Restaurante Frases, Murcia. Anoten bien el nombre y no tarden en ir a disfrutar de una cocina sabrosa, divertida, ingeniosa, cariñosa y en la que el comensal percibe a la perfección la ilusión y trabajo que María Egea y Marco Antonio Iniesta invierten a diario en su pequeño gran proyecto. Aquí, mi #gilicrónica.
Lo primero que percibes al entrar es pura armonía. Un equipo joven que contagia a sus invitados con su saber hacer en todos los sentidos. Mucho he tardado en visitarlos, pensé al primer bocado. Pero nunca es tarde si la comanda es buena. Y la de restaurante Frases, me enamoró. Desde su decoración y estilo, pasando por el trato tan cariñoso que te regalan, hasta la original y a ratos portentosa vajilla que redondea unos platos con matices de aquí y de allá al servicio de un sabor y conjunción que otros buscan pero no encuentran. Un pequeño y apetitoso ecosistema en pleno centro de Murcia. ¡Bravo!
Para empezar pedimos una serie de entrantes, unos para compartir y otros individuales, comenzando por la “Zamburiña , mantequilla tostada, tocino de chato y ramallo de mar” con la que el silencio en forma de sonrisa se apoderó de todos. Para amontonar conchas y conchas. ¿Qué murciano que se precie de serlo no pide pulpo allá donde va? El “Pulpo ahumado, kimchi, ajo brasa y pan de pimentón” que desfiló por nuestra mesa, sencillamente delicioso. Ternura y equilibrio, fiel reflejo de la cocina.
Brutal la “Papada a sashimi, puerro chino y miso dulce“. Ni el más vegetariano debería resistirse a probar este maravilloso bocado. Agradecerá saltarse sus reglas por unos segundos. ¡Qué delicia! Al igual que las “Setas silvestres estofadas, huevo, chicharrón de cerdo y Tuber Melanosporum” (trufa). Muchos platos similares puedes encontrar en las cocinas de la capital pero pocos con el papel protagonista que las setas tienen en el de Frases. ¡Guau!
Pasamos a los individuales y dos fueron los escogidos: “Cochinillo Demiglace, calabaza potimarrón (o Hokkaido), cúrcuma y naranja” y “Magret 2 cocciones“. El pequeño cerdo, muy rico y con una elaboración cercana a la perfección, aunque, tal vez, el concepto del plato disimulara demasiado su peculiar y único sabor (imagino que para hacerlo apto a todos los públicos) lo que no impide que te deleites con cada bocado. El pato, en sus dos vertientes, otro plato redondo. ¡Qué difícil es mantener una línea tan continua y qué fácil parecen hacerlo en esta casa!
Ya puestos decidimos probar los cuatro postres que ahora mismo tienen en carta: “Créme brûlée de limón galleta y canela” (o como equilibrar el ácido murciano con dulce sin perder toda su esencia. Indispensable para cualquier lugareño que haya crecido con recuerdos similares pero no tan delicados como éste), “Chocolate, café turco de avellana, cacahuete y helado de croissant de mantequilla” (un nuevo ejemplo de cómo hacer adictivo algo que, a priori, puede parecer empalago puro. Todo lo contrario), “Arroz con leche de coco, yogurt, melocotón y zanahoria” (tal vez el más flojito pero no por ello despreciable. Suavidad melosa) y, el que para mi ha sido un absoluto descubrimiento y rezo a los dioses para que nunca lo quiten de su carta, “Helado de pino, tierra y raíces“. Sí, habéis leído bien, “Helado de pino” que, como me dijeron, lo hacen “con pino, pino”, nada de “esencias de”. Ma … ra … vi … llo … so. “Mi no entender” algunas reseñas que circulan por ahí. Pocos postres tan TOP he catado. No me ruborizo en afirmarlo.
Escasos meses de vida contemplan a Restaurante Frases pero, sin duda, no hay que ser un gastro visionario para augurarles un gran recorrido si mantienen esta maravillosa línea. Para mi, un #must de Murcia, sin duda. Un lugar donde pasar un gran ratico de esos que, a los hobbits, nos hacen tan felices.
Este loco amenaza con volver más pronto que tarde.
@disparatedeJavi