calamar fuera el prota. Y la cebolla, visto lo visto. A Chicote se le iluminaban los ojos de ilusión antes de dar el pistoletazo de salida. Todos a la carrera con lesión incluida. “Bacterio Extremo” sufría un tironazo al girarse a la despensa, jajajaja, debo admitir que, una carcajada, solté. El de Carabanchel decía que a Honorato no había que subestimarlo como pinche porque es un currele de mucho cuidado. Ambos finalistas coincidían, pero por mero postureo, porque teníamos claro que ninguno lo escogería. Lo que desconocían es que ahora practicaba la fusión, por lo que prefería echarle un cable a Marc en la final. ¡Qué cosas! Todos con las manos en los fogones. Carlos decía que su receta de “Nitro COCO” no la mostraría al mundo, mientras que veía el ceviche que preparaba Fran y le decía estar “cocinando con su alma“, a lo que el salmantino le espetaba “tú no tienes alma, tío“, jajajajaja. Así, con buen rollo, todo es más fácil. Peña, el “capitán sofrito“, a lo suyo. Rebeca le daba a un arroz negro. Marta a una menestra con mil verduritas en la explicación, y decía que la vuelta, para ella, era muy importante par demostrar algo que no puedo realmente en su estancia en el programa. Mientras que, Víctor, se mostraba de un lado, jodido por ser pinche y, por otro, encantadísimo de ayudar a David a desenvainar el sable dorado. Carlos seguía recordándonos que, para él, Marc no debería estar ahí. Que yaaaaa …. “Ha sido grotescamente mal educado” o “Me la trae floja la repercusión mediática de todo esto” fueron algunas de las perlas de anoche. Con conocimiento absoluto de causa, no, creo que no se la trae tan floja lo que se diga. Pero ea, allá cada cual con sus actos.
Se acababa el tiempo y Susi empezaba a emocionarse pidiendo otro nuevo achuchón de Alberto. Todo un clásico ya, jejejeje. 15! 15 programazos que han pasado … Y Marc y David lo tenían claro (como debe ser): estrategia pura y dura para intentar adivinar de quién era cada plato y así, elegir sus pinches al gusto. El primer plato que desfiló fue el “Bosque de Tim Burton” de Peña. La idea me parecía genial, el chapapote de los árboles no me agradó mucho, la verdad. Faltaba “chispa”, decían los catadores. La “Menestra de verduras y calamar” de Marta tenía una presencia indiscutible y de sabor, igual. Les encantó. “Calamar con asadito manchego” fue el nombre escogido por Teresa. Lo tenían claro. También gustó mucho. Y llegaba la segunda evidencia de autor de plato: el “Calamar en coco” de Carlos era reconocido de inmediato y en el almacén (y en los sofás de casa), risas: “te huele desde lejos, tío“, le decía Fran, jajajajaja. Los “Tallarines de calamar” de Joaquín pasaron inadvertidos casi para ellos y el “Calamar a la mallorquina con toques asiáticos” de Honorato resultó estar duro. Su creador no lo encajó muy bien. “Ceviche de calamar” fue lo que preparó Fran y Marc, con dos cojones, decía que estaba ácido … Alberto se encargó de recordarle cómo se prepara este plato típico. Gustó. Otro que fue reconocido al instante fue la “Cebolla encalamarizada” de Víctor, una vez más, espectacular visualmente hablando. Eso sí, a Marc, “en boca”, no le entusiasmó. Rebeca y su “arroz negre” también pasaron de puntillas para ellos. Como el “Calamar en texturas” de Pablo, que muy rico, pero ya lo tenían claro.
Llegaba el momento de la elección y David lo veía meridiano. El primer puesto como pinche, previo adorno argumental (innecesario porque todos conocíamos su veredicto) fue Víctor, mientras que el segundo, fue para Inés. Había hecho pleno y tenía el equipo que deseaba. Marc, por su parte, escogió a Teresa y Marta. Francamente, no sé si fue con conocimiento o por confusión creyendo que los platos eran de otros. Está claro que escogió los dos que más le gustaron (pintaza tenían sin duda!), pero me quedará la duda, visto lo visto durante estas semanas, de si realmente era lo que él quería. Así pues, los bandos se conformaban y Chicote les pedía que cerraran los ojos y soñaran con el menú soñado que ellos servirían en su restaurante ideal. Alguna lagrimilla se escapó de las féminas. Casi pleno de mujeres en la final lo que nos aseguraba, al menos, algo de paz en los fogones. Tal vez fuera eso lo que realmente buscó “Una proposición indiferente”.
