Desde que conocí el buen hacer de Ryoji por Julio Velandrino y al enterarme que una nueva etapa había iniciado con la apertura de “su casa”, “Izakaya Okina“, en Murcia, estaba deseando sentarme a su mesa. Ayer fue ese día y os aseguro que no me decepcionó en absoluto.
Otros se fijarán en las supuestas calidades que solo ellos saben distinguir en sus dogmas de fe reducida. El que suscribe os cuenta que pasé un más que genial ratico disfrutando de sus platos, el ambiente, el servicio, su trato y la tranquilidad y paz que allí se respira. Local sin muchas florituras donde lo que prima es la cocina. EL SABOR.
Nos dejamos llevar por sus recomendaciones y comenzábamos con una “Ensalada Okina“. Deliciosa mezcla de sabores, texturas, productos, refrescante, fuerte, sutil … tal vez el emplatado algo incómodo para comerla pero la mezcla de sabores tan marcados y a la vez tan distintos y ligados te hacía pensar en “qué más da la vajilla“. Voló. ¡Un wok repleto para el take away, please! Acto seguido y tras un traguico de sake (vicio absoluto el mío) nos servían el “Usuzukuri de pez mantequilla” y setas preparado con un corte similar al de un carpaccio y que nos resultó delicioso. De lo más cremoso y suave que he probado en tiempo. Eché en falta aquí un toque picante, rabioso, pero eso ya es gusto mío.
Hacía su aparición el niguiri, de “Langostino, aguacate, cebolla y mahonesa“, tal vez el más flojo de todo lo que probamos pero aún con ello manteniendo una línea de sabor más que distinta y la “Vieira Okina Style” que me dibujaba esa sonrisa que tantas otras veces os cuento. La he probado de muchas formas y ésta se mete en altos puestos de mi lista por derecho.
“Yaki Gyozas Vegetales” para continuar haciéndonos disfrutar del “dale que te dale a los palillos”. SABOR, siempre el SABOR. Para habernos comido una vaporera de seis pisos repleta. Esperando los dos últimos platos apuraba mi ochoko (¿así es, no?). Ahí que llegaba el “Uramaki Rainbow” (los comensales de la mesa de al lado se giraban al verlo). Visualmente igual de espectacular que su sabor y el “Futomaki Ryoji“, sencillez aprovechada al máximo. Un más que genial cierre para un gran ratico y que, en cuanto a cantidad y calidad, nos dejó más que satisfechos, encantados.
Las sutilidad, delicadeza y, al mismo tiempo, fuerza que tienen sus sabores y preparaciones hacen que se desmarque claramente – para disfrute nuestro – del concepto “Japonés” que el caminante de a pie tiene en su cráneo. ¡Basta de preparados industriales o intrusos franquiciados! Me ganó para la causa hace tiempo sin conocernos, imaginad ahora.
Seguro estoy de volver pero sin la presión que ejercen las agujas del reloj sabiendo que tienes el tiempo justo. Promesa hecha a Ryoji y que cumpliré más temprano que tarde, yendo a que sea él, sin preguntas, quien me diga qué va a entrar en mi estómago. Si no habéis ido aún, estáis tardando. Sin fuegos de artificio. Solo cocina de muy buen gusto. Únicamente disfrutar. ¡Dejaos de imitaciones!
#MurciaBonica
@disparatedeJavi