Coslada, Madrid. Llegamos al “Gran Café“. Un garito que no se sabe muy bien qué es. Con 10 años de vida y propiedad de Juanjo, empresario hostelero que regenta igualmente “La Dolce Vita” en la localidad pero que, al contrario que el objetivo de esta semana del Chef, goza de éxito. Fiándose del buen caminar del restaurante, decidió dejarlo en manos de su mujer y su hermana para él dedicarse a otros menesteres. Visto lo visto, está claro que lo hizo para pasar el menor tiempo posible junto a éstas. ¡¡Bienvenidos al “Gran Café … de LAS Rose“.
Nunca es buena idea dejar a esposa y cuñada juntas en un sitio tan pequeño. Al menos, a priori. Mala idea la de Juan José que, ahora, no quiere meter el persianazo para no dejar a su hermana con una mano delante y otra detrás. Y si ni siquiera se dirige la palabra y se hablan por notitas, ni te cuento. De local de éxito, a laboratorio de ingeniería post nuclear con comunicación cero. Una cocina digna del camarote de los grandiosos Marx, un cocinero con la expresividad del cardamomo molido y al que abandonaron a su suerte entre fogones, de nombre “Florín-ete“, “conversaciones manuscritas” sin orden ni conciencia y experimentos “biobacterianos” en sus probetas de plástico improvisadas, forman el potaje con el que se encontró Alberto Chicote esta semana.
Teresa se nos presentaba como la “nervios poco estables” de hoy, la encargada de la mañana y esposa del jefe. Eva, la impertérrita “barwoman” que no ve problemas en su turno de tarde/noche y Juanjo, marido y hermano, que desde el primer momento que se reúne con el chef, da la impresión de que lo único que quiere es que le solucionen la papeleta que tiene en la familia para asumir inmediatamente después el mando de todo. Como veremos. Sazonado con un deseo de “no defraudar al de al lado” que hace imposible la sinceridad y comunicación con el resto.
Alberto se reúne con el propietario de ambos locales al ritmo de “La Dolce Vita“. Digo yo que, de paso, para un poco de publi del local. Bonito, por cierto. Pero cuando el chef le invita a que le acompañe para que le explique cuál es el problema de su franquicia, se escabulle como Gollum. Pues allá que se marcha Chicote y cuando llega, lo que ve desde fuera, no lleva a engaño: una cafetería. ¡Coño! Si se llama Gran Café, ¿Realmente cuáles son las pretensiones de un sitio así? Pues como bien dijo: “por fuera una cafetería, por dentro un bar de copas y vosotros pretendéis que sea un restaurante, me equivoco?“. Lo dudo. Allí, Teresa le confiesa que se comunican por un “cuaderno … en el siglo XXI” y tras recordarnos que “vive con el dueño”, empieza su primera llantina. “Pues no te veo yo comunicándote por cuaderno, porque hablas por los codos“.
Revisado el local, decide ir directamente a la cocina antes de pedir la comanda. ¿Y qué se encuentra? A “Florín” y su “ascensor para pitufos cocineros” con un curriculum vitae de “camarero 5 años en un bar de tapas”. Y ¡hala! ahí te las apañes. El chef se da cuenta que el día anterior, hubo “zafarrancho de combate”, pero ¡ea! al menos, se molestaron en adecentarlo, no como otros, ¿Verdad Masía? Decidido a probar las supuestas bondades de su cocina, le echa un vistazo a la carta donde ve 7 primeros, 7 segundos y varios postres para el menú. Una carta gigante donde hay hasta 30 variedades de café, y para los que los propietarios habían decidido colocar unos precios “fuera de la realidad” (al menos, de la suya). Allí que empieza a jugarse el tipo Chicote con unas croquetas. ¡¡Sorpresaza!! El adalid de la croqueta se congratula con éstas, y hasta suena el “Aleluya”: “qué placer!!” llegó a exclamar. Jajajaja su cara degustándolas, fue toda una oda a los milagros, desde luego. La ensalada César tenía de emperador lo que la salsa de buena manufactura: “sabe a viejuno” … “y la marca de la salsa? No, es casera“, le decía Teresa. Claro, claro. La hamburguesa de kobe, a casi 13 pavos!!, tenía poco de ello. Y el pollo, repletito de aceite y salsa grimosa con sus correspondientes patatas fritas, caseras, pero igual de pringosas. Teresa, mientras tanto, además de no parar de rallar el ya machacado cráneo de “Florín-ete” con sus presentaciones, la tomaba con el perejil. La hierba tenía toda la culpa de esas impresiones en sus platos. Telita.