“Comenzaba la última función, sí o sí“, decía el de Carabanchel en el pedazo de escenario que habían montado, dando entrada, primero, a los pinches, y tras ellos, los finalistas que flipaban viendo a sus familias y amigos allí. Pero todo subía de temperatura cuando entraba el Jurado escogido para la ocasión. “Siete Titanes“: siete Premios Nacionales de Gastronomía: Martín Berasategui, Pedro Larumbe, Andoni Luis Adúriz, Carles Gaig, Toño Pérez, Francis Paniego y Ángel León. Las caras de los duelistas, para enmarcar. 120 minutos por delante para preparar un primero, segundo y postre. A Marc, desde el principio, ya no le cuadraban las cuentas, pensaba en 3 horas. Sonaba el gong y David daba instrucciones al equipo: Jurel, Pichón y postre de diseño que le encargaba directamente a Víctor. Marc se inclinaba por Espárragos y tartar de gambas, Conejo y un postre que decidió probar anoche. Arriesgado, y valiente. Eso sí, asistíamos a una nueva clase de diminutivos de Remy: “pichoncitos, sus patitas …” y a varias entregas de la #chicoteDuda que no podía faltar en la gran final.
El ilustre Jurado atendía a los movimientos y elección de ambos finalistas y, desde el principio, comprobaban como David tenía la sartén por el mango: organización, órdenes claras y directas y seguridad en lo escogido. Marc, sin embargo, se le veía como ha dicho muchas veces Peña “caos e improvisación”. A sus pinches las tenía algo perdidas (sobre todo a Marta, que quería esforzarse para replicar a la perfección las ideas de su jefe de cocina). Teresa no quería ver el nitro ni en pintura. El jurel despertaba admiración y preocupación (por su jodida limpieza) a la par en los comensales: “Humildad contra aristrocracia“, comentaba Toño Pérez. Alberto recordaba a David que Antonio Arrabal el año pasado preparó una caballa buenísima, “pero quedó segundo”. A Lingüini parecía no afectarle. Menuda seguridad demostró. Es así. Víctor se mostraba convencidísimo del potencial del menú escogido. Yo, también.
Pasaba Alberto con otra #chicoteDuda sobre la cantidad de tomillo que Remy había echado a la cazuela. Martín Berasategui incidía en el aplomo que éste demostraba y en cómo se le veía disfrutar. Una diferencia que se vió en todo momento. Teresa, como buena profesional, decía desear que ganara Marc, y Chicote recordaba que los allí sentados iban a valorar ante todo que lo que les sirvieran “estuviera rico de cojones” … “si no hay fondo …”.A Francis Paniego también “le daba gusto verlo currar“. A todos, la verdad. Y llegaba el momento CRISIS. Algo huele a quemado … y, efecitvamente, a Marc se la había socarrat el caldo del conejo. Putadón que hacía tambalear a Marc pensando en “hasta aquí hemos llegado”, hasta que recibía una clase extra de motivación por parte de Chicote: “no me seas flojo!!! Aprieta de puta madre, hombre!!” Todo un Highlight por derecho.
Nitro va, nitro viene, “Te Matcha-CO, Marc” por allí y allá, seguíamos viendo la diferencia de propuestas planteadas hasta que otra pequeña crisis surgía en el equipo gris: el bizcocho no subía. 15 minutos para el final y David se acordaba de todos esos cabrones que, de joven, se reían de él en el cole por gordito y sensiblón. “Illo, illo, illo, mucho solomillo”, cantaban desde la grada sus ex compañeros dándole ánimos. Las caras de Marc, lo decían todo. Por mucho que se hiciera el valiente, esto, debe joder. “Me siento super star”, decía David en su salsa. Disfrutando. “Estar en Top Chef me ha dado confianza”, y se giraba en plan torero mandándole un beso a Claudia, su chica, con la que pasa 24h al día … y se envalentonaba al grito de Carlos de “si ganas, cocino en tu boda”!!! Parecía que la decisión estaba tomada. En El Hormiguero, insisto, veíamos que lo de encargar el menú nupcial a Bacterio, nada de nada. Cosas oyes … “Prefiero ser libre”, apuntillaba Marc viendo el show sentimental a su lado. Y, en ésas, que Marta le gastaba el nombre a su jefe. “Marc! … Marc! … Marc!”, todo era una eterna pregunta en los últimos minutos, pero con el único objetivo de que saliera todo como él quería. Cuenta atrás “slow motion” de los últimos 5 segundos … momentazo mientras que Alberto animaba el cotarro de la grada. La suerte estaba echada. El equipo gris se abrazaba y descargaba tensión en forma de cariño, mientras que a Joli, una vez más, tanta sensibilidad le jodía … A ver, Marc, que no es tener demasiada o escasa sensibilidad … Es tenerla en el momento justo.
