“Javi, tienes que probar el arroz con verduras que hacen en El Continental Bistró“. Esta frase de un buen amigo fue el detonante para que mis papilas pasaran por uno de esos sitios de Murcia que tienes en lista pero que no llega el momento de visitar. El viernes, sí. Aquí, la #gilicrónica.
Abierto hace unos cuatro años el local desprende encanto, sin ninguna duda, a pesar de que en sus paredes alternen cuadros con algún garabato difícil de entender para los no galeristas entre los que me incluyo. Un sitio en el que realmente se encuentra uno a gusto.
Al sentarnos en la mesa y para acompañar unos quinticos bien fríos, nos sirven un aperitivo de la casa con sobrasada, aceitunas y ensaladilla que saben perfectamente cuál es su función y son de agradecer. Teníamos encargado el causante de todo, arroz y verduras, y otro de conejo y caracoles para saciar mi favoritismo hacia esa especialidad. Pero antes de ellos nos decidimos por empezar con unas “Alcachofas y crujiente de bacon“. “Crujiente de bacon” … curioso, ¿hay algún otro modo de comérselo? Un entrante muy sencillo falto, a mi entender, de alguna salsa o emulsión que conjugara sus dos ingredientes. Plano a distancia de su potencial.
Llegaba el rey de la casa. El arroz y las verduras en su punto. La berenjena le daba un toque genial de untuosidad. Corrección sin estridencias. Al contrario que su primo de conejo y caracoles. La carne más bien pasada y seca y el que despedazó al animalico astilló todos los huesos que pilló en su batalla personal con el hacha. El romero y tomillo deben ser elevadores de lo vertido en la preparación, no sustitutivos de cuanto se ponga por su camino. Igualmente, echar perejil “en crudo” una vez terminada su cocción no me parece buena idea. En definitiva, más que mejorable esta segunda opción.
Para terminar pedimos varios postres para compartir entre los que me quedo con el “Flan de coco” por obsesión personal, no por otras razones. La tarta de chocolate y el bombón del mismo con naranja, auténticas bombas para ir corriendo y volver a Mordor. El flan de café … un flan de café. Café y chupito y se acababa un buen ratico entre amigos.
Podrías pensar leyendo estas líneas que El Continental Bistró no me gustó. Al contrario. Pero no me entusiasmó. Detalles pequeños y fáciles de solucionar y ejecuciones algo apresuradas no dejaron cerrar del todo lo que a momento gastronómico se refiere. Sí al resto: sala, atención, relación calidad – precio (mejorable a ratos) y ambiente. Saben en qué liga juegan pero con tomar un poquito más de atención en detalles podrían optar a jugar la promoción de ascenso a una algo superior. El local se distancia algo de la cocina.
Estoy convencido de que volveré a apostar seguro por la verdura y a jugármela con otros entrantes si mis huesos vuelven a entrar por su puerta.
@disparatedeJavi