Chicote veía como una de sus máximas, se venía abajo: “cuando voy a un sitio, y lo primero son las croquetas, y están buena, siempre pienso que lo de detrás, será mejor … PUES NO!“. Yendo a felicitar al cocinero por ella, nos enteramos que las había hecho “Alyna”, la camarera. Todos pensamos inmediatamente, y ¿por qué coño no es ella quien se mete en los fogones? Tiempo al tiempo. Parecía que el Chef iba a ser condescendiente tras el éxito croquetero, pero no. Nada de eso. La charleta le cayó pero bien al aprendiz de cocinero. Teresa vuelve a derrumbarse echándole la culpa a la cuñada y Chicote se lo dice a las bravas: escribir para luego decir “lo dejé por escrito” … no,no … así no. El de Carabanchel se despide hasta la tarde y Teresa, vuelve a derrumbarse y carga contra el ex camarero: “cuando se cierre esto iré a tu casa a pedirte de comer y a que me pagues el colegio de los nenes”. No comments.
Empezaba el turno de tarde, y entraba Eva a escena. O mejor dicho, a barra. Pero eso sí, “el problema de esto, es por las mañanas, porque no nos va mal por la noche“. Ooooootra echando mierda a saca no tan ajena. Llegaba el momento de la inspección y lo íbamos a flipar nuevamente con lo que allí se encontraría Alberto Chicote. Para empezar unos huevos que iban a echar pollitos bajo la fuente de calor. Unas pechugas de pollo ya marcadas y chorreando jugo en un tupper. Y el momento de máximo terror sanitario: la salsa de canónigos que llevaba “2 días hecha” … “¡¡¡y un huevo!!!” QUÉ ASCO COJONES!! La cara del Chef empezaba ponerse amarillenta y tenía que controlarse para no echar la gran pota allí mismo. Los demás, en el sofá, también. “Tira eso a tomar por culo” para, fuera, quejarse de que las cuñadas parecían un puto click ante las cosas que les decía. Impasibles.
Comenzaba el “servicio”, y el #disparate de incongruencias. Cada cuñada llevaba un orden distinto de las mesas. Teresa que solo veía fallos en su ex amiga. Eva, que llevaba el escaqueo familiar en la sangre, se había colocado tras la barra y ahí se quedaba. Un auténtico desastre que agotaba la paciencia de Alberto y pedía inmediatamente coger el teléfono rojo y llamar a Juanjo. Una vez allí, el Chef le dejaba claro que allí, nadie organizaba nada y que, con esa actitud, lo mejor era chapar y que cada mochuelo buscara un olivo donde acomodarse. Llegaba el momento musical LOST, todo un clásico ya. A la mañana siguiente, el “meeting” consistía en una charleta de modales y saber comportarse por parte del Chef: “os da miedo deciros las cosas” (cada uno por motivo distinto, pero a la par que absurdo). Teresa, a llorar. Y llegaba el turno de Juanjo: “no hace falta que estés en tu negocio 16 horas: debes delegar, enseñar y controlar“. Recordarle que hay que ser CONSCIENTE a la hora de montar un negocio, y no poner al frente a un cocinero de tapas, sin formación ni se la espera, fue el cierre de la retahíla que le soltó Chicote.
