Otro de esos sitios que puedo tachar de mi lista y volver a marcar como recomendable y con ganas de volver, La Tapeoteca. Bastante me habían hablado y otro tanto leído (hace un par de días se publicaba la lista de los mejores restaurantes murcianos en Tripy Advisor) y ganas me sobraban. No me defraudó. Aquí, la #gilicrónica.
Todo parecía cuadrar en la noche y el local de Manuel Álvarez contribuyó a que las sensaciones siguieran siendo las mismas. Solo reservan mesas a primera hora, tomad nota si no queréis llegar y encontrarlo (como ayer lunes) lleno. Si bien la carta se divide en varias secciones, está pensada para poder elaborar una comanda “toda para compartir” como hicimos nosotros. El baile comenzó con un “Taco de costillar, kimchee, cilantro y menta” servido sobre una hoja de lechuga y no sobre la típica torta de maíz. Un bocado fresco, sabroso y contundente (si te encanta como a mi el picante y lo bañas en la Sriracha que lo acompaña) donde tanto el cilantro como la menta no rebasaban esa fina línea tan difícil de respetar para algunos cocineros. Me podría haber comido tres. El resto de la comanda la elegimos entre los llamados “comparte con generosidad” y, el primero de ellos, una de mis muchas debilidades: “Steak tartar“. Un emplatado preciosista que no facilitaba su degustación es el único “pero” que puedo ponerle al plato puesto que en sabor, textura, cremosidad e integración cumplía a la perfección. Otro plato del que podría comer un contenedor. Delicioso, así es.
Turno para las “Alitas de pollo deshuesadas y manzana salteada (y Teriyaki)“, uno de los platos que parece tener el beneplácito de todo el que ha pasado por allí e incluso una calificación elevada pero que a nosotros nos pareció el más llano o simple de todos y que desentonaba con el resto. Si bien es un plato que junto con una caña “entra solo” por su solvencia evidente, no está a la altura del resto de preparaciones y sabores que degustamos. ¿Rico? Sin duda, pero se alejaba de sus antecesores y de los que a continuación vendrían. “Tuétano de ternera a la parrilla y migas cítricas“, otro de mis Talones de Aquiles (véase el de Yakitoro). De un tamaño tal vez algo escaso pero muy rico, cayó sin petañear. Los ligeros toques cítricos le dan muy buen rollo a la médula.
Y como mi querido acompañante es un golosón y hacía tiempo que no pisaba la tierra, decidimos despedirnos con unos “Paparajotes” (perfectos de sabor, aunque algo más de “molla” y esponjosidad tampoco viene mal) y una “Torrija a nuestro estilo, crema de arroz con leche y helado de vainilla” que nos encantó, fuera de los catedráticos puristas que reducen este típico plato a un pan con corteza y refrito. Yo sé lo que me digo, alguno también lo sabrá. Una vez más. Realmente deliciosa. Un cierre perfecto.
El servicio de sala, incluyendo al propio Manuel que nos atendió de lujo, merece también nuestra gratitud. Me alegra saber que en Murcia hay lugares donde poder practicar nuestro querido deporte de “la tapa” y no reducirme a la marinera, estereotipos publicados en tantas páginas y artículos “gastronómicos” o tops sin sentido. ¿Si volveré? Sin duda me quedé con ganas de probar más de un plato. Os invito a que paséis por allí y me recomendéis más de la carta, ya os pasaré el recibo. La Tapeoteca y Manuel Álvarez entra a mi lista por derecho propio. No todo son menús degustación, el tapeo sigue vivo y la comanda de ayer, una muy buena opción.
@disparatedeJavi
(fotos de @pmedina)