La CATA FINAL comenzaba por el Jurel con gel vegetal de David, previo rollete inherente: “que vean el lado sensible de mi cocina”. Para Pedro Larumbe estaba algo crudo, como para Ángel León, solo que los cítricos usados hacían que no se fijara en ese aspecto, resultándole una maravilla. A Berasategui le “tocó la fibra” y Alberto dijo del plato “que estaba para ponerle un piso“. Casi “ná”! Marc decía no saber expresarse tan bien como su rival ni ilustrar tantos matices así que … “ea! ahí va mi plato”: Royal de espárragos (béticos) y tartar de gambas. A Toño Pérez le gustó a pesar de la textura del vegetal, mientras que a Ángel le defraudó un poco en expectativas. Chicote se preguntaba si “esto era una plato para vacilar?” y Susi decía estar ante “la muerte inminente del paciente“. Puuuuuf!
El segundo plato de David era el “Pichón en otoño” del que decía su autor que había pretendido “emplatar sentimientos”. Para Adúriz era “fiambre de pichón” por su escasa temperatura, vamos, que se había quedado “helao”! Para Francis Paniego se quedaba corto también tras pensar que todo lo descrito lo saborearía. Sin embargo, a Berasategui le parecía increíble y a Chicote, le sobraba un hueso. La “Espala de conejo” de Marc, también gustó mucho a Toño Pérez y a Yayo, por el subidón que le daba el jenjibre. Alberto recordaba la putada de la sartén quemada por el jugo, que “estaba perfecto”.
“A penalties”, parecía ser el veredicto del Jurado. Jugárselo todo en el postre. Insisto, eso parecía. David y su “Te Matcha con curry y especias”. Presentaba el plato como “su cocina” y no me pareció bien, la verdad. Poca mano, por no decir ninguna, vimos que metiera en el postre, dejando todo el curro a Víctor y sus trastos. Eso, fue lo que vimos. A Chicote le pareció el peor plato de los tres. Al Jurado, pareció que también. Y Marc ofrecía su innovadora y arriesgada apuesta del “Mousse de chocolate picante y gel de albahaca”. Visualmente, no había color, hay que decirlo. Pero parece que, de sabores, se llevó el asalto el segundo. Alberto así se lo reconoció: “pues está muy bueno”, al igual que afirmaron Francis, Martín y Ángel.
Llegaba el esperado momento de las votaciones en urna y Yayo agradecía no tener ese marrón. Ambos muy contentos con el trabajo realizado, solo que Marc ya se olía el resultado y admitía, como buen caballero que se ha de ser, que le gustó mucho el trabajo de su compañero y rival: “es más joven, con más ímpetu y ha cocinado mejor que yo” y “yo ya he ganado aquí” (en referencia al club de fans que ha montado ahí dentro), fueron sus últimas palabras. Sonaban los redobles y las luces de colores volvían locas nuestras retinas para desenfundar el último cuchillo de esta temporada. “El ganador de la segunda temporada de Top Chef España es ….” … Y David “Lingüini” García alzaba la Excalibur. Los pronósticos se hacían realidad y el catalán disfrutaba de su auténtico momentazo. Susi volvía a lagrimar.
¡¡Enhorabuena a David García!! Podrá gustar más, menos, caer mejor o peor, pero, siendo sinceros, creo que es más que justo ganador de esta segunda Edición. Caiga quien filtre, es así: “Top Chef me ha enseñado algo que creía ya no existía, y es que la creatividad nunca muere. Gracias por hacerme sentir cocinero de nuevo y dejarme crear platos“, justo antes de sufrir la avalancha de sus ex compañeros para felicitarle. “David no acaba aquí, tiene que crecer, aprender …“. ¡¡¡Mucha suerte siempre CAMPEÓN!!!
