Bar El Rey, porque sigue y seguirá siendo el monarca de mi barrio y colindantes. Uno de esos clásicos eternos a los que parece la edad no afecta. Aquí, una mini #gilicrónica de agradecimiento. La merece.
¿Y qué ofrece Bar El Rey para aguantar el paso de los años, de las crisis y de los esnobs que ya solo saben disfrutar en restaurantes mediáticos? Tradición, oficio, sabor, recuerdos … ese aura de barrio, familiar, tan difícil de encontrar ya. Y, por supuesto, cocina y producto. Saben en qué liga juegan y sellaron su perenne permanencia hace lustros. “Casero”, ¡qué palabra! ¿Verdad? (Hoy, fotos sin filtro).
Mi penúltima vez fue hace escasos días con motivo de un ratico con amigos que hacía tiempo no disfrutaba y no pudimos estar mejor. Si te acercas a su barra o mesas hay indispensables, como su pulpo. Ese pulpo murciano que tan poca fama atesora fuera de Murcia ante su primo lejano gallego, el mimadito. Unas clásicas marineras o sus caballitos tamaño “L” y de masa esponjosa y gamba sabrosa. Calamar plancha o romana, mi preferido el primero. Goticas de limón y a saborear. Pide de postre como nosotros un pepito de ternera con mantequilla y, si aún te queda hueco, pregunta por sus tartas caseras. La última que recuerdo de dulce de leche, espectacular.
Un cazón rico, rico o, ahora que se acerca el otoño, pregunta si tienen gazpachos hechos. Por sus menús y platos de cuchara. No te arrepentirás. O sus arroces. He probado el caldero y el de conejo y, al fin, sé que tengo un lugar cerca de casa donde poder saciar mi vicio por este cereal. Pero no olvides sus pescados o mariscos. Pregunta, siempre pregunta.
En definitiva, Bar El Rey. Da igual lo que os cuente. Debéis venir al barrio y echar un ratico con su oficio.
@disparatedeJavi