El viernes tuve la gran fortuna de asistir al primer asalto del XVII Encuentro Gastronómico en el Restaurante Alfonso Mira de Aspe, “Gastronomic Revolution“. Unas jornadas que se han convertido en un clásico y que, tras poder disfrutarlas en carne y paladar, tengo claro que muchos lares de este país deberían aprender de esta familia en cuanto a enriquecer, ensalzar, potenciar y unificar la gastronomía. Aquí, mi humilde #gilicrónica.
El pasado día 2, el clan Mira reunió a 14 cocineros que lo dieron todo para que los allí presentes disfrutáramos de un auténtico regalo, en todos los sentidos. Incluido el más que generoso precio de la cena que incluye un excelente maridaje. Oscar Carrión ejercía de conductor dando paso a Teo Mira que nos confirmaba el auténtico disparate que se organiza: 3.240 platos para cerca de 250 personas desfilarían esa noche. Su hermano Alfonso presentaba a los invitados de este año, un elenco que nos aseguraba la diversión y gozo, máxime viendo sus caras de ilusión por vivir aquello. Previa clase práctica de maridaje, ya estábamos listos para el homenaje que nos regalarían. Antes, una pequeña reflexión, si no, me provoco una úlcera en las yemas de los dedos: una lástima que sea tónica general de eventos como éste la escasa atención y silencio que brindan los asistentes mientras los organizadores comparten con ellos su mensaje. País éste.
Las encargadas de abrir fuego fueron Cynthia & Yhoana Gavilanes de “Chola Gastro” con sus “Berberechos con mantequilla de coco, torreznos ibéricos y nibs de cacao”. Un perfecto inicio del que me enamoró el exacto equilibrio que guardaba bajo el coco. Ni siquiera las semillas de cilantro rompían esa línea. Me encantó. Turno para mi querido Antonio Arrabal (“La Jamada”) y su “Aguachile de manzana verde con gamba blanca, corvina y aguacate asado”. El pescado … simplemente maravilloso. Más suave de capsaicina de lo habitual en él pero el comensal siempre es lo primero y él no lo olvida nunca. Otro bocado fresco y delicioso que incrementó el ansia por más. Entonces llegaba Tomás López (“Mestizaje”) que nos brindaba la oportunidad a aquellos que seguíamos Top Chef de disfrutar de su cocina fuera de nervios de focos y platós. Su “Ostra, turrón, chufa, cítricos y maíz” sí fue top. Me habría comido media docena de esta delicia. Os he comentado muchas veces que, como buen yonki de este bivalvo, me declaraba en contra de embutirla bajo mantos inexplicables pero esa etapa de membrillo ya pasó. Y menos mal que así es porque su plato era de matrícula.
Sergio Sierra de “El Portal Taberna & Wines” servía “Taco de atún en escabeche con algas y amontillado”, un plato arriesgado pero que se apoyaba en la excelsa calidad del túnido. Turno para un clásico customizado de la mano de Rafa Cordón (“Casa de comidas Gran Clavel”): “Salteados de alcachofas con vino de Jerez, longuerones y jamón ibérico”, otro de los platos que se ganaron al comensal solo con su aroma. Cocción perfecta, sabor idéntico. Con el paladar disfrutón se nos presentaba la “gamba asada ahumada, huevo frito de codorniz y jugo de pollo acevichado” de Jorge Moreno (“Voraz”) que seguía haciéndonos salivar y educar nuestras papilas en gustos batidos a nuestro servicio. “Bacalao confitado con bollitori” de Jenny Collado & Oscar Gómez de “El Cup” era el siguiente manjar que desfiló homenajeando al tradicional guiso alicantino.
Aún restaban tres espadas antes de los postres. El “Langostino wonton sobre guiso de ñora y tubérculos” de Aitor Martínez de “Can Ros”, “Pechuga de codorniz a la brasa” de Antonio J. Martínez de “Moments” y los “Gazpachos galianos con caza, setas y trufa fresca” ya clásicos de La Mancha y de David López de “Local de Ensayo”. Cocineros y sala a punto de terminar un gran servicio con nota. Un servicio difícil, complicado pero que, en líneas generales, llegaba a su fin con la satisfacción generalizada entre los comensales. Ejemplo de academia.
Los “Cítricos valencianos” del anfitrión del evento, Alfonso Mira, una elección simplemente perfecta. Delicioso y, por qué no decirlo, adictivo. El “Tako dulce-chilanga” de Gregory Rome (“Chili-Rom”) supuso el cierre picante.
No puedo sino agradecer a la familia Mira y, en especial, a Ana, el trato recibido. Desde las conversaciones telefónicas hasta el tiempo veloz que pasé el viernes en Aspe. Sentirse como en casa es algo que no todos te transmiten por mucho empeño que pongan. Y ellos así lo hicieron desde el minuto uno. Rabio por no poder instalar una residencia temporal para estar allí hasta el día 9 de marzo. 33 cocineros, 28 restaurantes, 10 Soles Repsol y 11 Estrellas Michelín. Sobran los calificativos.
Los encuentros gastronómicos del Restaurante Alfonso Mira son un ejemplo a seguir. En un momento en que a muchos se les llena la boca con la palabra “unión” de la gastronomía, ellos demuestran que si se quiere, se puede. Con ejemplos, con acción, con corazón y sinceridad. Tengo claro que en la agenda 2019 debo marcar en fluorescente estas fechas. Imprescindible. Estáis tardando. Ya estoy buscando hueco para probar ese arroz, conejo y caracoles … y ya lo tengo localizado.
Gracias familia.
(Foto portada: Restaurante Alfonso Mira)
Más fotos del evento, aquí.
Pd.- El panettone de Raúl Asencio, una obra maestra.
@disparatedeJavi