Y se acaba lo bueno, al menos, para mi. Un día menos que ver la caja tonta. Como dije anoche, pasarlo bien y aprender, todo por “el mismo precio”, lo firmo siempre. Tal vez esta edición haya adolecido de más reality que de cocina en algún que otro momento pero la televisión es también eso, no? Solo hay que saber utilizar el filtro que te conviene para disfrutar de las cosas y, este programa, tiene muuuuuucho de lo que gozar. Yo, lo veo así. Por mucho que algun@s se empeñen en taladrarme el cráneo con sus pensamientos retorcidos y sin fundamento. Las #GiliCrónicas se despiden … de momento … En el horizonte cercano … Pesadilla en la Cocina pero, eso, será otro día …
Highlights:
– la entrada de Honorato a plató … y sus ganas de evolucionar. Así, sí. Pero poco a poco Honorato, no tan de golpe … jejejeje.
– “Es un plato que te comerías un domingo en casa con la familia”, decía Marc sobre el plato de “Hoteles, un rato” a lo que Chicote, le daba el primer Zás! “y qué tiene de malo eso?“
– “Esto está ácido“, Marc sobre el ceviche de Fran. Otro Zás! “Si no está ácido es para darte dos hostias” jajajajaja
– Capitán SOFRITO y sus cánticos de solomillo …
– La entrada y desfiles en el plató final … Unas azafatas en plan boxeo no hacen?
– “El conejo es de esas cosas que te comes en casa siempre, pero que vas a un restaurante y nunca te pides“, decía Ángel León … #LeyAbsoluta
– Momento tomillo: “parece que se ha subido a lomos de un jabalí” … “es el pichón otoñal, Alberto“, replicaba David … “que sí, que sí, que es otoñal pero subido al jabalí” jajajajaja
– Momento apoyo y motivación de Chicote a Marc cuando se tambaleaba y casi estaba K.O.
– “Corazón y rabia“, dijo Marc que pondría en sus platos. Mala elección si solo pones eso.
– “Ya han ganado“, dijo Adúriz al verlos a todos de pleno subidón al terminar y abrazarse por el curro cumplido.
– “Hay que cocinar sin prisas“, Marc … “pues no haberte apuntado aquí“, completaba el Zás Hat Trick Alberto.
– La dedicación final de David a esos “CAPULLOS” de su infancia debió cortarse ahí. Nada de “tontaínas”, David. No. Si eran unos PUTOS CAPULLOS acosadores, lo eran, así que, repite conmigo: “Que os donen, CAPULLOS!!”
Gracias a tod@s los que habéis leído mi currele que, coño, ni me había dado cuenta que han transcurrido 15 semanas!!! Ahora, a descansar un rato, y … en breve … volverá @pesadillacocina … ya sabéis lo que toca! Y disculpad los posibles errores de hoy …. ha sido la más accidentada de todas! 😉
@disparatedeJavi
Saludos.
Bueno, pues se acabó. Mi enhorabuena a mis dos paisanos por el espectáculo. Estoy un poco descolocado por la derrota de @marctopchef. Habiendo visto el abanico de técnicas y la capacidad de trabajar bajo presión mostradas por mi favorito, no entiendo cual fue su enfoque de la gran final. Coincido con @disparatedejavi en la dudosa autoría del postre de @davidtopchef, pero en fin, “El fútbol es así…”.
¿Ha habido un gran componente “Reality”? Cierto, pero de eso se trata, precisamente. Carlos y Marc generaron audiencia y guste o no, es la que manda. Lo que no otorga al espectador el derecho a juzgar, a veces muy severamente, a personas a las que ni siquiera conoce.
Muchísimas gracias a @disparatedejavi por el imprescindible trabajo de lectura obligatoria de los martes y después los jueves. Aunque no doy muchas señales de vida en twitter, me he “digerido” todas las Gilicrónicas con el mismo interés que el programa.
Un abrazo.
@lluisriba
Gracias Lluis … la elección de Marc a mi también me dejó algo … pero, sinceramente, creo que cambió su idea debido a la elección de pinches que sigo creyendo no era lo que él quería. Tanto repetir a Fran y luego no? mmm … pero ea! las elecciones son las que te llevan al fracaso o triunfo y esta vez, Marc creo que erró …
Eso sí, como bien dices y yo también suscribo, ha sido un puto superviviente y ha demostrado manejar técnicas que otros desconocen. Pero la técnica sin dirección es como todo …
Ahora, a esperar Pesadilla … pero antes, un descansico! 😉
Un gran trabajo javier! Y el año que viene, más! No?? Espero que sigas contando con mis manos para ilustrar tus locuras! Abrazote amigo!
Jajajajaja, por supuestísimo mi Gili Designer! Somos los Uderzo y Gosciny del universo Gilicrónica!