Antes del segundo servicio, Alberto le daba una “master class” de nuggets a Florín-ete. Sencillo, rápido y jugoso, sabrosón. La ESPECIA, todo lo mueve. Juanjo llegaba para colocar las piezas en el tablero pero hacía amago de quedarse, a lo que el Chef le decía “no,no …”. Para el nuevo match, el equipo motivador del programa, sacaba un semáforo de 3 luces que marcaría las alertas DEFCON del comportamiento del personal. Estaba claro que se encenderían a ritmo vertiginoso. El cocinero, ni se acordaba del menú antes de empezar. No se tachan las comandas y se fían de la memoria de cada uno. Florín-ete que no encuentra nada en los armarios. Eva rajando de Teresa por gritarle al aprendiz. Teresa estalla y pasando de los dictámenes de su marido, mete a la camarera en cocina para que haga el trabajo del otro. Mientras tanto, en sala, las croquetas salen congeladas y las hamburguesas crudas. 6 comandas y un solo plato servido. Platos preparados “tomando el fresco” hacen que Chicote, pulse el botón. 1ª LUZ.
El chef empezaba a perder la paciencia ante tanta ineptitud y caos comunicativo. Pulsaba de nuevo el botón. 2ª LUZ: “o le ponemos solución, o le pegamos fuego“. La 3ª LUZ no tardaría en llegar: unos huevos más amarillos que el esfínter de un canario acababan con las fuerzas de Alberto. Cogía el teléfono rojo, y llamaba a Juanjo. Teresa, ante su marido, solo sabía culpar a Florín-ete. Claro, a su hermana, ante él, nada. La otra, idem. “Parece mentira que seáis cuñadas“, sentenciaba el Chef antes de pirarse y tras ooooootra buena charleta. A la mañana siguiente viviríamos uno de los grandes momentos “patata” de la temporada. Citadas en “Suites Mirador de Chamartín“, el programa jugaba al confesionario de lujo con ellas. Mientras Alberto charlaba y sonsacaba a Teresa, Eva, se enteraba en el “confe” de todo lo que debería haberse enterado mirando a los ojos a su amiga y cuñada. El gran momento “patata” iba a llegar, pero a lo grande. Las amigas volvían a reencontrarse ante la llantina de buena gente de Alberto Chicote. ¡¡Cómo lagrimó el Chef!! El momento, desde luego, lo mereció. “Te he echado de menos” se decían la una a la otra. “Yo digo todos los días te quiero a la gente no vaya a ser que se les olvide“, finalizaba el Chef, “no solo os queréis, os necesitáis”.
Con el buen rollismo que da hacer las paces con alguien que quieres, van a ver al “escaqueitor” Juanjo. Le dan la buena nueva, mientras el equipo del programa, vuelve a asombrarnos con la REFORMA. Al ritmo de “Welcome to the Jungle” de GnR, entraban todos en el jardín colgante que les recibía. Precioso, para qué decir otra cosa. Todos parecían haberse calzado emociones positivas de antaño al ritmo de “Is this love” de Bob Marley. No sé si la canción era adecuada por el “love is in the air” que se respiraba, o por la cantidad de “verde” que había en la nueva decoración. Je,je. La presentación de la nueva carta (al final, el programa conseguirá que recene como un Hobbit) me hizo salivar al ritmo de “Knock knock“.
El SERVICIO FINAL comenzaba con el amago de Juanjo de ponerse al frente de todo y dar órdenes. El momento reforma coincidió con la primera vez que éste, parecía querer tomar el mando de “sus chicas”. Mmmmm, ¿Casualidad? A mi me da que no. Pero Alberto le cortaba las alitas rapidito y le decía “y luego te quejas de que no tienes tiempo de ver a tu hija“. ¡Zás! Anda, sentadito y a observar. Pero claro, la cosa empezaba a atascarse y Juanjo no lograba estar ni un minuto con sus posaderas relajadas. Florín-ete, nos mostraba sus problemas de lectura, y todo se envolvía de una manta espesa de caos a pesar de haberle traído un ayudante. Las mujeres se ataban los machos y Chicote decía “haber vuelto a ver a dos cuñadas currar“. “Recordaremos siempre esta lección“, decía Eva. La DESPEDIDA de Alberto se podría resumir en algo que sabéis comparto 100%: “DISFRUTAD del curro y la familia“. Es imposible rendir si no se disfruta. Si no se está a gusto. Si no te sientes querido y valorado. Y esto, no lo digo yo. “La chica de ayer“, english version, cerraba el programa de anoche. El hilo musical, como siempre, perfecto.
