La niña guindilla
El sábado pude tachar (más bien añadir a mi cuaderno de favoritos gastronómicos de Murcia) de la lista un sitio que tenía grabado a cayena en el cerebro desde hace mucho, mucho tiempo. Llegaba con un equilibrio perfecto entre ansia y expectativas. La niña guindilla me regaló justo lo que esperaba. Aquí, la #gilicrónica. Adoro…