Mucho tiempo hacía que quería sentar mis posaderas a degustar las creaciones de Nino, Santi y Hussi y el pasado sábado al fin pude hacerlo. “La Gabinoteca” era uno de esos sitios que tenía más que curiosidad por probar y, hoy día, me declaro fan de esas tapas canallas. Me alegra haberlo puesto en mi “top express”.
El nombre de los platos – los que me conocéis sabéis que soy aficionado a bautizar mis gilicreaciones también de modo peculiar, véase mi “Salmorejo Genital” – la decoración y distribución del local y el ambiente de “buen rollismo” que se respira desde que entras hasta que te marchas, hacen que el ratico que allí pasamos @LaPucelle1980 y yo sea de ésos que quieres repetir. Más que buena señal.
Comenzamos, cómo no, probando una tortilla con curry rojo, rica, rica y que me hizo pensar en esas noches de Champions y un buen pan donde introducirla en tamaño XL. ¡Qué mejor modo de sentirse como en casa! Seguimos con la burrata ahumada que subió el listón: deliciosa. Cada vez que una mesa la pedía y retiraba el papel film … aún tengo ese olor tan cojonudo en las fosas. Un contraste de sabores adictivos. Unas buenas risas nos echamos al pedir la “carne Roja como los Hipsters de Brooklyn” y acabamos relamiéndonos con ella para terminar con el “taco pato” (mi acompañante decía que estaba rabiosón, para mi, perfecto) y las navajas, con un sabor suave y cremoso que me sorprendió. Tal vez un “único pero” sobre ellas: algún gramo de arenilla encontramos aunque ya sabemos que es uno de esos moluscos que son “jodíos” de degustar inmaculados.
Y, por ser la primera vez (no la última, insisto), quisimos jugarnos un “Juan Palomo” y dejar nuestra gilicreación para los anales de lo ridículamente incoherente. Por cierto, ya que estáis, entrad en la web y votad por ella, sería estúpido no decirlo. Si váis, que espero que lo hagáis, debéis practicar el “Juan Paloming”: primero, porque puedes ganar una cena para dos y, segundo, aunque tal vez he equivocado el orden del razonamiento, porque el rato que pasas es una forma más que original de terminar una cena divertida, atrevida, distinta pero, sobre y ante todo, rica, rica que es lo que realmente cuenta: EL SABOR y de esto, no se quedan cortos ni muchísimo menos. Gente que sabe y QUIERE lo que hace.
Aderezado por un trato cordial, distendido, atento al mínimo detalle y siempre con una sonrisa en la cara. Me encantó el detalle del timbre en mesa para no tener que estar con el molesto brazo levantado para llamar la atención del camarero. Lo dicho, estáis tardando. “Las tapas mueven el mundo” y, en La Gabinoteca, te moverán para volver.
De hecho, ¡quiero mi asiento de teleférico de nuevo!
@disparatedeJavi
#GiliCrónicas