¿Mi visión? Pues, al contrario que en anteriores programas en esta Edición, sí que le veo futuro al “Gran Café”. Y ello, por dos motivos fundamentales: el primero, Juanjo el “escaqueitor” que, estoy seguro, con la nueva reforma se encargará de que eso no se descuide. Es otra oportunidad para su segundo negocio. Una oportunidad muy distinta a decir a su chica y hermana “venga, tomad, y disponed de él“. Ahora, tengo mis dudas. Y, la segunda, porque si ese cariño supuestamente recuperado entre ambas, se mantiene, todo puede salir adelante. Con cariño se derrumban genitales de cumbres muy altas. Ésa, es mi visión.
Vamos con los Highlights, algunos, vomitivos de anoche:
– “Hablas por los codos” … “es que, no está mi marido, y te he pillado a ti“, decía Teresa tras su primera crisis. “Pero cómo no vas a tener mano con el dueño?” jajajaja le faltó seguir con un “si te acuestas a su lado!!”
– Florín-ete. Él, en sí mismo, era un highlight. Con una bocecilla digna de “Sweetchard” de Loca Academia de Policía.
– “Coooño! esto es un ascensor, traed a los pitufos cocineros“, tras ver la mini cocina.
– El momento “Aleluya” tras las croquetas, hasta la fecha, el big bang del programa.
– La Master Class sobre la carne de kobe de Chicote. Sieeeeempre se aprende, siempre.
– Momentos de cine: “The Thing” … qué ascazo!! Esos botes tenían vida propia dentro. “No se os pone la tripa del revés“, le decía Chicote a los “clicks” que lo miraban. “Sabéis lo que es dar de comer esto a alguien?“. Dos días, decía Florín-ete … la madre que lo parió!!
– La charleta sobre responsabilidad y consciencia del Chef a Juanjo, me pareció sublime. Fue decirle con buenas palabras algo así como “a ver, tio cutre, so pirata! pones a un tio que no tiene ni puta idea, echa horas como un tonto, le pagas 4 duros y todavía le echas el puro porque no funciona?”. FORMACIÓN!! Si exiges, da.
– “Sacad de una puta vez esa comida que no es un Picasso, coño” … la comida, tomando la fresca.
– “Esos huevos son de miles de años chinos” jajajajaja. Amarillos, poco.
– y el momento #cryingChicote fue el culmen. Repito, me quedo con “se lo digo todos los días, no vaya a ser que se les olvide“.
Una vez más, gracias a tod@s los que echáis el ratico con las #GiliCrónicas y disculpad los posibles gazapos si los hubiera, pero es el ritmo del directo. 🙂 Sé que a muchos, sobre todo a los que se exponen ante el público, y entran en la televisión, les costará asumir y mirarse el ombligo, como en la anterior gilicrónica de “La Masía”. Es lógico. Si eres incapaz de darte cuenta de la “que tienes liada y montada”, ¿cómo vas a aceptar la crítica de alguien que solo habla por lo que ve en el cuadradito mágico, y no entre bastidores? Pero las críticas, de un lado u otro, siempre deben aceptarse cuando el primero que te equivocas, eres tú.
Recuerdos a Judit, Liz Salander … con todo mi cariño …
@disparatedeJavi
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No olvidéis pasar por El Escondío, si pasáis por La Comarca … “)